Web 3: el futuro que está por llegar y necesitamos

Desde hace unos años se habla de Web 3 como algo inminente, tanto por lo que representa y por las aplicabilidades y beneficios que podría ofrecernos a todos. Sin embargo, a veces los avances son menos vertiginosos de lo que creíamos: la adopción de la Web 3 se encuentra aún en una etapa temprana, aunque el panorama esté cambiando rápidamente y hace unos meses ya empezamos a escuchar hablar de Web 5.

Con la evolución de navegadores como Brave y el éxodo de usuarios de "exchanges" centralizados, y la evolución propia de la Web 3, cada vez más usuarios entenderán, aprenderán y adoptarán esta nueva tecnología que hoy está disponible.

En un momento en el que la ciberseguridad está en boca de todos, la Web 3 aporta un concepto clave: la descentralización. Hoy, gracias a esta herramienta, se le da potestad al usuario de tener el control y se le brindan las garantías para que sea el protagonista.

Gracias a la criptografía, Web 3 permite garantizar mayor seguridad en un contexto de desconfianza que hoy gobierna Internet, brindando "accountability", integridad, transparencia y auditabilidad.

De todos modos, para usuarios de nivel de conocimiento tecnológico medio o bajo su uso es complejo; se requiere mayor protagonismo de los consumidores, pero a la vez mayor responsabilidad para entender su funcionamiento.

Los beneficios de la Web 3 en la era del "phishing"

En un mundo digital cada vez más amenazante, la seguridad en la Web 3 es una prioridad. El riesgo que representa el phishing es limitado, ya que con Web 3 no hay posibilidad de estafa. Nadie puede hacerse pasar por el Estado o por algún banco porque la custodia de la información y activos pertenecen al usuario y a nadie más.

La Web 3 aporta un concepto clave: la descentralización.

Sin embargo, la falta de conocimiento y la brecha entre la Web 2 y la Web 3 sí pueden representar las mayores amenazas en este momento. Para utilizar Web 3 se requiere una billetera digital y confiar en contratos inteligentes. Y, en ese sentido, las claves privadas de los usuarios y los desarrolladores de contratos también pueden verse comprometidas por actores maliciosos.

Si bien Web 3 trasciende a blockchain en su definición, hoy están muy ligadas, ya que permiten mayor seguridad en diferentes dimensiones, y habilitan un nuevo modelo necesario para la industria que evita intermediarios monopólicos.

Gracias a la criptografía se alcanza una mayor seguridad en un contexto de desconfianza, como el que hoy gobierna Internet, brindando responsabilidad, integridad, transparencia y auditabilidad.

Siguiendo el camino de las tendencias tecnológicas, hay que reconocer que el metaverso es otro ámbito en el que la seguridad es esencial. Aunque algunos requieren el uso de la Web 3, otros no lo hacen.

Los usuarios deben seguir prácticas de seguridad similares a las del mundo digital actual y considerar también aspectos de la seguridad física. Esto es especialmente importante en metaversos relacionados con juegos, muy populares entre los más chicos.

Hoy la barrera más grande para acceder a la Web 3 es la experiencia de los usuarios, ya que todavía hay un gran camino de mejora para que sea "mainstream". Se requieren muchos conocimientos para ingresar a Web 3, un modelo con mayor protagonismo de los consumidores, pero que precisa mayor responsabilidad para poder sacarle provecho.

Gustavo Brey

Tanto blockchain como Web 3 en sí, requieren interactuar con soluciones actuales y parte de la transición requiere medir el impacto en diferentes dimensiones como la agilidad, seguridad, performance y eficiencia en el uso de los recursos computacionales.

En definitiva, las compañías necesitan resolver problemas de sus clientes de una manera más eficiente, por eso es necesario acompañarlas en la toma de decisión estratégicas y en la adopción de nuevas tecnologías, lo que además del resultado, les garantiza ganar tiempo.

(*) Cofundador de Ingenia.