Yahoo Finanzas Tres grandes mitos sobre lavar la ropa: ¿verdad o mentira?
David Kender
Como ocurre con casi cualquier cosa que tengas en tu casa, de esas que das por sentadas, la modesta lavadora tiene una historia larga y extraña. El concepto básico de un tambor giratorio se remonta a finales del siglo XVIII; desde entonces hemos vistos versiones accionadas por caballos, manivelas e incluso balancines para niños.
Las lavadoras eléctricas son maravillas de la modernidad que utilizan equilibradamente cuatro principios básicos ‒tiempo, temperatura, química y agitación‒ para eliminar manchas sin destruir los tejidos. En resumen, no es fácil. Y nuestra torpe intervención normalmente no ayuda.
Probablemente debido a que las innovaciones van a un ritmo más rápido que nuestra comprensión, a menudo sabemos menos sobre las cosas que tenemos de lo que deberíamos. La lavadora no es una excepción. Al lavar la ropa, entran en juego toda una serie de mitos y errores de cálculo, lo que da como resultado ropa más sucia y más tiempo perdido.
Antes de preparar la próxima carga, revisa algunos mitos conocidos y averigua qué tan bien resisten cuando se ponen a prueba.
Mito 1: si se usa más detergente y agua, se limpia más
Falso. Las lavadoras modernas son maravillas que logran los mejores resultados cuando se usa una cantidad mínima de energía y agua, pero mucha gente sigue creyendo de forma errónea que si se añade más agua o detergente, la ropa sale más limpia.
De hecho, lo cierto es justamente lo contrario. Los detergentes funcionan al interaccionar químicamente con el agua, las telas y las manchas. Sus formulaciones son reajustadas constantemente ‒a menudo dos veces al año‒ para seguir el ritmo de las cambiantes tendencias de la moda y el rediseño de los electrodomésticos.
Si añades más agua, solo harás que el detergente se diluya y sea menos efectivo. Además, si añades más agua a una lavadora con carga superior, la ropa flota más alto en el tambor y, por tanto, queda más lejos del agitador.
Al añadir más detergente, se generan otros problemas. El ciclo de enjuague al final del programa está calibrado contemplando una cantidad correcta de detergente. Si te excedes, es probable que quede detergente en tu ropa, lo que podría producir una reacción en la piel. El detergente sobrante también puede acumularse en la lavadora y causar olores.
Consejo profesional: sigue las instrucciones incluidas en el detergente y deja que la lavadora decida sobre el agua.
Mito 2: la ropa solo se limpia de verdad con agua caliente
Falso en gran medida. Si por limpia de verdad quieres decir desinfectada, entonces es cierto, necesitarás agua caliente (muy caliente, de hecho). Si te tomas en serio el tema de desinfectar la ropa, busca la certificación NSF, que verifica que el 99,9 % de microorganismos se eliminen durante el ciclo de lavado.
En la mayoría de situaciones, no obstante, desinfectar es una medida excesiva. Dado que las restricciones Energy Star han hecho que la temperatura promedio del ciclo de lavado caiga a hasta 20 °C en los últimos años, los fabricantes de electrodomésticos y detergentes se han visto obligados a ser creativos. Con el paso del tiempo, las enzimas presentes en los detergentes han cambiado y el diseño físico del tambor ha evolucionado. Como resultado de eso, los ciclos en frío son más efectivos que nunca antes.
El consejo profesional: sigue las instrucciones incluidas en la etiqueta de la lavadora. Ya sabes, todos esos símbolos quieren decir algo.
Mito 3: las alternativas a detergentes y las bolas de secado funcionan igual de bien que los productos tradicionales
Verdad a medias. El lavado de la ropa no es ajeno al mundo enrevesado y a veces pseudocientífico de las alternativas verdes que nos traen vagas promesas de ser “naturales” y “seguras”.
No es que sus críticas no tengan mérito ‒las aguas usadas para lavar ropa contienen sutancias químicas que pueden ser peligrosas para los microorganismos que juegan un papel crucial en el ecosistema‒, pero se entiende que el detergente común es efectivo, mientras que las soluciones alternativas fallan en gran medida.
Crystal Wash, por ejemplo, es una bola de plástico reutilizable que afirma que sus biocerámicas limpian tan bien como los detergentes tradicionales hasta 1.000 lavados. Sin embargo, nuestras pruebas en laboratorio en Reviewed, revelaron que no funcionan mejor que el agua sola.
De forma parecida, alternativas como Eco Nuts y todas las recetas de detergentes caseros que circulan por las redes sociales, también estuvieron muy por debajo del detergente comprado en la tienda que usamos en nuestras pruebas.
Las bolas de secado hechas con lana natural son otra alternativa. Están destinadas a sustituir el suavizante, un artículo que ciertamente es digno de sustituir, ya que cubre tu ropa limpia de una capa innecesaria.
Sin embargo, los ovillos de lana, tampoco cumplieron con sus pretensiones y no redujeron el tiempo de secado ni las arrugas. Un punto a su favor: los ovillos se pueden rociar con un aceite esencial antes de ponerlos adentro y agregan un aroma fresco a tu ropa sin necesidad de usar productos químicos ni suavizantes.
El consejo profesional: al igual que con todo lo que tengas, es tu decisión, por lo que debes lavar la ropa como quieras. Mientras recuerdes limpiar la ventilación de la secadora, no le haces daño a nadie.
David Kender
Know Your Stuff es una nueva columna que desvela los secretos ocultos de los productos que usas de forma cotidiana.
