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Viviana Puerta, la actriz de La banda del Golden Rocket: “Me costó mucho retomar el trabajo, tras ser madre”

Viviana Puerta habla sobre su presente laboral y cómo le costó volver a conseguir trabajo dentro del medio, después de estar algunos años alejada para cuidar a sus hijos
DIEGO SPIVACOW

Fue parte de muchas de las ficciones de nuestra televisión y también tiene una larga trayectoria en teatro. Hoy Viviana Puerta se luce en Madres, una comedia que puede verse todos los viernes y sábados en el Teatro Picadero y que ella protagoniza junto a Sabrina Garciarena, Florencia Otero y Paula Kohan. “Me gusta decir que es teatro musical porque actuamos las canciones que narran parte de la trama y yo soy más actriz que cantante, por eso prefiero ponerme en ese lugar”, cuenta Puerta a LA NACION. Y con la excusa del tema de la obra, la recordada actriz de La banda del Golden Rocket y Chiquititas habla también de cómo la atraviesa su propia maternidad, se abre sobre su pareja con el productor Carlos Mentasti, que ya lleva siete años, y de cómo fueron sus comienzos en el medio y la mentira piadosa que le dijo a su padre para poder estudiar actuación.

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-¿La obra se gestó en cuarentena?

-Sí. El año pasado, en la cuarentena cerradísima que tuvimos, además de cocinar me puse a leer y como las librerías estaban cerradas, empecé a pedir obras de teatro. Leí algunas con las que no me sentí identificada hasta que Valentina Berger, que es la productora de Madres, me habló de esta obra que se hizo en Go Broadway. Mientras la leía me reía a carcajadas y en el final se me caían las lágrimas, cosa que rara vez me sucede con un guion. Todas las mujeres nos podemos sentir identificadas con algo de estos cuatro personajes. En mi caso es un tema que me atraviesa porque soy mamá y aunque no lo fuera, soy hija.

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-De alguna manera, diste el puntapié para que la obra se hiciera.

-Sí, a partir de ahí los motores de la producción se pusieron en marcha y entraron en escena Valentina y Carlos Mentasti. Madres tiene, además, la particularidad de que el elenco y el equipo creativo están formados solamente por mujeres y muchas son mamás así que en la primera etapa, que fueron encuentros virtuales, muchas estaban con sus bebés y eso hacía que fuera un proyecto muy particular porque tenemos la suerte de poder llevar a nuestros hijos al trabajo.

-Cómo abordan el tema de “la maternidad” en escena...

-La maternidad es un tema universal y el otro día, a la salida del teatro, unas chicas nos decían que después de ver la obra reafirmaban la decisión de no ser madres y es muy valioso también porque gracias a la revolución femenina podemos decidir y no estar obligadas a cumplir el mandato. Todavía hay mucho camino por recorrer, pero vamos bien. Tocamos el tema con humor, ironía y juegos, pero faltan infinitos ejemplos de madres porque cada una es única e irrepetible. Le pusimos mucho de nuestra experiencia personal, compartimos e hicimos terapia de grupo durante el trabajo de mesa. Y estamos felices de haber podido volver al teatro aunque es fuerte hacer una obra en la que escuchamos las risas, pero vemos barbijos. Me emociona y conmociona que la gente nos diga que en su primera salida eligieron ir al teatro.

-Tuviste una pandemia entretenida...

-Fui una de las afortunadas de tener una pandemia con salud, techo y comida. Y dentro de ese contexto horrible que nos tocó vivir, intenté que fuera un hecho creativo. Pasaba horas en la cocina y ahí mismo trabajaba porque mi hija tenía clases virtuales, mi pareja trabajaba por Zoom y nos repartimos en la casa.

Viviana Puerta: "Intenté alternar la maternidad con el trabajo, pero cuando hice Resistiré, en Telefe, Pedro tenía un año y fue durísimo porque no podía desconectarme"
DIEGO SPIVACOW


Viviana Puerta: "Intenté alternar la maternidad con el trabajo, pero cuando hice Resistiré, en Telefe, Pedro tenía un año y fue durísimo porque no podía desconectarme" (DIEGO SPIVACOW /)

-¿Cómo te atraviesa tu maternidad? Tus hijos ya son grandes y estás en el momento de aprender a dejarlos volar.

-Sí, y es muy difícil. Pedro tiene 19 años y vive con el papá y Miranda tiene 16 y vive conmigo. Crecieron en un abrir y cerrar de ojos, siento que ayer nomás tenían 5 años. Durante los primeros años me dediqué mucho a ellos; intenté alternar la maternidad con el trabajo y cuando hice Resistiré, en Telefe, Pedro tenía un año y fue durísimo porque no podía desconectarme. Admiro a las mujeres que pueden combinar, pero yo necesitaba anidar y pude hacerlo un tiempo largo. Estuve varios años sin trabajar. Tuve la suerte de poder decidirlo porque hay madres que necesitan salir a laburar. En mi caso, lo volvería hacer porque siento que no me perdí nada del crecimiento de mis hijos y estuve para todo. Por otro lado, extrañaba una parte de mí porque no era solo madre sino actriz. La maternidad es un hecho tan creativo que no sentía la ausencia de la creatividad que me da mi trabajo, y todos los días es un nuevo desafío, un gran aprendizaje. Estaba muy conectada con ese rol que, un poco, me devoró. Insisto, me gustó y lo volvería a hacer, pero me costó mucho retomar el trabajo.

