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Terremoto en el Vaticano: sorpresiva renuncia del “ministro” de Economía del papa Francisco

El Papa Francisco en la Plaza San Pedro, durante la audiencia general de hoy
El Papa Francisco en la Plaza San Pedro, durante la audiencia general de hoy - Créditos: @Andrew Medichini

ROMA.- En una noticia totalmente inesperada y que sacudió el Vaticano, el papa Francisco aceptó hoy la renuncia “por motivos personales” del “ministro” de finanzas de la Santa Sede, el jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves, que estuvo en los últimos tres años al frente de la Secretaría para la Economía.

Desde ese cargo clave y más que delicado, visto los escándalos que siempre rodearon la gestión del dinero por parte de la administración central de la Iglesia católica, implementó reformas para que haya más transparencia, orden y control en las cuentas que nunca cayeron bien en las oficinas de la curia romana y en las nunciaturas , que estaban acostumbradas a manejarse más “a la italiana”, sin controles y con mucho nepotismo.

“El Santo Padre ha aceptado la renuncia al cargo de prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede presentada por el padre Juan Antonio Guerrero Alves por motivos personales”, indicó el boletín del mediodía del Vaticano, que precisó que esta tendrá efecto a partir del jueves 1° de diciembre.

Coronavirus Vaticano Antonio Guerrero Alves
Juan Antonio Guerrero Alves en el Vaticano

El Santo Padre agradece vivamente el padre Guerrero por la dedicación mostrada en el servicio prestado a la Santa Sede”, también indicó el comunicado, que destacó que “el padre Guerrero ha logrado poner bien en orden la economía”, algo que “ha sido un trabajo fuerte y exigente que ha dejado muchos frutos”.

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“El Santo Padre le asegura su oración”, también indicó el texto, que anunció asimismo que el Pontífice nombró como nuevo prefecto de la importante Secretaría para la Economía a un laico, el economista español Maximino Caballero Ledo, que hasta ahora fue secretario general, es decir, el número dos y brazo derecho de Guerrero.

Caballero Ledo pasará a ser el segundo laico que llega a ser “prefecto”, después del italiano Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para las Comunicaciones, en otro cambio que refleja la radical reforma de la curia que ha realizado el papa Francisco en los últimos años.

El Papa mira un show de acrobacias que hubo hoy durante la audiencia general
El Papa mira un show de acrobacias que hubo hoy durante la audiencia general - Créditos: @Andrew Medichini

En una carta de despedida que le escribió a sus colaboradores, publicada por Vatican News, Guerrero Alves, de 63 años, explicó que decidió renunciar después de una intervención quirúrgica que hizo este año, que implicó luego un tratamiento médico que le produce efectos secundarios que le hacen difícil ejecutar una tarea tan exigente.

Según pudo saber LA NACION no le fue fácil a Guerrero, sacerdote que fue misionero en África y economista a quien el Papa siempre le tuvo enorme confianza, convencerlo de que aceptara su renuncia. Guerrero había sido nombrado a fines de 2019 para ocupar un cargo clave, que se encontraba vacante desde hacía más de dos años, cuando el cardenal George Pell se había visto obligado a volver a su Australia natal para defenderse en un juicio en el que se lo acusó de abusar sexualmente de dos monaguillos.

El Papa Francisco con el cardenal australiano George Pell durante una audiencia privada en el Vaticano
El Papa Francisco con el cardenal australiano George Pell

Pell fue el primer prefecto de la Secretaría para la Economía, “ministerio” creado en febrero de 2014 por el Papa en el marco de la reforma de la curia romana que concluyó este año. Como nuevo “zar” de las finanzas del Vaticano, el australiano había intentado poner orden en los presupuestos y gastos de los diversos dicasterios, enfrentándose a mucha oposición y cosechando enemigos.

Le pasó algo muy parecido a Guerrero Alves que, con un estilo siempre muy humilde, puso en marcha diversas normas y leyes anticorrupción, para que hubiera licitaciones transparentes en las contrataciones y que logró sacarle el manejo de dinero a la Secretaría de Estado, culpable por ejemplo de la inversión fallida en Londres por la que ahora se encuentra bajo juicio el cardenal italiano Angelo Becciu.

Carta de despedida

En la carta de despedida que escribió a su equipo, en la que agradeció al Papa y a sus colaboradores, Guerrero Alves destacó que en los tres años de servicio ayudó “al Santo Padre a hacer pasos importantes en la curia romana, en la transparencia, en la credibilidad de la Santa Sede en lo relativo a las cuestiones económicas”.

Hemos ayudado a tener reglas más claras, aunque aún hay en el tintero muchas cosas que hacer: la centralización de las inversiones, una ulterior reglamentación y simplificaciones del proceso de licitación, para hacerlos más transparentes y ágiles; la implementación de la Dirección de los Recursos Humanos, que es un nuevo desafío para mejorar las condiciones y el clima de trabajo en la Santa Sede; la programación de un mejor uso de protocolos informáticos”, apuntó.

Guerrero Alves habló del comienzo de una “fase nueva”, que “requiere una persona más competente y, sobre todo, que pueda estar en la plenitud de sus energías”.

“Hemos experimentado que en el proceso de reforma hay pasos hacia adelante y pasos hacia atrás, pero a medida que pasan los años vemos un progreso real. Ahora no estamos en el mismo punto en el que empezamos. En cualquier caso, sabemos que ser un órgano de control siempre implica estar en una posición incómoda para quienes son controlados”, apuntó también, aludiendo en cierta forma a las fuertes presiones y oposición que encontró en los últimos tres años.

“Estoy seguro de que ustedes seguirán haciendo el trabajo con humildad y con espíritu de servicio y cooperación con las demás instituciones curiales. La economía debe ser siempre servidora, nunca señora, y más aún en una institución como la Santa Sede”, concluyó.