Por qué la deflación de China aumenta los riesgos de "japonificación" en todas partes

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De todos los retos que el nuevo gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, pensaba que se encontraría en 2023, la deflación china no estaba entre ellos.

Desde abril, Ueda se ha esforzado por gestionar las expectativas generalizadas de que el Banco de Japón abandonaría 23 años de relajación cuantitativa. Esas previsiones, por supuesto, se basaban en parte en la casi certeza de que la reapertura de China tras la crisis del 19 de septiembre provocaría un crecimiento asiático explosivo y una presión al alza sobre la inflación.

Ocurrió todo lo contrario. El hundimiento de los mercados inmobiliarios continentales socavó el crecimiento y la demanda. Ahora, mientras los inversores hablan con euforia de la "japonización" de la mayor economía de Asia, las autoridades de Tokio están dando su propio giro.

Kazuo Ueda Banco de Japón
Kazuo Ueda Banco de Japón

El deslizamiento de China hacia la deflación está cambiando el cálculo en Tokio. La caída interanual del 8,8% de las exportaciones chinas en agosto es una señal ominosa para Japón, Corea del Sur y el sudeste asiático. El cuarto mes consecutivo de caída de las ventas al exterior también significa que el desplome del 7,3% de las importaciones no es una aberración.

Una menor demanda de productos japoneses por parte del continente opacará los beneficios de un yen débil.

La caída del 12,3% del yen en lo que va de año debería hacer que el producto interior bruto japonés saltara por los aires.  No será así, ya que China se ralentiza, la demanda europea se desploma y el crecimiento estadounidense se modera.

Yen, Japón
Yen, Japón

En su lugar, la trayectoria de China se está sumando a las razones por las que Japan Inc. no está engordando los cheques salariales como se esperaba.

Como dijo un alto funcionario japonés a Reuters esta semana: "Lo que está ocurriendo en China es preocupante y podría asestar un duro golpe a la economía japonesa". Otro añadió: "Una desaceleración en China puede disminuir las posibilidades de que Japón logre un crecimiento sostenido de los salarios".

Todo esto deja al equipo de Ueda con el piloto automático de la QE (quantitative easing o expansión cuantitativa), en el mejor de los casos, y meditando medidas adicionales de flexibilización, en el peor. Ueda sugirió lo mismo a finales del mes pasado, diciendo que los datos de China están llegando "por el lado débil".

Banco de Japón, China, Economia asiática
Banco de Japón, China, Economia asiática

Según Ueda, "el problema subyacente parece ser el ajuste en el sector inmobiliario y su contagio al resto de la economía".

Ese desbordamiento está nublando las perspectivas de China en este preciso momento. Afortunadamente, Country Garden, el mayor promotor privado de China, evitó esta semana por poco el impago. Pero la magnitud de los riesgos a los que se enfrenta un sector que puede generar hasta el 30% del PIB sigue asustando a los inversores mundiales.