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Seis cuestiones claves que marcarán al mercado en 2018

ARCHIVO- En esta fotografía del 8 de octubre de 2014 se muestra la Bolsa de Valores de Nueva York. (AP Foto/Mark Lennihan, Archivo)
ARCHIVO- En esta fotografía del 8 de octubre de 2014 se muestra la Bolsa de Valores de Nueva York. (AP Foto/Mark Lennihan, Archivo)

El 2017 ha quedado para la historia. Cuando parecía que todo estaba dicho y hecho, el 2017 remontó y se convirtió en uno de los mejores años para la bolsa desde que estalló la crisis económica, un año en el que los principales promedios de Estados Unidos ganaron al menos un 20% en medio de un repunte de las acciones a nivel mundial.

Y aunque el primer año de la administración Trump puede haber parecido políticamente caótico, para los mercados fue un año que se caracterizó por una baja volatilidad histórica. Para la economía mundial fue un año de crecimiento sincronizado, en el que los bancos centrales apoyaron a los mercados, aunque señalaron un cambio para los años venideros, y en el que la reducción de los impuestos en Estados Unidos borró de un plumazo las inquietudes sobre una recesión económica.

En 2018, los estrategas bursátiles de Wall Street esperan más de lo mismo: rendimientos de dos dígitos en medio de un fuerte crecimiento global y sólidos beneficios corporativos. Sin embargo, al margen de hacia dónde podrían dirigirse los mercados y por qué, he aquí otras seis cuestiones que deberían analizarse a lo largo del año.

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1) ¿Qué ocurrirá después de los impuestos?

La administración de Trump pasó la mayor parte de 2017 centrada en aprobar una ley fiscal. Lo logró.

A lo largo de todo el año, los mercados se enfocaron en analizar: 1) si los recortes fiscales influirían en el mercado y 2) si el mercado “necesitaba” que se aprobara una bajada de impuestos para mantener el repunte durante el año. Al final, los recortes fiscales influyeron en el mercado: a fin de año, cuando la reforma tributaria ya era un hecho, se produjo un repunte en el mercado, aunque no muy grande. La respuesta a la segunda pregunta nunca la sabremos. La bajada de impuestos se aprobó. Así que lanzar hipótesis es irrelevante.

El siguiente punto en la agenda de Trump parece ser la infraestructura.

El presidente Trump dijo a finales de diciembre que la infraestructura sería un “punto de partida perfecto” para intentar que los demócratas y los republicanos trabajen juntos en una legislación.

La infraestructura podría ser el próximo problema que la administración Trump intente abordar en 2018. Sin embargo, tras un agotador 2017 que culminó con la aprobación de una gran bajada en los impuestos corporativos, no está claro si aún queda voluntad política para hacerle frente a un gasto público mayor. (Foto AP/Danny Johnston)
La infraestructura podría ser el próximo problema que la administración Trump intente abordar en 2018. Sin embargo, tras un agotador 2017 que culminó con la aprobación de una gran bajada en los impuestos corporativos, no está claro si aún queda voluntad política para hacerle frente a un gasto público mayor. (Foto AP/Danny Johnston)

Sin embargo, el problema radica en cómo financiar la infraestructura con los 1,5 billones de dólares que los republicanos añadieron a la deuda nacional para la próxima década como parte de su plan fiscal. En septiembre, las noticias indicaron que Trump le dijo a un grupo de lesgisladores vinculados con las asociaciones públicas y privadas que invierten en infraestructuras que causan “más problemas de los que resuelven”.

Sin embargo, como los antiguos halcones del déficit en el comité republicano cambiaron sus opiniones sobre el aumento de la deuda nacional para respaldar la reducción de los impuestos corporativos, ahora no está claro si existe la voluntad política de contraer más deudas para financiar proyectos de infraestructura basadas en promesas aún menos claras de que el crecimiento económico añadido que se espera genere la reducción de impuestos.

Y como señaló recientemente Rick Newman de Yahoo Finanzas, al inicio del año todas las ideas de campaña de Trump no favorecían al mercado. La medida más favorable, la reducción de impuestos, ya se ha aprobado, pero dado que no se conoce cuál será el siguiente paso de la agenda de Trump, el mercado se expone a una gran incertidumbre.

2) Elecciones parciales

A pesar de no tener el control de la Cámara del Congreso ni alcanzar la presidencia, los demócratas tuvieron un buen 2017.

El partido elegido se hizo con el gobierno en Virginia y Nueva Jersey, y en este último cambió el control republicano por el demócrata. Aunque la mayor sorpresa del año se produjo en diciembre cuando el demócrata Doug Jones derrotó a Roy Moore en las elecciones especiales de Alabama para ocupar el asiento vacante del senador y fiscal general Jeff Sessions.

