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La UE propone medidas drásticas contra empresas que usen reclamos ecológicos engañosos

El comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, en Bruselas

Por Kate Abnett

BRUSELAS, 22 mar (Reuters) - La Comisión Europea propuso el miércoles una serie de normas que obligarían a las empresas europeas a respaldar con pruebas las afirmaciones de que sus productos son respetuosos con el clima, con el fin de acabar con las etiquetas ecológicas engañosas en productos como la ropa, los cosméticos o los aparatos electrónicos.

Las normas propuestas por la Unión Europea regularían etiquetas como "natural", "neutro para el clima" o con "contenido reciclado", y abordarían lo que la UE considera un lavado verde descontrolado de los productos que se venden en Europa.

Para utilizar estas etiquetas, las empresas deben realizar una evaluación científica de todas las repercusiones ambientales significativas, a fin de demostrar que su producto cumple los requisitos de la etiqueta, o hacer que se verifique en el marco de un sistema de etiquetado ambiental.

Un verificador acreditado tendría que comprobar cada afirmación antes de que una empresa pueda utilizarla públicamente. Las empresas que afirmen ser respetuosas con el clima sin pruebas podrían enfrentarse a sanciones económicas.

Una evaluación de la Comisión de 150 alegaciones sobre las características medioambientales de los productos en 2020 concluyó que la mayoría —el 53%— ofrecía "información imprecisa, engañosa o infundada".

"Por eso hemos tenido que reaccionar, porque esas afirmaciones falsas, ese lavado de cara ecológico, por parte de las empresas se han vuelto cada vez más sofisticados", dijo el comisario de Medio Ambiente de la UE, Virginijus Sinkevicius.

Según Sinkevicius, las normas deben ayudar a los consumidores a identificar los productos realmente ecológicos y reconocer el mérito de las empresas cuyos productos tienen beneficios reales para el medio ambiente, frente a las que hacen afirmaciones falsas.

"Tienen que competir con quienes están aprovechando abiertamente", dijo a Reuters.

La propuesta abarcaría todos los productos de consumo vendidos en la UE, a menos que estén amparados por la legislación comunitaria vigente que regula determinadas etiquetas (por ejemplo, los alimentos orgánicos).

Los grupos de defensa de los consumidores acogieron favorablemente el plan como un paso adelante respecto a la actual proliferación de alegaciones ecológicas, en gran medida no regulada. Aun así, advirtieron que daría a las empresas demasiada libertad para elegir qué datos o impactos utilizan para evaluar las afirmaciones que hacen las empresas, en lugar de establecer una norma europea firme para todos.

"Un mismo producto podría evaluarse con dos metodologías distintas, y los resultados serían completamente diferentes", afirma Margaux Le Gallou, directora de programas de la organización sin ánimo de lucro Environmental Coalition on Standards.

Uno de los requisitos sería que las empresas cuyas afirmaciones se basen en la compra de créditos de carbono para compensar su propio impacto ambiental lo hagan público.

Los países de la UE y el Parlamento Europeo deben negociar la ley definitiva. Sinkevicius dijo que esperaba que esas negociaciones concluyeran para que la ley pudiera aplicarse en 2024.

(Reporte de Kate Abnett; editado en español por Flora Gómez)