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¿Qué significa una mayoría demócrata en el Senado?: J. Bernstein

(Bloomberg) -- Los republicanos aún no reconocen la derrota, pero el resultado es claro: si bien las elecciones senatoriales de segunda vuelta en Georgia fueron estrechas, una vez que se cuenten todos los votos, tanto el demócrata Raphael Warnock como Jon Ossoff obtendrán el triunfo. Eso significa un Senado 50-50 en el que la vicepresidenta electa, Kamala Harris, deberá romper el empate y que el líder de la mayoría será el senador demócrata Chuck Schumer.

Ambos candidatos republicanos eran los favoritos después de que el presidente electo, Joe Biden, venciera a Donald Trump en noviembre. Después de todo, las últimas dos veces que esto sucedió, en 1992 y 2008, los candidatos demócratas perdieron por mucho en las segundas vueltas del Senado en Georgia tras un triunfo demócrata en la elección presidencial.

¿Qué ha cambiado? Desde mi perspectiva, entendiendo que todavía estamos en la fase de las conjeturas, cambiaron principalmente dos cosas. La primera es Trump. Es un cliché decir que se sale con la suya con cosas que otros no, pero todavía no es cierto. El terrible comportamiento de Trump después del 3 de noviembre tuvo consecuencias reales. Mientras la mayoría de los presidentes salientes, incluso aquellos que han sido derrotados, se vuelven más populares cuando dejan el cargo, los índices de aprobación de Trump en realidad han caído. Si hubiera tenido alrededor de 46% de aprobación en lugar de 42%, estas votaciones de segunda vuelta podrían haber tenido el resultado opuesto. Y eso sin detallar las otras formas como hizo les hizo la vida imposible a los republicanos de Georgia: su guerra contra el gobernador y el secretario de Estado republicanos, sus ires y venires imposibles de comprender respecto del proyecto de ley de ayuda y estímulo, y su insistencia en mantener toda la atención sobre sí mismo, sin medir las consecuencias.

El segundo factor se puede resumir en la persona de Stacey Abrams, la excandidata a gobernadora de Georgia. Pero a pesar de lo fuerte que es su historial como organizadora social, ella es solo una representación, como Nadia E. Brown y Bry Reed lo explicaron el mes pasado en Monkey Cage, del esfuerzo de años de muchas personas que han trabajado con las bases, especialmente con mujeres negras, en todo Georgia. El martes, la participación fue fuerte en todo el estado, pero fue especialmente fuerte para los demócratas y entre los votantes negros. Parte de eso se debió a Trump y parte a un cambio demográfico, pero gran parte de ello se debió a la organización de ciudadanos individuales.

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También podemos dar un paso atrás y reevaluar el ciclo electoral de 2020, que ahora está completo. Se ve mucho mejor para los demócratas que al principio. De cualquier modo, los republicanos obtuvieron 11 o 12 nuevos escaños en la Cámara de Representantes, lo suficiente para reducir considerablemente la mayoría demócrata. Pero los demócratas ganaron la Casa Blanca sólidamente y ahora han obtenido tres nuevos escaños en el Senado y la mayoría (la mínima posible). Probablemente los resultados todavía son peores de lo que esperaban el día de las elecciones en noviembre, pero ciertamente es un resultado que con mucho gusto habrían aceptado hace un año. A los republicanos les fue bien en las elecciones legislativas estatales, pero a los demócratas les fue bastante bien en la política local en 2020.

El efecto inmediato más importante es que Biden podrá conformar su gabinete y su Administración sin mayores obstáculos y el Senado considerará y confirmará a la mayoría de los jueces que nomine. No sabremos en qué medida los republicanos habrían bloqueado las nominaciones a los poderes judicial y ejecutivo si Mitch McConnell hubiera seguido siendo el líder de la mayoría, pero todas las pruebas sugieren que no se habrían refrenado. Ahora los nominados de Biden solo estarán sujetos al tipo de presión que los demócratas usaron contra las elecciones de Trump, no a los bloqueos completos.

El Congreso será una historia más complicada. Mientras se mantengan las tácticas obstruccionistas, que es lo más probable, muchas prioridades demócratas necesitarán 60 votos en el Senado. Escucharemos mucho sobre la reconciliación, el procedimiento presupuestario que permite que (algunas) cosas se aprueben con una mayoría simple. Pero incluso cuando 50 votos (más el de la vicepresidenta) son suficientes, los demócratas moderados, como Joe Manchin de Virginia Occidental, tendrán los votos clave, junto con cualquier republicano moderado (como Lisa Murkowski de Alaska) que podría estar dispuesto a llegar a acuerdos en algunas áreas de la política. Los demócratas ciertamente están felices de tener la mayoría, pero es frágil. Y no olvide que todavía estamos en medio de una pandemia que puede hacer que sea aún más difícil de lo normal reunir a los 50 demócratas en el Senado o en las cámaras de los comités para las votaciones.

Hay mucho tiempo para evaluar todo eso con más detalle. Por ahora, los demócratas pueden celebrar, y los republicanos pueden pensar en lo que salió mal y lo que podrían hacer de manera diferente en el futuro. Mientras tanto, aunque la derrota de la senadora Kelly Loeffler significa que habrá una mujer menos en el 117º Senado, Warnock será solo el 11º senador negro en la historia de la república, mientras que Ossoff, de 33 años, agregará una diversidad de edades muy necesaria. Y con la derrota de David Perdue, también tendremos un senador dinástico menos. Entonces, así como están las cosas, estas segundas vueltas fueron buenas para la diversidad del Senado, y eso es algo que todos pueden celebrar.

Nota Original:What a Senate Majority Means for Democrats: Jonathan Bernstein

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