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Tarifas: se mantiene la Secretaría de Energía, pero podría haber cambios en la segmentación

Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, compartió un evento con la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, organizado por el Institute of the Americas, en mayo pasado
Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, compartió un evento con la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, organizado por el Institute of the Americas, en mayo pasado

El 17 de mayo pasado, Silvina Batakis, todavía en su rol de secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, compartió el panel de un evento con Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, y uno de los mayores “enemigos” que tuvo el exministro de Economía Martín Guzmán, durante su gestión. Ambos habían sido invitados por el Institute of the Americas para hablar sobre transición energética en el Alvear Palace Hotel.

La actual ministra de Economía no es ajena a las cuestiones energéticas. Además de haber realizado un máster en Economía Ambiental en la Universidad de York (gracias a la beca Chevening, que recibió de la embajada de Gran Bretaña), su padre era operario de YPF. Ese trabajo marcó sus primeros años de vida, ya que obligó a la familia a mudarse varias veces por el país: vivió en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chaco y Santa Fe.

Déficit, inflación, impuesto a la “herencia”, dólares y tarifas: cómo piensa la nueva ministra de Economía

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Batakis heredará de Guzmán casi la misma Secretaría de Energía, con un cambio no menor: Santiago López Osornio, el subsecretario de Planeamiento Energético que había nombrado el exministro para llevar adelante la segmentación tarifaria, no seguirá en el cargo. Su salida vuelve a generar dudas sobre el futuro del esquema de política tarifaria que había diseñado Guzmán y que nunca tuvo el aval de los funcionarios cercanos a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

En el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el exministro había incluido en el programa solo la indexación del aumento de tarifas; es decir, que los incrementos estén atados al coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior en distintas proporciones para los tres segmentos: beneficiarios de tarifa social, el 10% con mayores ingresos y el tercer grupo que no es parte de ninguno de los anteriores. Sin embargo, en el programa nunca se habló sobre el método utilizado para hacer la diferenciación, por lo cual se abre la puerta para que la nueva gestión analice otro método de segmentación, como el de georreferenciación, que había propuesto Basualdo y su equipo en el ente regulador de la electricidad (ENRE).

Para este año, se espera que los subsidios a la energía aumenten a 2,5% del PBI, con respecto a 2021, cuando finalizaron en 2,3%. En el área energética señalan que gran parte de este incremento se debe al alza de los precios internacionales del gas y el gasoil. “Con una macro descontrolada, con una inflación de 80% y una guerra por los recursos, pensar que el aumento de los subsidios responde al atraso tarifario resulta iluso o tendencioso”, dijeron en reserva.

Falta gasoil, importan más energía eléctrica

Cammesa, la compañía con control estatal encargada de los despachos de energía eléctrica, aumentó las importaciones de energía de Uruguay ante la escasez de gasoil, que se utiliza como alternativa para reemplazar el gas.

“Desde la semana pasada, se está importando de Uruguay 1000 MW de energía eléctrica, a US$290 el MWh, porque se quedaron sin resto. En principio, no hay restricciones de suministro, pero están pagando el sobrecosto”, explicó un analista que conoce la operatoria. Para tener una referencia, con el gasoil que se importó, el costo de energía eléctrica rondaba los US$200.

“El faltante de gasoil ocurrió porque programaron mal las compras de gas natural licuado (GNL) de Cammesa, porque vieron que venía agua [para la generación hidroeléctrica] y que había muchos cargos de GNL. Por lo tanto, decidieron no comprar un par de cargamentos y luego llegó el frío en junio, lo que generó un aumento en la demanda residencial de gas. Tuvieron que consumir más gasoil del esperado y se quedaron sin para este mes”, completó.

En el sector energético explicaron que la demanda de electricidad en junio creció 10% interanual y la de gas, 15%. “Se trató de una demanda que alcanzó un máximo histórico de 550.000 m3 para el mes, inversamente proporcional al gas asignado a Cammesa”, señalaron.

De hecho, en el primer semestre, el consumo acumulado de gasoil alcanzó los 1,7 millones de m3, el mayor nivel en ese período en los registros de Cammesa. Al mismo tiempo, se importaron 1885 GWh de los países vecinos, que evitaron el consumo de combustibles alternativos por otros 400.000 m3 de gasoil, equivalente a ocho barcos de gasoil.

La estrategia de importación es contener el consumo de otros combustibles, compatible con la capacidad logística. De esta manera, se están gestionando importaciones por 1300 MW medios desde Brasil a menos de US$110 MWh, e importación de Uruguay bajo dos modalidades, una de excedentes eólicos e hidráulicos a US$80 el MWh y otra de energía térmica a US$290 el MWh. El precio medio de envíos de Uruguay, por ejemplo, para el día de hoy es de US$270 el MWh, según fuentes del sector. El ponderado total de importación (Brasil y Uruguay) alcanza los US$158 el MWh.