Trabajas con psicópatas y no lo sabes: cómo detectarlos y frenarlos
Por lo general, cuando oímos hablar de psicópatas y sociópatas, pensamos en los individuos que llegan al rango extremo de ese trastorno de la personalidad: los asesinos. Pero en realidad, tanto psicópatas como sociópatas conviven con nosotros sin matar a nadie y, de hecho, pueden ocupar altos puestos en la política y la economía.
Los psicópatas se caracterizan de manera general por carecer de empatía por los demás, son hábiles manipuladores, egocéntricos, no conocen el miedo y están más predispuestos a comportamientos antisociales y desinhibidos. Un entorno propicio y ambiciones pueden convertirlos en personas despiadas y peligrosas, al menos para la salud mental.
Están representados de manera desproporcionada en dos sectores: la población penal y el mundo corporativo. En el primero, son entre el 15 y el 20% y en el mundo corporativo, alrededor de un 3,5%, aunque la cifra es más alta entre los poderosos CEO, de acuerdo con un artículo de Benedict Sheehy, profesor asociado de la Universidad de Canberra en The Conversation.
Un coste psicológico y monetario
Sheehy, junto a los expertos Clive Boddy y Brendon Murphy, ha investigado el impacto de los psicópatas en el mundo corporativo. Esos estudios sugieren que los psicópatas corporativos le cuestan a la economía miles de millones de dólares no solo a través del fraude y otros delitos, sino también a través del daño personal y organizacional que dejan a medida que ascienden en la escala corporativa.
De acuerdo con Sheehy, los psicópatas suelen ser intrépidos y confiados, lo que les ayuda a presentarse como empleados potencialmente ingeniosos y a obtener empleo. Por ejemplo "Chainsaw Al" Dunlap, fue célebre como un "racionalizador" corporativo eficaz, reduciendo personal de la empresa Sunbeam tras asumir el cargo de presidente y director ejecutivo en 1996. Sus métodos de gerencia dieron como resultado ganancias récord de $189 millones de dólares en 1997.
Sin embargo, su éxito tuvo más que ver con su disposición a cometer fraude que con su falta de compasión. Fue despedido en 2018 y tuvo que pagar cuantiosa compensación a la empresa, pero nunca enfrentó cargos. Los expertos identificaron rasgos psicopáticos en el hombre, fallecido en 2019.
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En el libro de 2017 A Climate of Fear: Stone Cold Psychopaths at Work (Un clima de temor: los fríos psicópatas en el trabajo), Clive Boddy describe cómo son los psicópatas corporativos:
Utilizan reestructuraciones organizativas para debilitar las amenazas potenciales
Intimidan a los colegas para que obedezcan
Difunden rumores para socavar a los competidores
Implementan "técnicas de gestión de impresiones ascendentes" para la competencia del proyecto
Justifican el mal comportamiento como “decisiones difíciles que se tuvieron que tomar”
Los psicópatas y sociópatas no son enfermos mentales, sino personas con trastornos antisociales de la personalidad que no tienen arreglo.
Minimizar su impacto
Debido a que debemos convivir con ellos, es posible minimizar el daño que hacen, previniéndolo.
Los psicópatas tienen una ventaja natural en cualquier proceso de reclutamiento superficial debido a su menor inhibición para atribuirse calificaciones, experiencia y competencias que no tienen, y para atribuirse el mérito por el trabajo que no hicieron. Por tanto, el primer paso es un proceso de reclutamiento estricto.
Si ya están contratados y son eficaces en su trabajo, debe haber una cultura laboral que prevenga y castigue la intimidación y el acoso, señales claras de advertencia de comportamiento tóxico que suelen adoptar los psicópatas cuando son ambiciosos, en su lucha por ascender la escalera corporativa.
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