Un inquilino que “no se quiere ir” detiene un proyecto de US$70 millones en Nueva York
Ahmet Nejat Ozsu, que lleva 15 años en el apartamento, debe US$13.600 en renta
Naftali Group ha puesto una demanda por US$ 25 millones contra él y su abogado
Mientras tanto, la empresa trata de hacerle la vida lo más desagradable posible
Cada proyecto inmobiliario en New York, como en cualquier otra ciudad, enfrenta sus propios obstáculos logísticos, financieros, legales o burocráticos, pero uno en particular -que además es muy costoso- atraviesa por una verdadera pesadilla: está paralizado por un inquilino que no se quiere ir.
Según la revista New York Post, el mercado inmobiliario en la Gran Manzana es “ciertamente intenso”. Existe mucha demanda y los compradores adinerados suelen hacer solicitudes muy específicas, “hay mucha acción cuando se trata de comprar y vender, así como mucho dinero en juego”.
Las nuevas propiedades en desarrollo en NYC pueden llegar a costar un mínimo de 10 millones, y los precios van subiendo como la espuma. Actualmente, existen unas 1.444 proyectos en desarrollo de poca y gran altura, lo que incluye 1.436 edificios de condominios, según BuzzBuzzHome.
El inquilino “molesto”
Desde un apartamento en el Upper West Side de Manhattan, Ahmet Nejat Ozsu se mantiene firme en su decisión de no mudarse. Ha vivido allí 15 años, está desempleado y debe más de US$13.600 en renta, pero su abogado le ha dicho que tiene derecho legal a quedarse en las instalaciones.
Como resultado, una compañía de desarrollo e inversión en el sector de la vivienda, Naftali Group, ha tenido que pausar sus planes para crear nuevos condominios. La compra del edificio le costó a la empresa unos US$ 70 millones, mucho que perder si el proyecto no avanza.
El abogado de Ozsu, Adam Leitman Bailey, dice que su caso se adhiere al ERAP, un programa de asistencia que ayuda a los inquilinos con el pago de la renta, en situaciones de urgencia.
Desde marzo de 2020, los inquilinos “en apuros” pueden calificar al programa si reciben beneficios por desempleo o experimentaron dificultades financieras, directa o indirectamente, debido a la pandemia de COVID-19.
Otro requisito puede ser que el habitante esté en riesgo de quedarse sin hogar o sufrir inestabilidad de vivienda, lo que se puede demostrar al tener atrasos en el pago del alquiler.
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Una demanda de US$ 25 millones para que se vaya
Naftali Group no ha tenido más remedio que emitir una demanda por US$ 25 millones, que no solo incluye a Ozsu, de 52 años, sino también a su abogado.
El resto de los inquilinos ya abandonaron el edificio, y a Ozsu le han ofrecido un apartamento en otro lugar, pero al parecer este preferiría recibir una jugosa oferta por parte de la empresa. Eso no ha sucedido.
En cambio, el Grupo Naftali supuestamente ha hecho que su situación de vida sea desagradable. Han instalado un ruidoso ventilador y una cámara de seguridad frente a su puerta, entre otros inconvenientes menores y mayores, como aparentemente ser acosado por los constructores.
“Aunque está derribando el edificio, el nuevo propietario ha hecho obras de construcción, justo enfrente de su vivienda todos los días”, dijo al New York Post el abogado Leitman Bailey.
El Grupo Naftali compró en junio el edificio de 128 apartamentos, situado en el 215 W. 84th St, y, aunque todavía tienen que solicitar nuevos permisos, el experto local en urbanización George M. Janes le dijo al New York Times que una demolición completa seguida de la construcción de una nueva torre residencial es el escenario más probable.
“Tengo derecho a estar aquí”, insistió Ozsu al Times. Su apartamento de una habitación tiene 65 metros cuadrados y un balcón privado. “Y no tengo adónde ir”.