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Cómo el trabajo a distancia unió a empleados que ganan 19 dólares por hora y 80.000 dólares al año

Oficinas centrales de Amazon en Seattle, Washington, el 26 de marzo de 2023. (Grant Hindsley/The New York Times)
Oficinas centrales de Amazon en Seattle, Washington, el 26 de marzo de 2023. (Grant Hindsley/The New York Times)

Eric Deshawn Lerma sintió oleadas de ansiedad cuando se puso a contar los costos adicionales de su día a día desde que Amazon regresó a sus oficinas esta primavera. El estacionamiento, la gasolina, la comida; todo esto añadía al menos 200 dólares más al mes; todo para apoyar una política cuya justificación no entiende del todo después de tres años durante los cuales él y sus compañeros de equipo han estado realizando su trabajo desde su casa.

Aun así, cuando Lerma escuchó que algunos de sus compañeros estaban organizando un paro para protestar contra la política de regreso a la oficina, según la cual los empleados tienen que ir a la oficina al menos tres veces por semana, al principio dudó en participar. Después de todo, sabe que miles de trabajadores de Amazon no cuentan con la flexibilidad de trabajar en casa. Su puesto les exige ir todos los días a los almacenes para realizar trabajos físicamente demandantes.

“Esto en verdad me ha puesto en un conflicto interno acerca de si trabajar en casa es un lujo o un derecho”, comentó Lerma, de 27 años, quien es asistente ejecutivo en Seattle y se unió a la empresa, donde siente que se ha desarrollado a nivel personal y profesional, en 2022. “Hay diferentes derechos y prestaciones que me otorga mi puesto”.

No obstante, al final decidió unirse de manera virtual. “Aunque los empleados de almacén tienen condiciones de trabajo mucho más duras que yo, tendría que poder ejercer el derecho a proteger mi autonomía como empleado”.

Ahora, miles de empleados corporativos de todas las industrias que se mantienen firmes en que no quieren regresar a la oficina se enfrentan a un conflicto: ¿cómo se comparan sus demandas con las de millones de trabajadores cuyos puestos nunca les han brindado la facilidad de trabajar a distancia? Y, ¿el activismo de los empleados corporativos puede servirles a los trabajadores, incluso a los que tratan de sindicalizarse, fuera del ámbito corporativo?

Este conflicto es posterior a una pandemia que agudizó la división entre los empleados administrativos que podían realizar su trabajo desde la seguridad de sus hogares y los trabajadores que casi nunca podían hacerlo y estaban más expuestos al COVID.

Centro de distribution de Amazon en Staten Island, Nueva York, el 15 de marzo de 2019. (Hiroko Masuike/The New York Times)
Centro de distribution de Amazon en Staten Island, Nueva York, el 15 de marzo de 2019. (Hiroko Masuike/The New York Times)

De manera simultánea, los trabajadores, tanto del ámbito corporativo como del no corporativo, han reevaluado sus condiciones de trabajo, renunciado por oleadas a su empleo y exigido mejores salarios en el contexto de un mercado laboral ajustado que en determinado momento se denominó “economía obrera”. Esta primavera, la tasa de desempleo se ha mantenido baja: en 3,4 por ciento con los salarios en aumento.

El miércoles, en las oficinas centrales de Amazon en Seattle, una gran multitud de empleados abandonaron sus puestos de trabajo durante una hora a la hora del almuerzo. Se estaban manifestando en contra de la política de regreso a la oficina de esta compañía y de otros asuntos que incluían los despidos y el impacto que tenía la empresa sobre el cambio climático, con carteles en los que se leían frases como “Solo dile No al regreso a la oficina”. Semanas antes, los empleados expresaron su molestia con la política de regresar a la oficina en un canal de Activismo a Distancia que cuenta con más de 30.000 miembros, en el sistema de mensajería instantánea Slack del lugar de trabajo.

Los organizadores calcularon que más de 1000 personas se sumaron al paro el miércoles en Seattle. Amazon calculó que habían participado 300.

“Estamos aquí porque muchos de los empleados de Amazon sienten que algo no está bien con la empresa”, comentó Eliza Pan, una de las organizadores del paro y exempleada de Amazon, frente a la animada multitud y la gente que se pasaba pizzas y reproducía música.

Pan también leyó un comunicado de solidaridad enviado por un organizador de almacén.