Por tanto, si el mercado pasó todo el año 2016 esperando con ansias los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses, ahora espera que las elecciones parciales ejerzan una presión similar sobre los inversores en 2018, sobre todo si la agenda de Trump se estanca después de haber firmado una ley en 2017.

Doug Jones y su esposa saludan a sus seguidores antes de dar un discurso en Birmingham, Alabama, en una fiesta en la que celebran la victoria la noche de las elecciones. (John Bazemore/AP)
Doug Jones y su esposa saludan a sus seguidores antes de dar un discurso en Birmingham, Alabama, en una fiesta en la que celebran la victoria la noche de las elecciones. (John Bazemore/AP)

La NBC News destacó que, desde la Guerra Civil en cada elección parcial, el partido del actual presidente ha perdido como promedio 32 escaños en la Cámara y 2 escaños en el Senado. Actualmente, los republicanos controlan el Senado con solo un escaño y la Cámara con 24 escaños.

Si los republicanos pierden el control de una o ambas cámaras del Congreso, la agenda de Trump se vería muy afectada. Trump podría tomarse en serio el bipartidismo, algo que ya ha vaticinado en Twitter afirmando que regresará a la política de Estados Unidos, o se quedará atrapado al igual que le sucedió a su predecesor Barack Obama, quien pasó sus últimos seis años de presidencia luchando contra los legisladores republicanos, quienes no cedieron terreno en las negociaciones legislativas.

El enfrentamiento republicano con Obama condujo, entre otras cosas, a recortes automáticos del gasto en 2013, un cierre del gobierno ese mismo año y una reducción de la calificación crediticia de Estados Unidos en 2011.

3) La inflación y la próxima recesión

En 2017, la presidenta saliente de la Reserva Federal, Janet Yellen, provocó un gran revuelo al calificar la falta de inflación en la economía como un “misterio”. A partir de noviembre de 2017, el Precio de Gastos del Consumidor “básico” (PCE, por sus siglas en inglés), que excluye los costos más volátiles de los alimentos y el gas, y que es la medida que la FED utiliza para determinar la inflación, indicó que los precios aumentaron un 1.5% respecto al año anterior. El límite de la inflación de la FED es del 2%.

Con una tasa de desempleo del 4,1%, muchos economistas esperan un aumento en los salarios, aunque en noviembre los salarios habían subido un 2,5% en comparación con el año anterior, teniendo en cuenta los ligeros incrementos que han tenido lugar en los últimos años. Si no se produce un aumento significativo de los salarios, es poco probable que la inflación se acelere.

Con los recortes tributarios corporativos que entrarán en vigor en 2018, algunas compañías han anunciado bonificaciones o incrementos salariales para los trabajadores que cobran sueldos más bajos. No obstante, queda por ver si esta tendencia se mantiene en 2018, cuando bajen los puntos políticos que otorgan este tipo de medida.

Sin embargo, aunque es cierto que existen intereses políticos detrás de los aumentos salariales que siguen a los recortes fiscales, un tema que ha persistido en los últimos años es la falta de disponibilidad de trabajadores. Y es poco probable que esta tendencia se revierta.

Los economistas argumentan que con el tiempo, la escasez de mano de obra conllevará salarios más altos, lo cual acelerará la inflación y presionará a la Reserva Federal. La FED espera que en 2018 se produzcan tres alzas en las tasas de interés, parte de lo que llama una “normalización” de la política. Esto lleva a los economistas a esperar que la expansión económica continúe hasta finales de la década.

Pero cualquier cambio en esta dinámica, ya sea un aumento salarial, tasas más altas a las esperadas o un repunte de la inflación, podría cambiar los cálculos para finales de este ciclo, así como la actuación de la FED y el centro de atención del mercado.

Un acontecimiento menos convencional de la bolsa en 2018 puede ser la inversión de la curva de rendimiento, en la cual las tasas de interés a corto plazo serán más altas que las tasas a largo plazo. Desde la Segunda Guerra Mundial a cada recesión le ha precedido una inversión en la curva de rendimiento. Cuando se produzca esa inversión, los análisis sobre la bolsa se volverán a enfocar en cuándo y cómo llegará la próxima recesión.

Sin embargo, lo que suceda con los salarios y la inflación será más importante que la curva de rendimiento en sí misma.

4) ¿Qué hará la FED con Jerome Powell al mando?

En febrero de 2018, Jerome “Jay” Powell prestará juramento como nuevo presidente de la Reserva Federal.

Powell heredará una economía que crece al ritmo más rápido que ha tenido en años, con la tasa de desempleo más baja en 17 años y una bolsa de valores que ha llegado a un nivel récord.

