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El qué y porque desde Washington: Las contradicciones de la economía estadounidense

ARCHIVO - La gente espera en la fila de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy el 28 de junio de 2022, en Nueva York. (AP Foto/Julia Nikhinson, Archivo)
La gente espera en la fila de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy el 28 de junio de 2022, en Nueva York. (Julia Nikhinson / Associated Press)

El domingo llevé a mi hermana al aeropuerto que, después de pasar varios días en el calor de Washington se regresó a su casa… al calor de Cancún. Ahí mismo viéndola embarcar, me llamó la atención que el vuelo iba repleto. Le pregunté a una de las empleadas de la aerolínea si eso pasaba cada domingo. Me miró, se sonrió y me dijo, ¿cada domingo? ¡toda la semana señor, estamos igual!

“Armandito” me dije, “¿porque haces preguntas tontas, no estás viendo que el aeropuerto parece romería?” Y es que Dulles International, estaba repleto de gente feliz, saliendo y regresando de vacaciones de verano.

¿Qué paso entonces con estar ya al borde del precipicio económico?

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Según los reportes de la prensa especializada en economía y finanzas, la gente está consciente de que la inflación nos llevará a una recesión antes de que el año termine.

¿Pero, si eso es cierto, porque la gente está gastando en vacaciones?

Se lo pregunto porque dos días antes, el viernes, reportando para la televisión acerca de la reducción en desempleo, tuve que aclarar que el aumento de más de 528 mil empleos en el mes de julio y la reducción del desempleo a 3.5%, el nivel más bajo en más de 50 años, no representan buenas noticias para la economía estadounidense. Porque ambas cifras disfrazan que el problema de la inflación seguirá sin ser resuelto por algún tiempo.

Tratando aun de justificar mi pregunta tonta ante la evidencia de un aeropuerto repleto, recordé que en Economía 101, se aprende la relación inversa que hay entre desempleo e inflación… cuando el desempleo baja la inflación sube… y cuando la inflación baja, el desempleo sube. Conclusión: para que la inflación caiga se necesita una de dos, que el desempleo suba o que las contradicciones que están ocurriendo en la economía de Estados Unidos sigan desquiciando a la teoría económica.

¿Porque la economía estadounidense está llena de contradicciones?

Siguiendo con los viajes, los especialistas dicen que los estadounidenses están gastando en vacaciones...pero ya están recortando en otros gastos.

Eso me hizo recordar una línea de la obra de teatro “Miss Saigón”, en la que el villano canta que, “el sueño americano está al alcance de cualquiera, con solo el 10 por ciento de enganche”. Si, las vacaciones están siendo puestas en las tarjetas de crédito. Esta es otra de las contradicciones grandes, porque estamos en medio de una acción segura de que la Reserva Federal, para combatir la inflación, seguirá aumentando las tasas de interés y eso hará más caro pagar la tarjeta.

Los que saben acerca de esto aclaran que hay que tomar en cuenta que estas vacaciones son "viajes de venganza". “Son”, me dicen “para desquitar el par de años de vacaciones pérdidas durante la pandemia”.

Los aeropuertos son solo una parte de la ecuación- Airbnb dice que sus reservaciones siguen aumentando. La compañía ya había anunciado que hubo un aumento del 24 por ciento en las reservaciones en los tres meses que terminaron en julio, en comparación con el mismo período en el 2019.

En cuanto al montón de gente viajando por carretera, AAA (Asociación Nacional de Automovilistas y Seguros) reporta esta semana que se vislumbran precios más baratos de gasolina en el futuro inmediato. Eso se debe a que el miércoles, OPEP, la mayor organización de países exportadores de petróleo del mundo, acordó un pequeño aumento de cien mil barriles diarios en su producción para septiembre.

Recuerdo a un profesor de Mercadotecnia que siempre comparaba a la economía con un motor. Pero hoy esa analogía no se puede aplicar porque obviamente un motor obedece estrictamente, no solo a las leyes de la física, sino a su diseño. Hoy estamos en un momento único en cien años. En que “el motor” ha sido afectado por la interminable pandemia y la forma en que las economías avanzadas han respondido a ella.

Contradicciones; Estados Unidos está en pleno empleo... ¿y tal vez en recesión al mismo tiempo?

El mercado laboral de EE. UU. está ajustado, con una tasa de desempleo de 3,5% en julio. Y los indicadores que miden la producción económica ya cayeron a cifras ligeramente negativas en los dos primeros trimestres del año. Esto sugiere que una recesión es inminente o que ya está ocurriendo. La teoría económica dice que “dos trimestres sin crecimiento son indicadores de una recesión”.