La empresa tiene más de 350.000 empleados corporativos y de tecnología a nivel global. Más de 900 de ellos en Seattle y 2000 en todo el mundo se comprometieron a participar en el paro. Algunos empleados, sobre todo los que son padres, atribuyen parte de su molestia al costo financiero que implica regresar a la oficina, sobre todo por los gastos y las presiones del cuidado infantil.

La gran mayoría del más de millón de empleados de Amazon, entre ellos los que formaron un sindicato en un almacén de Staten Island, Nueva York, han estado trabajando de manera presencial durante la pandemia.

Apple, donde los empleados publicaron cartas abiertas para protestar contra el trabajo presencial, y Gap se han enfrentado a una dinámica parecida. En Starbucks, más de 70 empleados que dieron su nombre, junto con otros que permanecieron en el anonimato, enviaron una petición este año en la cual exhortaban a la empresa a que les permitiera seguir trabajando a distancia. Los miembros del sindicato que representan a los baristas de Starbucks han apoyado a estos empleados corporativos, pese a que la mayoría de los cerca de 250.000 empleados en Estados Unidos, entre ellos los de más de 300 establecimientos sindicalizados, no pueden trabajar desde su casa.

De hecho, muchos trabajadores de establecimientos y almacenes no han tardado en mostrar respaldo a sus colegas corporativos y señalan que ellos no ganan nada en ver que los empleados de oficina pierden la flexibilidad que gracias a la pandemia se estableció que era posible.

“El trabajo que hacemos está en dos campos distintos”, comentó Anna Ortega, de 23 años, quien es una integrante activa de un grupo de trabajadores de almacén llamado Empire Amazon Workers United y ha estado trabajando en un centro de Amazon en San Bernardino, California, durante casi dos años. “Esto solo nos demuestra que Amazon tiene un problema con sus trabajadores y no nos escucha”.

Ortega se pasa todo el día cargando paquetes de 22 kilogramos, un trabajo que jamás podría hacer desde su casa. Pero afirmó que apoyaba a los empleados de Amazon que estaban solicitando la flexibilidad de seguir trabajando a distancia.

“Creo que si los empleados están contentos y pueden ser productivos en su casa, podrían dar mejores resultados”, comentó Ortega.

Un portavoz de Amazon, Brad Glasser, señaló que la empresa respetaba “el derecho de los empleados de expresar su opinión y reunirse pacíficamente”, pero que había observado “más energía, colaboración y conexión” desde que los empleados regresaron a la oficina.

En Starbucks, los miembros del sindicato que representa a los trabajadores de los establecimientos han estado en contacto con los empleados corporativos por medio de Discord y otras plataformas ofreciéndoles su apoyo. Y cuando los empleados corporativos publicaron su petición, le solicitaron a la empresa que diera marcha atrás a la política de regreso a la oficina y permitiera elecciones libres y justas para el sindicato en todos los establecimientos.

Starbucks ha indicado que su política, la cual exige que sus 3750 empleados corporativos vayan a la oficina tres días a la semana, tiene un componente de equidad para sus empleados, o “socios”, debido a que “muchos socios no tuvieron la prerrogativa de trabajar a distancia”. Pero algunos miembros del sindicato han descartado este razonamiento.

Para Sarah Pappin, una supervisora de turno de 32 años en Seattle, lo que están solicitando los empleados corporativos está relacionado directamente con lo que los trabajadores de los establecimientos están pidiendo, como más medidas de protección contra el COVID.

“Puede haber explotación incluso en los trabajos que podrían considerarse trabajos soñados”, aseveró. “Creo que hay una conciencia cada vez mayor de que todos somos trabajadores”.

Pero ese sentimiento de solidaridad no elimina la culpa que sienten algunos empleados de oficina cuando piden conservar la libertad de un día de trabajo en la estancia de su casa. Muchos oficinistas también se han dado cuenta de todas las ventajas que tienen incluso en sus actividades de organización.

“Estamos mucho más cerca del liderazgo”, señaló Lerma. “Yo tengo acceso a una computadora portátil del trabajo que me ha proporcionado el directorio completo de todos en Amazon. Tengo acceso a Slack, el cual puede darme el contacto que yo quiera. Un empleado de almacén no cuenta con esos lujos”.

c.2023 The New York Times Company