Yahoo Finanzas ¿Qué veo? Cinco series policiales europeas para descubrir este fin de semana
Los relatos policiales se han convertido en un territorio perfecto para las series, un marco sobre el que modelar personajes, ambientes e intrigas que capturen al espectador en el compromiso con una narrativa que se extiende a lo largo de varios episodios. Pero en el caso de las ficciones europeas, también han logrado internarse en asuntos candentes de la agenda pública como la inmigración, recoger el impacto de las nuevas tecnologías en la comisión de crímenes, la herencia de la literatura del enigma y los ecos de los fantasmas personales en el ejercicio de la profesión. Varias series de países como Francia, Bélgica o Dinamarca, estrenadas en streaming en el último tiempo, permiten explorar los colores de estas historias, los matices de sus fórmulas ya conocidas, los detalles locales y la disección de los vericuetos de una intriga que tiene mucho más para revelar que quién es el asesino.
Terrenos inundables (Grenslanders, Bélgica/Países Bajos, 2019). En la húmeda frontera entre Bélgica y los Países Bajos coinciden dos hechos sin aparente conexión: el hallazgo de una joven inmigrante en la frontera, con la ropa reseca por el salitre y todavía desorientada por el shock; y la aparición de una pequeña embarcación de alquiler en la costa, acribillada a disparos y manchada por la sangre de una disputa. Quien logra conectar ambos eslabones de una cadena de mentiras, tráfico y contrabando es la oficial Tara Dessel (Jasmine Sendar), sancionada en la jefatura policial de Rotterdam y castigada con la apatía de ese destacamento costero. Pese a sus propias culpas y fantasmas, decide esquivar la cofradía policial de despedidas y celebraciones y enfrentar los secretos que parecen guardarse a la luz del día. La serie combina la narrativa policial con temas actuales como la inmigración y el tráfico de personas, pero consigue que ese universo nunca se reduzca a un mero tema de agenda. La relación de sus personajes con ese entorno fronterizo, signado por el abandono y la suspensión de la legalidad, eleva el relato por encima de los giros tradicionales de una investigación, haciendo del crimen la punta del iceberg de un estado de inquietud aún mayor. Disponible en Flow.
Cara a cara (Forhøret, Dinamarca, 2019). Uno de los recientes éxitos de la TV danesa parte de una premisa audaz: sostener la progresión narrativa de una historia policial casi en tiempo real, punteada por las mínimas elipsis que contiene cada cambio de episodio. Creada por Christoffer Boer con una estructura claramente heredera de su formación teatral, Cara a cara comienza con el descubrimiento por parte del inspector Bjørn Rasmussen (Ulrich Thomsen) de la verdadera identidad de un cadáver estacionado en la morgue de la policía: su hija Christina (Alma Ekehed Thomsen). A partir de allí intentará derribar la hipótesis de suicidio que arroja la autopsia preliminar –bastante dudosa ya que la muerte fue provocada por una puñalada en el corazón–, siguiendo las pistas de manera ilegal ya que es apartado del caso por su compromiso emocional. Cada episodio ubica a Bjørn en un espacio delimitado, sea el laboratorio del forense, la escena del crimen o un burdel a donde sigue los últimos pasos de Christina, y en cada escena vive su propio duelo con quienes conocieron a su hija o quienes intentan torcer la verdad sobre su muerte. Boer afirma el ritmo del relato en la precisión de la progresión temporal, el uso estratégico del confinamiento en los distintos espacios, y el notable rendimiento actoral del elenco, encabezado por Thomson, Søren Malling y Lars Mikkelsen. Disponible en HBO Max.
