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Unai Emery está de regreso y viene por más

Unai Emery, el entrenador del Villareal de España, en Nueva York, el 23 de junio de 2022. (Jackie Molloy/The New York Times)
Unai Emery, el entrenador del Villareal de España, en Nueva York, el 23 de junio de 2022. (Jackie Molloy/The New York Times)

Ya han pasado más de tres años, pero Unai Emery todavía recuerda el momento como si acabara de presenciarlo. Cuando comenta al respecto, toda la frustración que sintió ese día de marzo de 2019 viene de golpe.

Pierre-Emerick Aubameyang acaba de hacerse con el balón, el reloj ya ha rebasado el minuto 90, el árbitro ha puesto calma al caos y el Arsenal podrá cobrar un penalti, una oportunidad en el último instante para ganar el partido. También es una oportunidad para Emery, en su primera temporada como entrenador del Arsenal, para llevar a su equipo a la Liga de Campeones a costa del resentido club vecino del norte de Londres, el Tottenham Hotspur.

No obstante, Aubameyang, un habitual cobrador certero desde el punto de penalti, no logra anotar. Ese disparo, esa oportunidad desperdiciada, fue el momento, al menos en lo que atañe a Emery, que terminó no solo con las esperanzas del Arsenal de jugar junto a la élite europea del futbol, sino también de mantener su trabajo como director técnico del Arsenal.

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Jugamos una buena temporada y estuvimos muy cerca, pero este momento...”, menciona Emery y deja inconclusa la frase. No necesita decir más.

Para Emery, dos temporadas después de lo que ha sido considerada por la mayoría de las métricas como una labor exitosa para reconstruir su carrera en el club español Villarreal, no solo los partidos de futbol son definidos por los momentos: un penal fallado o una atajada de último minuto, una ventaja perdida o un gol que signifique ganar el encuentro. Él lo sabe tan bien como cualquier persona, carreras enteras también pueden ser arruinadas (o despachadas a trayectorias nuevas e inesperadas) por un solo momento aquí o allá.

Emery, de 50 años, no cayó completamente por la escalera después de su despido del Arsenal. Estuvo desempleado solo meses antes de llegar el siguiente verano al Villarreal, donde ha dirigido una racha dorada que considera le ha dado de nuevo las credenciales para uno de los puestos más importantes en este deporte. Al menos un club de la Liga Premier lo llamó. (Emery rechazó el ofrecimiento). Más clubes le seguirán. Parece un hombre que está listo a escuchar.

Emery comentó: “Pienso que recuperé mi nivel para en el futuro mantener mi objetivo alto, alto, alto”, mientras elevaba las manos por encima de su cabeza. “Soy muy ambicioso”.

Unai Emery, el entrenador del Villareal de España, en Nueva York, el 23 de junio de 2022. (Jackie Molloy/The New York Times)
Unai Emery, el entrenador del Villareal de España, en Nueva York, el 23 de junio de 2022. (Jackie Molloy/The New York Times)

Después de todo, ya ha estado en la cima del futbol: victorias en tres finales europeas con el Sevilla, dos temporadas como entrenador del Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones y después esa llamada para ir a Londres a ser entrenador en la Liga Premier.

En 2018, Emery recibió la encomienda de llevar al Arsenal al futuro, de encargarse de su transición después de 24 años del liderazgo de Arsène Wenger. La era Emery comenzó bastante bien, con once victorias consecutivas, la mejor racha del club en más de una década. Sin embargo, ocurrió el fallo del penal, el fracaso en superar al Tottenham en la clasificación, la amarga derrota ante el Chelsea en la final de la Liga Europa. Emery sobrevivió el verano, pero, en noviembre, tras una extendida racha sin triunfos, el Arsenal lo destituyó.

Su partida desalentadora ha sido cambiada por una aventura de dos años en el este de España, un viaje emocionante que ha logrado el primer trofeo importante del Villarreal, momentos de gloria contra algunos de los equipos más poderosos del futbol y una prueba, al menos para Emery, de que aún puede ser considerado como uno de los mejores entrenadores de este deporte.

Sus éxitos más llamativos acontecieron la temporada pasada, cuando llevó a su equipo (una mezcla de veteranos aguerridos, jugadores descartados de los grandes clubes y jóvenes promesas) en una excursión inverosímil a través de la Liga de Campeones. El Villarreal eliminó a la Juventus y al Bayern Munich antes de amenazar con una remontada de proporciones cinematográficas contra el Liverpool en las semifinales.