Muchos expertos esperan que, al menos al inicio, la FED dirigida por Powell se parezca mucho al Banco Central liderado por Yellen. Powell ha sido miembro del Consejo de Administración de la FED desde 2010 y aunque no es un economista de formación clásica, no es ajeno al Banco Central y a la interacción de los mercados con la Reserva Federal.

Jerome Powell, nominado por el presidente Donald Trump para el cargo de presidente de la Reserva Federal. (AP Photo/Carolyn Kaster)
Jerome Powell, nominado por el presidente Donald Trump para el cargo de presidente de la Reserva Federal. (AP Photo/Carolyn Kaster)

En diciembre, la FED pronosticaba que la tasa de desempleo caería al 3,9% a finales de 2018, mientras que su tasa de interés de referencia aumentaría tres veces más. Para finales de la década, la FED espera que las tasas de interés de referencia se sitúen en torno al 3%. A partir de diciembre, la tasa de interés referencial de la FED estaba cerca del 1,37%.

Esta previsión confía en que durante los próximos dos años la dinámica de la inflación analizada anteriormente provoque aumentos moderados de los precios en toda la economía, a medida que la FED pasa de una política de “normalización” a una política restrictiva.

Una sorpresa en el aspecto económico, quizá un rápido aumento de los salarios y luego una inflación, podría modificar esa trayectoria económica. En ese momento el liderazgo de Powell en la Reserva Federal se convierte en una gran incógnita.

Porque a diferencia de Yellen y sus predecesores, Ben Bernanke y Alan Greenspan, Powell no tiene registros teóricos que nos ayuden a comprender su punto de vista sobre el marco económico que aborde mejor los cambios en el status quo.

No sabemos con certeza cuán eficaz será Powell al comunicarse con los mercados a través de sus discursos o durante las conferencias de prensa trimestrales. Y tras una etapa de 18 meses en la que los bancos centrales volvieron a convertirse en una historia secundaria en los mercados, no está claro si una FED con Powell al mando volverá a colocarse en el punto de mira.

5) El mercado de valores ha recibido el “vía libre” de Wall Street

Wall Street es optimista respecto al mercado bursátil en 2018.

Sin duda, no es una sorpresa. De todas formas, las acciones suben en torno al 7% por año, como promedio.

Sin embargo, con los recortes en los impuestos que beneficiarán los balances corporativos, el crecimiento económico de Estados Unidos y el resto del mundo, la política acomodaticia del Banco Central y las tasas de interés bajas, están creadas todas las condiciones para que aumenten los precios de las acciones.

Al menos dos empresas de Wall Street modificaron sus objetivos bursátiles de fin de año tras los recortes de impuestos, mientras que otras tres empresas pronostican que el S&P 500 (^GSPC) llegará a 3.000 en 2018. El índice de referencia cerró en 2017 en torno a 2.680.

Los operadores trabajan en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos, el 28 de diciembre de 2017. REUTERS/Andrew Kelly
Los operadores trabajan en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos, el 28 de diciembre de 2017. REUTERS/Andrew Kelly

Por tanto, después de un año que fue uno de los menos volátiles en décadas, el trabajo preliminar parece estar listo para que los inversores cosechen los frutos y sigan disfrutando de buenos tiempos.

Por supuesto, puedes pensar lo contrario y ver todo esto como una señal de que 2018 será un año decepcionante. O quizá peor.

Sin embargo, el cálculo es simple. Los impuestos más bajos generan más ganancias corporativas, y con la ayuda de las tasas de interés bajas, una inflación estable y un sólido crecimiento económico, las probabilidades de que las acciones suban son bastante altas. Si realmente sucede o no y por qué, serán los detalles que marquen nuestra historia en 2018 cuando el año haya terminado. Al menos en el punto de partida todo parece estar bien.

6) El bitcoin se mantiene

En el cuarto trimestre de 2017 el bitcoin se convirtió en una obsesión total.

Antes de que la comunidad inversora fuera testigo del aumento y la caída del precio del activo digital en 2013, el bitcoin (BTC-USD) solo atraía el interés de especialistas de nicho.

Sin embargo, la explosión en el precio del bitcoin, el ripple (XRP-USD), el ether (ETH-USD) y otras criptomonedas dejó claro que, a pesar de que aunque no entendamos completamente esa obsesión, para qué se usan las criptomonedas y por qué están subiendo, esta tendencia llegó para quedarse. Yahoo Finanzas incluso creó una página dedicada a seguir el precio de las criptomonedas.

Por tanto, si 2017 fue el año de la obsesión y de los inversionistas arrepentidos por haber dejado escapar esa subida, el 2018 podría ser el año en que los mercados comiencen a descubrir qué son exactamente las criptomonedas.

Myles Udland