Bright Minds (Astrid et Raphaëlle, Francia-Bélgica, 2019). Bright Minds recoge dos tópicos recurrentes en la narrativa policial para combinarlos de manera ingeniosa y con bastante humor. En primer lugar, la construcción de una pareja de opuestos, un poco al estilo de las buddy movies, que forjan la dinámica profesional a partir de los encontronazos y las desavenencias, al mismo tiempo que construyen una progresiva amistad que sortea esas diferencias. Y en segundo lugar, el uso de las obsesiones y peculiaridades del investigador como arma para la destreza en el trabajo policial, como principal habilidad para ver aquello que a los demás se les puede pasar por alto. La pareja aquí la forman la detective Raphaëlle Coste (Lola Dewaere), impulsiva y atolondrada, siempre observada por sus superiores por las alteraciones de protocolos e intromisiones en los círculos del poder, y Astrid Nielsen (Sara Mortensen), una joven autista, protegida en los sótanos del archivo policial, cuyo don para memorizar datos y conectar casos aislados la convierten en la compañera ideal. El encuentro se produce a partir de una serie de extraños suicidios que parecen arrojar la sombra del crimen por hipnosis o inducción toxicológica. A partir de allí ambas se conocen, entablan su peculiar alianza, y enlazan el relato con humor y una perfecta ingeniería de cada caso policial. Sin ninguna pretensión de originalidad, la serie asume la fórmula y la conduce apoyada en el carisma de ambas actrices y en el ritmo de la intriga. Disponible en Flow y DirecTV Go.
Kepler (s) (Francia, 2018). Samuel Kepler (Marc Lavoine) ha sido destinado a la ciudad de Calais tras una serie de episodios psiquiátricos que lo tuvieron de baja médica durante un tiempo. Pese a la reciente incorporación a la fuerza policial, sus fantasmas parecen asediarlo ante cualquier situación de estrés. Calais no parece ser el lugar adecuado para el trabajo de escritorio, convertida en una frontera candente entre Francia e Inglaterra, cercada por asentamientos de refugiados, tráfico de documentación y persistentes enfrentamientos entre policías y diversos manifestantes. El equilibrio precario de Kepler, sacudido día a día por los habituales desencuentros con su hija adolescente, se resquebraja cuando se involucra en la búsqueda del paradero de una joven desaparecida. En colaboración con la oficial Alice Haddad (Sofia Essaïdi), comienza una pericia que desemboca en espeluznantes descubrimientos. Lo más atractivo de la serie es el retrato de ese entorno, signado por la crisis humanitaria, los coletazos del Brexit al otro lado de la frontera, y las tensiones entre la violencia de las fuerzas policiales y las necesidades de los refugiados que encuentran eclosión en las pistas de el crimen más inesperado. Disponible en Flow.
Dalgliesh (Reino Unido, 2021). Adam Dalgliesh es no solo el detective emblemático de la literatura de PD James sino una de las modernas figuras que poblaron el whodunit contemporáneo. La nueva serie de Acorn TV toma algunas de las novelas protagonizadas por el investigador para recrear su garbo y personalidad, en tanto epígono de los célebres Hércules Poirot de Agatha Christie y Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, al igual que ejemplar habitante de la Inglaterra de fines del siglo XX. En los dos primeros episodios, inspirados en Mortaja para un ruiseñor, publicada en 1971, Dalgliesh (Bertie Carvel) debe investigar el misterioso asesinato de una estudiante de enfermería en un colegio-hospital situado en las afueras de la ciudad. El encierro se convierte al mismo tiempo en su aliado y su enemigo: todos los sospechosos dispuestos como piezas en un tablero pero el entorno revelado como trampa impenetrable, custodiada por pactos y secretos. Carvel se luce como el aguzado sabueso que desliza su interior en la doble condición de Dalgliesh, policía y poeta, y en la creciente convicción de que víctimas y victimarios pueden confundirse en una noche oscura. Cada nueva historia revela un notable uso del espacio, que oscila entre exteriores fantasmales y una Londres urbana y ominosa, mapas que guían al detective en la búsqueda de la verdad tras las inocentes apariencias. Disponible en Acorn TV.
