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Las sepias superan un test de inteligencia diseñado para niños

(GERMANY OUT) Common Sepia, Sepia officinalis, Tamariu, Costa Brava, Mediterranean Sea, Spain   (Photo by Reinhard Dirscherl/ullstein bild via Getty Images)
(Photo by Reinhard Dirscherl/ullstein bild via Getty Images) (ullstein bild via Getty Images)

Sabemos que muchos animales son inteligentes. Los delfines lo son, por supuesto los chimpancés, los loros, incluso los cuervos y especies afines. Y cada vez queda más claro que los cefalópodos, los pulpos y sepias, también muestran inteligencia. Pero ¿cómo de inteligentes son?

Según un artículo reciente, bastante. Al menos tanto como un niño humano, ya que en varios experimentos se han demostrado que las sepias son capaces de superar, con creces, pruebas de inteligencia diseñadas para niños humanos.

El primer test que han pasado las sepias se conoce como test del marshmallow o test del malvavisco. El test original es muy sencillo: se ofrece a un niño una golosina, en este caso un malvavisco. Pero se le dice que, si es capaz de esperar, recibirá dos malvaviscos en lugar de uno. Si es capaz de esperar, supera el test.

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¿Por qué? Porque lo que se está comprobando es la capacidad de autocontrol. Mediante la gratificación retardada – recibir un premio mejor luego, en lugar de uno menos bueno ahora – el niño demuestra capacidad de gestión, control de emociones y planificación.

Claro, que a una sepia no se le puede decir “vas a recibir un premio mejor luego”. Lo que hicieron los investigadores fue entrenar a las sepias para entender este mensaje, y después pasarles el test. Y lo hicieron.

Pero la cosa no quedó ahí. Entrenar a un animal puede tener, y de hecho tiene, consecuencias sobre su comportamiento. Así que había que diseñar un experimento que comprobase lo mismo, pero con otro tipo de entrenamiento.

Para eso escogieron pistas visuales puestas en puertas. Las sepias aprendieron que cuando una puerta tenía un triángulo, tardaba un tiempo en abrirse. Y si tenía un cuadrado, se abría de inmediato. Eso sí, si abrían las puertas con el cuadrado, las que se abren inmediatamente, las puertas con el triángulo ya no se abrían nunca. Cuando las sepias ya manejaban esta idea, pasaron al siguiente paso.

Ahora había un premio distinto detrás de cada puerta. Las puertas eran transparentes, así que la sepia veía en todo momento lo que había detrás de cada puerta. Detrás de las puertas con el cuadrado, las que se abrían de manera inmediata, los investigadores pusieron langostinos crudos, que a las sepias les gustan menos. Detrás de las puertas con el triángulo había gambas vivas, que resultan mucho más interesantes para las sepias.

Y cuando las sepias tenían que elegir, preferían esperar a que se abriesen las puertas que les separaban de las gambas. Preferían tener que esperar entre 50-130 segundos y conseguir una comida mejor, que recibir de manera inmediata una comida peor.

Es decir, demostraban autocontrol y capacidad de entender la gratificación retardada.

Lo que resulta interesante es saber cómo han llegado las sepias a desarrollar estas capacidades. Porque en la mayor parte de animales que demuestran esta capacidad, la explicación suele tener que ver con tener vidas sociales – la gratificación retardada influye en asegurar que todos los miembros de un grupo social reciben alimento.

Pero las sepias son animales solitarios, así que no parece que sea ese el motivo. Entonces… ¿cómo han llegado a evolucionar esa capacidad? La idea con la que trabajan los investigadores es que, como las sepias pasan la mayor parte del tiempo camufladas para evitar ser atacadas por depredadores, han aprendido a autocontrolarse para asegurar su alimentación en el momento en que corren menos peligro. Y que ese comportamiento es extrapolable al test del malvavisco.

Pero de lo que no hay duda es de que las sepias superan un test diseñado para niños humanos.

VÍDEO | Asi se camufla una sepia

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