Emery relató que esa travesía se construyó con jugadores que estuvieron a la altura cuando su momento llegó. Señaló que gran parte del éxito del Villarreal se forjó en el entrenamiento, al practicar jugadas a balón parado y contrataques, al meterles en la cabeza a los jugadores la idea de que tenían que adentrarse y apegarse a un plan.

Emery manifestó: “Esa es la diferencia que puedes marcar con otros equipos”. Desde su punto de vista, los entrenadores pueden mejorar a sus jugadores y sus equipos en un 10 o 15 por ciento. El resto depende de ellos, es una mezcla de preparación, fe y aplomo en los momentos críticos.

Unai Emery, entrenador del Villarreal, durante un partido de la Liga Santander en Madrid, España. (Foto: Ángel Martínez/Getty Images)
Unai Emery, entrenador del Villarreal, durante un partido de la Liga Santander en Madrid, España. (Foto: Ángel Martínez/Getty Images) (Angel Martinez via Getty Images)

Comentó: “¿Cómo puedo explicarlo? El año pasado, fuimos peores cuando jugamos contra el Arsenal en las semifinales de la Liga Europa. Éramos peores que ellos. Eran mejores que nosotros. Pero nuestro trabajo antes de llegar a jugar contra ellos es crear una muy buena mentalidad y es en ese momento cuando un entrenador puede hacer que su equipo sea mejor que uno que tiene mejores jugadores”.

Fue una fórmula que él volvió a llevar a la Liga de Campeones la primavera pasada. Emery señaló que, antes de cada serie de partidos de ida y vuelta en las rondas eliminatorias, les aseguró a sus jugadores que deberían esperar sufrir y ser superados durante largos momentos, pero que deberían creer que su oportunidad llegaría para inquietar al oponente, ya fuera defensiva u ofensivamente. Emery les indicó: “Cuando ellos comiencen a sufrir es cuando ustedes pueden ganar”.

Los momentos fueron inolvidables. Una victoria 3 a 0 contra la Juventus. Una impresionante victoria de ida contra el Bayern Munich en España y después un gol al minuto 88 para eliminar a los alemanes en su propio estadio. Contra el Liverpool, Villarreal remontó un 2 a 0 en la ida en 41 minutos para dejar a su rival temblando y a su estadio enardecido.

El Liverpool se recuperó y sobrevivió (a los otros equipos también les toca tener sus momentos), pero la racha en la Liga de Campeones ha elevado el perfil de los mejores jugadores del Villarreal. Algunos irán a otros equipos. Su entrenador acepta que es probable que él también se marchará algún día.

Emery llegó al Villarreal con la reputación afectada por la naturaleza de su salida del Arsenal. Esas heridas no están completamente curadas. Describió su partida como un “golpe”. Cuando fue despedido, Emery enfrentaba críticas que en ocasiones se sentían más personales que profesionales: mucho antes del final, exjugadores y parte de los medios informativos habían atacado su dominio del inglés.

Esas críticas siguen siendo hirientes: cuando un aficionado en un partido de pretemporada en Inglaterra provocó hace poco a Emery al pedirle que dijera “Buenas tardes” en inglés burlándose de su acento, el entrenador respondió con un gesto obsceno que se hizo viral.

En el Villarreal, los adinerados dueños del equipo le han brindado a Emery una plataforma para encontrar equilibrio en su vida, así como un espacio para reconstruir su confianza en su estilo de entrenamiento. Sin embargo, Emery señaló que estaba seguro de que su éxito no se trataba de un caso de un entrenador que encuentra su nivel, de un líder que se siente más cómodo un peldaño por debajo de la élite. Emery afirmó: “Estoy en un muy buen ambiente para sentirme fuerte, para sentirme otra vez seguro de mí mismo, al agregar confianza en mi trabajo. Y luego, un nuevo desafío”.

Su determinación para volver a la cima tal vez queda mejor demostrada a través de sus actividades extracurriculares: mientras ha buscado restablecer sus credenciales en España, también ha trabajado arduamente en su inglés. Describió su viaje de verano a Nueva York como una oportunidad de aprendizaje y también como unas vacaciones con su hijo, Lander. Es quizá una admisión tácita de que no todas las críticas durante su época en el Arsenal estaban erradas.

Emery ha estado reflexionando sobre esos momentos en el Arsenal cuando no podía transmitir su mensaje o esas primeras conversaciones importantes con jugadores clave cuando las barreras lingüísticas dificultaron crear el tipo de vínculo entre jugador y entrenador que es esencial para los equipos triunfadores.

Emery exclamó: “Llegaré con mejor inglés la próxima vez”.

Esa ocasión podría llegar pronto. Sin embargo, por ahora, Emery está preparado para esperar su oportunidad, para esperar el momento adecuado.

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