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Sobran promesas, falta gestión: soluciones jurídicas económicas para el sector privado

En un país que "vive" en campaña electoral, sobran las manifestaciones de buena voluntad para generar alivio en el sector privado, pero ¿dónde queda la gestión?

El sector privado nacional se encuentra lisa y llanamente asediado en varios frentes: inflación, impuestos y reglas de juego inestables parecen ser un coctel explosivo que solo contribuye a agravar la crisis. Sin perjuicio de ello, es posible aun salvar lo poco que queda y reconstruir la senda del desarrollo. Veamos algunas soluciones jurídicas económicas que podrían contribuir en la materia.

El rol del Estado. Mediador si, socio no

El eterno dilema entre estado grande y estado chico, discusión que parece no tener fin,  no ha dado respuesta sobre que rol debería de ejercer el Estado. Es necesario sortear la barrera de una discusión estéril: ni grande ni chico, eficiente.

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El Estado como mediador tiene una tarea difícil: conciliar intereses de sectores encontrados. Ahora bien, el Estado se corrido de su rol facilitador, para convertirse en una suerte de socio en las ganancias: cualquier actividad que pueda despegar de forma competitiva es rápidamente cercada con un impuesto que la desmotiva o la encarece, entorpeciendo el acceso a los vastos sectores de la población.

Se destruye la oportunidad de negocio en pos de la voracidad recaudadora que ya no puede tapar el sol con las manos: las malas administraciones del erario público.

Claros ejemplos que pueden ser citados son los impuestos que apalean al sector automotor caracterizados como distorsivos y carentes de relación entre producto y prestaciones (alrededor del 54% del precio del automóvil se lo "lleva" el estado); los impuestos sobre pasajes de vuelos internos (que encarecen y desmotivan el turismo local) y los impuestos que recaen en el área tecnológica (en los últimos días  el decreto 136/2003 sumo un aumento en notebooks del 8% al 16%).

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Es menester entonces aggiornar el plexo normativo, acompañando las nuevas miradas de un mundo altamente competitivo

La solución a las distorsiones que provocan las vastas normativas impositivas nacionales es simple: menos impuestos, unificación de los restantes y leyes impositivas de fácil y simple interpretación. No solo debe pagar una Pyme, por ejemplo, los impuestos fijados por el estado, sino también una serie de asesores que colabore a determinar el monto de los mismos. Todo egreso monetario se traduce en menor inversión.

Compitiendo por talento: batalla perdida

El mercado laboral se acota con el correr de los días. Hallar personal idóneo, se ha tornado una tarea por lo menos titánica. Desde alta rotación hasta desinterés en las búsquedas, en un mundo donde el talento capacitado es altamente valorado, las empresas locales deben luchar en dos flancos: las ofertas del extranjero y el empleo en las reparticiones del estado.

En el primer caso, el pago en moneda extranjera, depositado en bancos ubicados en países limítrofes se ha convertido en una fuente de atracción de expertos en tecnología, contratos y sociedades comerciales. El escaso valor del peso argentino nada tiene que hacer frente a monedas sólidas. Si se es bilingüe o se tiene un manejo fluido del Ingles las ofertas crecen.

En el segundo caso, el Estado se ha convertido en un imán que atrae a la masa desocupada o en búsqueda de un mejor empleo. Se ha extendido la idea en las masas trabajadoras que prestar tareas dentro de la estructura estatal se traduce en un empleo "tranquilo", en donde para acceder a puestos de mediana responsabilidad no se requiere un alto grado de formación. Esto no pasa del mito urbano, pero la cuestión ya se encuentra instalada. No solo desmotiva la búsqueda en el sector privado, sino que achata las expectativas de desarrollo profesional.

Es menester entonces aggiornar el plexo normativo, acompañando las nuevas miradas y requerimientos de un mundo que se muestra altamente competitivo y no da lugar a errores o dilaciones. Debe de adicionarse además un proceso de reformas en el ámbito educativo en donde se vuelva a recuperar la excelencia académica: recursar u obtener una baja nota no estigmatiza, la ignorancia de por vida si lo hace.

Valor agregado: el factor crucial

Tanto por razones económicas como estructurales, las actividades primarias y extractivas son aquellas que más dinero generan. Es necesario dar el salto, sumando valor agregado a la totalidad de la cadena productiva. Para ello es necesario impulsar leyes que promuevan la inversión en maquinaria, tecnología y capacitación.

Ya no basta con meras exenciones impositivas de tinte electoral o por plazos quinquenales: necesitamos reglas de juego previsibles a treinta años de promedio, que incentiven el montaje de una cadena productiva destinada al consumo interno y exportación de bienes. Anular impuestos distorsivos como "Ingresos brutos" o ganancias sobre el salario, podría ser un acertado comienzo. Aumentaría la oferta de empleo, el consumo y una sana recaudación basada en la actividad económica productiva y no en el ahogo de los contribuyentes.

Es momento de pasar de la promesa a la gestión y de allí fijar un rumbo sostenido que ubique a la actividad económica en el lugar que se merece.