Las recesiones asustan porque traen enormes pérdidas de empleos y negocios. Por eso, es increíble estar viviendo esta extraña mezcla de un mercado laboral fuerte y un panorama de crecimiento incierto. Ahora, “ojo”, la baja tasa de desempleo esconde que muchos de esos trabajos tienen sueldos insuficientes y que muchos no incluyen beneficios. Piense en lo que esto significa, por ejemplo, para los gastos médicos de las familias.

La economía ha tenido muchos altibajos en el 2022. Cuando se busca una explicación a porque estos vaivenes, la respuesta es que, durante la pandemia, las empresas especialmente los minoristas, acumularon enormes inventarios cuando las cadenas de suministro no funcionaban y la demanda de todas las mercancías era altísima.

Hoy, los minoristas están vendiendo todos esos productos almacenados y por lo tanto no están ordenando más inventarios de mercancías. Eso nos lleva a que los fabricantes dejen de producir como antes para no quedarse con sus existencias sin vender. Y eso se aplica a muchos sectores.

La venta de casas también se cayó y ahora también está intentando levantarse.

La Reserva Federal y los aumentos a su tasa de interés primaria intentaron enfriar la locura en la venta de casas que, con los intereses hipotecarios en el suelo, provocaron que muchos compradores pagaran cientos de miles de dólares más por el precio original de una casa, para evitar que otros compradores se las ganaran. Esa enormidad de oferta, con otra enormidad de demanda calentó el mercado inmobiliario a puntos en que se predijo otra infame burbuja, en la que la gente compraría casas que no podría pagar.

Para detener esa locura el Banco Central subió los intereses hipotecarios que hace unos meses estaban en dos y dos y medio por ciento, y el mercado llevó las nuevas tasas a más del 5%. Miles de compradores potenciales ya con el dinero del enganche en la mano y con los papeles de hipoteca listos para ser aprobados, de la noche a la mañana dejaron de calificar para casas caras y ahora tendrán que conformarse con viviendas más baratas. El resultado: la venta de casas cayó a su peor nivel en 22 meses.

Pero, vivimos en una economía creativa. Aquí un dólar en la mano vale más que cien volando, y por eso los precios de las viviendas están comenzando a caer otra vez. No hay nada peor que ver a un comprador potencial darse la vuelta e irse a buscar algo más barato. Considere usted que la Reserva Federal intenta enfriar a la economía, pero no paralizarla. Tampoco es la intención causar una pesadilla de endeudamiento y desempleo. Eso podría hacerle renunciar a más aumentos de interés que hagan el crédito más caro. El problema es que, si esos intereses no suben, la inflación que es el problema original va a seguir y hasta va a aumentar.

La confianza de los consumidores es inestable... pero siguen gastando como locos.

Las mediciones de gasto real de la semana pasada mostraron lo mismo que vi en el aeropuerto. Los estadounidenses siguen gastando como si no vieran en la distancia la posibilidad de una tormenta. Los gastos de consumo personal que en la primera mitad del año subieron casi al 4,5 % seguramente van a mostrar que el gasto subió también en julio y agosto.

En 2022 el factor clave de la inflación fue el aumento de los precios de los hidrocarburos. Y ahora están ocurriendo dos cosas al mismo tiempo. Los costos del petróleo alcanzaron su punto máximo en junio y desde entonces han empezado a bajar, y aunque nadie puede prometer que regresarán a los niveles del 2021, estas reducciones podrían llevarnos a salir de una inflación galopante a una inflación manejable.

Son tiempos nuevos

Para cerrar, hay que pensar que la economía que conocíamos antes de la pandemia sigue cambiando y con eso las soluciones que hubo en la teoría económica van a tener que ajustarse también. Porque es un hecho que los patrones comerciales globales de producción y de venta han cambiado. Y es que nuestras vidas están cambiando también. Ejemplos; el trabajo remoto seguirá y cambiará los consumos de combustible, los tiempos perdidos en los viajes redondos a la oficina, eso ya modificó la renta de oficinas y hasta la forma en la que la gente se viste. Además, hoy hay otras prioridades para el gasto público causadas por la desesperación de afectar eficientemente el cambio climático y eso está modificando la inversión pública. En corto le digo; las soluciones económicas que nos sirvieron en las últimas décadas necesitan ajustarse y mientras, seguiremos viendo más contradicciones en la economía estadounidense.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.