Las zapatillas Victoria huelen a fresa por pura necesidad y no lo sabías
Una historia de amor está detrás del nombre de la marca de calzados Victoria: así se llamaba la esposa de Gregorio, el emprendedor riojano que fundó la empresa en 1915, un año después de casarse.
El característico olor a fresa de las zapatillas que tan dulces sensaciones evoca tiene, no obstante, una razón de ser mucho menos romántica: se añadió para intentar camuflar el olor a neumático.
En los últimos años el reciclaje de residuos de todo tipo para darles una segunda vida se ha puesto de moda en todos los sectores de la industria, notablemente en marcas de ropa y calzado que exhiben la sostenibilidad como un valor añadido para sus productos.
Aunque ahora Victoria incluya la preocupación medioambiental en la promoción de sus artículos, lo cierto es que la marca lleva toda la vida utilizando materiales ecológicos para fabricar sus célebres zapatillas: el algodón orgánico era el único que existía en su tiempo y, para las suelas, el ingenio hizo que se empezaran a reutilizar neumáticos en los años 50 como respuesta a la escasez de caucho natural que se produjo en aquellos años.
Fue precisamente esta materia prima la responsable del aroma a fresa que aún desprenden las zapatillas: los neumáticos tenían un olor demasiado fuerte y los fabricantes añadieron perfume de fresa en el procesado para disimular la pestilencia.
Hoy en día, Victoria ha apuntalado su compromiso con el medioambiente con toda una serie de medidas como la reducción de distancia entre fábricas y almacén, la utilización de packaging 100% reciclado o la sustitución de los aceites minerales por aceites vegetales más biodegradables, además de la creación de la línea Dear World para seguir innovando en sostenibilidad.
¿Quién les iba a decir a aquellos fabricantes necesitados de caucho que su ocurrencia de utilizar neumáticos acabaría siendo vista como un hito ecologista?
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