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Sensing, el superpoder

Hace unos meses escribí una columna que explica los superpoderes tecnológicos que mueven al mundo. Estos superpoderes se parecen a las gemas del infinito de Marvel solo que en vez de tener poderes mágicos que eliminan a la mitad de los seres vivos en el universo, estos ayudan a crear innovación y a enriquecer la vida de las personas en la Tierra. Estoy segura de que Thanos también buscaría apoderarse de estos 5 superpoderes. 

Hace unas semanas, el CEO de Intel, nombró un nuevo superpoder: Sensing. Los superpoderes tecnológicos son (1) la inteligencia artificial (2) la infraestructura de la nube hasta el edge (3) la conectividad (4) la computación, y (5) sensing. Cuando nos referimos al 5° no hablamos de sensores, sino de la capacidad sensorial.

El “sistema sensorial” hace referencia a los procesos del cerebro que incorporan los datos recibidos por medio de los cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), los recopila, mueve, analiza y responde a ellos.

Gracias a los avances de la inteligencia artificial, la computación, telemetría, fotónica, cartografía, etc., las máquinas son capaces de obtener capacidades centradas en el ser humano para obtener datos más inteligentes y útiles. Este superpoder busca darle a cosas/gadgets la tecnología que imita o potencia nuestros sentidos. Por ejemplo, los aparatos auditivos o los procesadores con computación neuromórfica capaces de oler, detectar sustancias químicas, identificar gestos humanos en tiempo real, leer braille, entre otros procesos.

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Este superpoder está en muchos dispositivos que detectan y responden a algún tipo de situación que se nos presenta en el entorno físico: ruido, luz, calor, movimiento, humedad, la presión o cualquier otro fenómeno ambiental.

Estamos en una nueva era en donde la tecnología cada vez habilita más cada aspecto de la existencia humana. Un ejemplo de este nuevo superpoder -sensing- es la computación neuromórfica. La computación clásica es con la que todos interactuamos al usar una computadora, un smartphone o una tablet; la computación neuromórfica es básicamente la copia de un cerebro humano.

Estos avances tecnológicos son mis favoritos ya que permiten darle a las personas que viven con discapacidad muchas más herramientas. Un equipo de científicos ha diseñado una piel electrónica –a la que se le conoce como e-dermis–, capaz de transmitir la sensación del tacto e incluso dolor a una mano protésica.

Y si vamos un paso más allá, metámonos al metaverso. Cuando te encuentras en este mundo, es muy raro “agarrar” algo y no sentirlo, no sentir los efectos que algunas acciones provocarían en el mundo real. Bueno, no creo que muchos de ustedes hayan oído o leído sobre la tecnología háptica, la cual se encarga de simular el sentido del tacto en estos mundos virtuales.

Cuando hablamos del tacto no es tan fácil de explicar. La piel es el órgano más grande del ser humano, y cuenta con receptores cutáneos, que son los encargados de que sientas. La piel solo puede sentir 3 cosas distintas: presión, dolor y temperatura. Estas sensaciones se pueden experimentar al engañar a tu cerebro con vibraciones, presión y temperatura. Ya existen unos guantes y unos chalecos hápticos que aplican estímulos sobre las manos y caja torácica. Estos simulan el tacto, si alguien te abraza en el metaverso, ya puedes sentirlo.

La tecnología háptica ahora se usa en distintos videojuegos, la industria robótica, aeroespacial, automotriz y la industria de la medicina, por poner algunos ejemplos. Incluso la tienes más cerca de lo que crees, está presente en algunos celulares Android, de hecho, en la tienda de aplicaciones hay una sección llamada “juegos que puedes sentir”.

Al leer esto, hasta el mismo Thanos sentiría que está en una película de ciencia ficción. Y no sé ustedes, pero yo prefiero uno de estos nuevos guantes que pueden transmitir mi cariño a una persona en el metaverso a uno que destruya al planeta.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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