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La guerra comercial de Trump con China genera el caos entre los minoristas en vísperas de Navidad

En vísperas de Navidad apenas hay emoción en las sedes corporativas de los principales minoristas, debido sobre todo a la prolongada guerra comercial del presidente Donald Trump con China.

Más bien reina el caos y el miedo entre los ejecutivos encargados de poner en marcha las cadenas de ejecución antes de un período de tres meses, lo cual podría beneficiar o destrozar el año financiero de un minorista e incluso, el año siguiente.

“Desde nuestro punto de vista, la mayoría de los minoristas de ropa evitarán el aumento de precios en Estados Unidos, pero si los aranceles aumentan, es inevitable que se produzca un incremento de precios. Las estrategias de mitigación no pueden llegar muy lejos porque la capacidad de fabricación fuera de China se está restringiendo cada vez más y las concesiones no son una solución óptima a largo plazo”, explicó la analista comercial de Bank of America Merrill Lynch, Lorraine Hutchinson.

En resumen, en este momento los minoristas están atrapados entre la espada y la pared.

Se avecina el caos

El 1 de septiembre, la administración Trump volvió a golpear a China con nuevos aranceles, esta vez del 15 % sobre unos 125 mil millones de dólares, principalmente en productos de consumo. Aunque productos como los altavoces inteligentes, las camisetas y el calzado esquivaron la primera ronda de aranceles, no tuvieron tanta suerte la segunda vez.

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Ahora aproximadamente el 77 % de todas las importaciones de calzado, ropa y textiles para el hogar desde China a Estados Unidos tienen un arancel atribuido, según una investigación de la American Apparel and Footwear Association. Para el 15 de diciembre, se esperan más aranceles sobre la ropa y el calzado.

En esta foto tomada el miércoles 28 de agosto de 2019, Jennifer Lee, cuya familia es propietaria de la tienda de calzado Footprint en San Francisco, se encuentra junto a una estantería de calzado deportivo, muchos de los cuales se fabrican en China y están sujetos a los nuevos aranceles estadounidenses para los productos chinos que entró en vigor a partir del 1 de septiembre. (AP Photo/Terry Chea)

No obstante, vale aclarar que los minoristas, tanto grandes como pequeños, han estado recibiendo señales durante todo el año. De hecho, han utilizado la mayor parte del año para reconfigurar sus cadenas de producción y distribución, trasladando la mayor cantidad posible de la producción desde China a otras regiones como la India y Vietnam. Este verano, también llenaron muy temprano sus almacenes con las mercancías de la vuelta al cole y algunos de los productos navideños, para evitar el aumento de los aranceles.

Debido a esos esfuerzos hercúleos, los efectos de la guerra comercial no afectaron sustancialmente las ganancias de los principales minoristas en la primera mitad del año. Por tanto, hay que felicitar a los ejecutivos que lo hicieron posible.

Sin embargo, Hutchinson señaló dos realidades duras a pesar de los esfuerzos de los minoristas por proteger sus ganancias.

Por un lado, los costos del suministro de la ropa y el calzado ahora han comenzado a aumentar después de un período de seis años de precios planos para reducir los costes. Esto se debe a la guerra comercial de Trump, que está causando la interrupción de la cadena de suministro en muchas industrias que durante décadas han dependido de China.

Es una gran ineficiencia para la industria que menos puede permitírselo.

Hutchinson dijo: “Esperamos que los costes aumenten en los próximos años porque la guerra comercial ha acelerado el cambio en la cadena de suministro en múltiples industrias, creando una capacidad ajustada y un entorno inflacionario alrededor de los centros de fabricación clave del sudeste asiático. Vemos el riesgo de que incluso un aumento anual modesto en los costos de suministros pueda presionar los márgenes para muchas marcas dado que el precio de la ropa sigue siendo deflacionario”.

No hay alivio ni en Vietnam

Por otra parte, uno de los principales beneficiarios del cambio de producción de los minoristas de ropa ha sido Vietnam. Desafortunadamente, otras industrias, como la de equipos tecnológicos y semiconductores, también han descendido al mercado emergente para conseguir productos. Eso está comenzando a aumentar significativamente los costos en Vietnam, lo cual ha sorprendido a muchos actores de la industria minorista que habían pensado que el país les abarataría los costes, explicó Hutchinson.

“Si bien los salarios mínimos solo han aumentado un 5 % interanual en Vietnam en 2019, nuestras investigaciones indican que los salarios de los empleados de las fábricas en las ciudades clave, Hanói y Ho Chi Minh, han aumentado a un ritmo lento de dos dígitos. Los proveedores luchan para reclutar y capacitar a nuevos empleados lo suficientemente rápido como para mantener al día los pedidos, mientras que las iniciativas de responsabilidad social corporativa de los fabricantes limitan las horas extras semanales y anuales para los empleados existentes”, advirtió Hutchinson.

Dado que China sigue representando aproximadamente el 33 % de las importaciones de prendas de vestir estadounidenses, Hutchinson cree que habrá una “curva de aprendizaje” para operar en la nueva realidad de Vietnam. También se requerirán inversiones significativas en Camboya, Indonesia y Bangladesh para gestionar los pedidos que Vietnam simplemente no puede asumir en esta etapa, según Hutchinson.

Eso aumenta la ineficiencia.

Para los minoristas, esto suena a arriesgar su margen de beneficio de cara a esta temporada navideña y hasta 2020.

Los consumidores son los más afectados

Los inversores en el sector minorista ya han comenzado a expresar sus preocupaciones sobre el poder de ganancias de muchos de sus representados.

El Consumer Discretionary Select Sector SPDR Fund ETF se ha mantenido rezagado en el promedio industrial S&P 500 y Dow Jones durante la mayor parte de septiembre. Las acciones de los grandes almacenes Macy’s (M) y J.C. Penney (JCP) han caído en picado desde agosto.

Hutchinson señaló a American Eagle Outfitters (AEO), Abercrombie & Fitch (ANF), Gap (GPS) y Ralph Lauren (RL) como las empresas de moda con mayor riesgo ante la interrupción de la cadena de suministro de China.

Las cadenas de descuento como Ross Stores (ROST), Burlington Stories (BURL) y TJX Companies (TJX), así como las marcas deportivas Nike (NKE), Under Armour (UA), VF Corp. (VFC), Lululemon (LULU) y Columbia Sportswear (COLM) podrían convertirse en ganadores relativos, según Hutchinson.

¿Quién es el más afectado? Obviamente, el consumidor estadounidense que espera una gran oferta en un suéter para esta temporada navideña. ¿Mi consejo? Empieza a ahorrar desde hoy.

Brian Sozzi