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Selección argentina en el Mundial Qatar 2022: “No hicimos nada. Tenemos que jugar otro partido”, dijo Lionel Scaloni tras la victoria sobre México

Lionel Scaloni, entrenador argentino, durante el partido ante México en el estadio de Lusail, por el grupo C de Qatar 2022
Lionel Scaloni, entrenador argentino, durante el partido ante México en el estadio de Lusail, por el grupo C de Qatar 2022 - Créditos: @Aníbal Greco

Lionel Scaloni se desplomó en su asiento. Sostenía una botella de agua en las manos, pero otro líquido casi brotó de sus ojos. El partido contra México fue un sufrimiento de casi cien minutos. No por el resultado, que terminó 2-0 en favor de la Argentina, sino porque una derrota habría conllevado una despedida prematura del Mundial Qatar 2022 y una desilusión gigantesca. Pero el DT oriundo de Pujato, en el fondo, estaba satisfecho. Enzo Fernández, uno de los ingresados en la segunda mitad, hizo un golazo y permitió la descarga. Del entrenador albiceleste. Del cuerpo técnico. De los hinchas en Lusail y de todos en sus casas.

“No hicimos nada. Tenemos que jugar otro partido”, diría el director técnico en la conferencia de prensa. Pero a la vez exaltó a sus pupilos: “es emocionante verlos jugar. Quien no se sienta identificado con este equipo, realmente no quiere a la selección argentina”, se complació.

El resumen de la victoria argentina ante México

Durante el encuentro, disputado en un estadio repleto que se asemeja a una caldera en medio del desierto, Scaloni gritó como nunca. Saltó. Festejó el gol de Lionel Messi a los 20 minutos del segundo tiempo. Tras la celebración, se sentó en el banco de suplentes. El Payaso Aimar se tomó la cara, producto del sufrimiento de un partido jugado al borde de un ataque de nervios. Nadie recordaba el invicto en 35 partidos y la chapa de favorito con la que el seleccionado había aterrizado en Doha. El equipo precisaba ganar. Nada menos.

Lionel Messi acaba de hacer el primer gol ante México y Pablo Aimar no puede contener la emoción; Lionel Scaloni le susurra una idea de modificación táctica.
Lionel Messi acaba de hacer el primer gol ante México y Pablo Aimar no puede contener la emoción; Lionel Scaloni le susurra una idea de modificación táctica.

El entrenador argentino había comenzado en cuclillas a vivir el partido. Parecía tranquilo, pero la calma le durararía apenas unos minutos. Pasaría mucho más tiempo en el corralito, tomando agua, caminando de un lado al otro casi como poseído. Y, sobre todo, dando indicaciones a Gonzalo Montiel, el futbolista argentino más cercano a su posición.

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El ex lateral de River cayó por un topetazo y Scaloni reclamó una sanción al rival. Gesticulaba, movía las manos. Siguió caminando: si hubiera tenido un reloj inteligente que contara los pasos, ya habría visto varios kilómetros en la pantalla. Iba, venía y tomaba agua. Fue el partido más energético para el entrenador. Otra vez llamó a Montiel y le dio instrucciones, que el ex jugador de River pasó a otro futbolista formado en la cantera millonaria: Guido Rodríguez. Scaloni pidió que la Argentina adelantara la presión, para comprimir a su adversario, para tener la iniciativa. El defensor lateral derecho era su ayudante en la cancha. Y también había pedidos a él: Montiel se iba como un cohete por su banda y el entrenador lo mandó atrás con una mano. A defender. El hombre de Sevilla recalculó y regresó.

“Vení, vení. Acá, ¡quedate acá!”, exigió a Ángel Di María a mediados de la primera parte. Pasaron 45 minutos y la Argentina no le encontraba la vuelta al partido. Scaloni sigue poseído como nunca en su “jaula” de pintura en el pasto. Vivía el partido casi como un jugador más.

En la segunda mitad quería a Cristian “Cuti” Romero en el césped, porque se avecinaba México. Había que cuidar el resultado. Sacó a Ángel Di María un par de minutos tarde para que ingresara el zaguero central de Tottenham, de Inglaterra. Él lo quería antes. Movió los brazos, hablaba con los suyos. Les preguntaba cómo estaban, les pedía que siguieran intentando, que no se desordenaran. Un error en la definición habría sido catastrófico para las aspiraciones argentinas en la Copa del Mundo. Al partido le quedaban 20 minutos más lo que adicionara el árbitro italiano Daniele Orsato. Era mucho tiempo como para jugar a esperar. Scaloni apostó a que los mexicanos salieran y la Argentina encontrara un contragolpe. Una jugada. La de la tranquilidad.

El DT descruzó los brazos y pasó a tenerlos en la cintura. Miró con atención hacia la zona defensiva de su equipo. México iba a venir y venía, con la velocidad de sus atacantes como máxima amenaza. Para eso ya estaba Romero, el más rápido de los defensores centrales argentinos; para eso lo quería el entrenador con urgencia. Se lo había pedido vehemente a Aimar: “Ya”, le gritó. Había decidido la modificación en cuestión de segundos.

El cuerpo técnico argentino, durante la ejecución del himno nacional: Aimar, Scaloni, Walter Samuel y Roberto Ayala.
El cuerpo técnico argentino, durante la ejecución del himno nacional: Aimar, Scaloni, Walter Samuel y Roberto Ayala. - Créditos: @Aníbal Greco

Faltaban diez minutos. Pegado a la línea de cal, Scaloni hizo gestos a Marcos Acuña con la mano derecha. Le pidió que presionara al receptor para robar la pelota en la mitad de la cancha. La posesión era la mejor manera de defenderse y de que pasaran los minutos. El entrenador santafesino de 44 años se salteaba los límites del “corralito”, y volvía a entrar sin que nadie le dijera nada. Seguía en su tónica: hablar, gesticular, ordenar. No había margen de error y la Argentina necesitaba mantener el resultado.

El seleccionado albiceleste se perdió un contraataque para el 2-0. Scaloni levantó los brazos. “Ya está, ya está”, pareció decir, cuando la pelota se fue a un lateral y la Argentina mantenía la tenencia. O sea, seguían pasando los minutos sin zozobras. El conjunto norteamericano no atacaba. No llegaba.

Y no llegaría. La Argentina 2 vs. México 0. Alivio. Esperanza. Desahogo. Y entonces Lionel Scaloni volvió a ser la persona que suele ser cotidianamente.