-¿Cómo fue ese regreso?

-Estuve mucho tiempo alejada y no digo que haya tenido que empezar de cero, pero fue un volver a arrancar y me costó un montón. Una vez, cuando no quedé en un trabajo, tuve una charla con alguien y le pregunté si yo estaba pagando el precio por haber sido madre y en un mal tono me dijo: “Sí, es el precio que tenés que pagar por ser madre”. Me levanté, dije un par de improperios y me fui de esa oficina. Mi primer trabajo, cuando retomé la profesión, fue en el Teatro 25 de Mayo con un infantil de Manuel González Gil, Robinson cruzó el mar, con Nancy Anka y Celeste García Satur, en unas vacaciones de invierno. Después todo volvió a fluir, pero me pasaba que hablaba con productores que creían que me había ido del país porque había desaparecido. Trabajo desde muy chica, pero si no estás en la tele parece que no existís. El único momento que me corrí del medio fue cuando me dediqué a maternar, pero el sistema es muy loco y si no estás, “que pase el que sigue”.

"Al principio, mis padres me dijeron que la actuación no era una carrera, pero hoy mi papá es el presidente de mi fan club", asegura Puerta
DIEGO SPIVACOW


"Al principio, mis padres me dijeron que la actuación no era una carrera, pero hoy mi papá es el presidente de mi fan club", asegura Puerta (DIEGO SPIVACOW /)

-¿Siempre pudiste vivir de la actuación?

-En realidad hice de todo: shows, canté, di clases de teatro, alquilé departamentos y me las fui arreglando, con todo lo que estaba a mi alcance. Pero siempre tuve la ayuda económica del padre de mis hijos o de mi actual pareja y eso me contuvo y me ayudó a sostener. La última ficción que hice fue Cuéntame cómo pasó, en la TV Pública, y ahora estoy grabando la serie El encargado, que va a salir por Star+ posiblemente en 2022, y que protagonizan Guillermo Francella y el Puma Goity. En una época terminábamos una ficción y entrábamos a otra, me acuerdo que los productores te agarraban en los pasillos... ¡y las novelas duraban dos años!

-¿Cómo fueron tus comienzos?

-En la escuela había talleres extracurriculares, me anoté en teatro y el profe era Manuel González Gil. Tenía la edad de mi hija, 16 años, y hasta ese momento era un hobby. Como no estaba segura qué carrera seguir, me compré un libraco enorme que era la Guía del estudiante y ahí vi que existía la Escuela Nacional de Arte Dramático. Pero mis padres me dijeron que esa no era una carrera y entonces me anoté en comunicación social, luego en periodismo, en publicidad, y mientras cumplía con ese mandato, el bichito de la actuación seguía dando vueltas. En ese entonces me daban un dinero para viáticos y yo me tomaba un colectivo en lugar de dos y caminaba y ahorraba la plata. Además mi nona siempre me tiraba unos mangos. Al final, cuando junté algo de dinero, me anoté en una escuela de teatro e iba a escondidas todos los sábados a la mañana, de Munro a Caballito. Obviamente mi mamá sabía, pero mi papá no y así hice todo un año y cuando llegó el momento de la muestra, los invité y mi papá no quiso saber nada y se enojó. Pero hoy es el presidente de mi club de fans (risas). En esa escuela de teatro hice una audición para un programa que se iba a llamar Billiken TV, en Canal 13. Yo ya tenía 18 años y me presenté junto a 1500 chicas, quedamos cuatro y finalmente me eligieron a mí. El programa nunca salió al aire, pero unos meses después el productor, Cacho Mele, me llamó para hacer Así son los míos y como era menor de edad mi mamá firmó mi contrato de trabajo. Había prejuicios y miedos porque nadie que conociéramos pertenecía al medio artístico y no sabían si era un lugar seguro. Hoy están felices de mi elección.

-Estás en pareja con el productor Carlos Mentasti, ¿cómo se conocieron?

-Hace siete años que estamos juntos y tres que convivimos. Estuve más de veinte años con el papá de mis hijos, después nos separamos y estuve sola unos cuatro años hasta que conocí a Carlos en un evento al que fui con mi hija. Nos pidieron una foto y luego cada uno siguió en la suya, pero unos días después él le preguntó por mí a una de las organizadoras. Yo dudé porque estaba muy bien sola, con mis hijos. Finalmente Carlos me llamó, charlamos un montón por teléfono, nos reímos y acepté ir a tomar algo. Y acá estamos, vivimos juntos, pasamos una pandemia y creo que si sobrevivimos a eso, ya está. En casa se habla todo el tiempo de trabajo y está bueno compartirlo porque nos apasiona.

Agradecemos a Kill indumentaria.