El superyate de un oligarca ruso de US$ 600 millones que vive a salvo y preocupa a EEUU
La guerra en Ucrania aún no termina, y tampoco la crisis económica y tensiones geopolíticas que desató en un mundo ya apaleado por la pandemia. Pero, incluso en los momentos más complicados y a pesar de las sanciones, algunos magnates rusos conservan su enorme riqueza… y muy bien atendida.
Roman Abramovich es uno de esos magnates. Antiguo dueño del club de fútbol inglés Chelsea -que vendió en mayo de este año- ganó miles de millones después de comprar una compañía petrolera del gobierno ruso en una subasta presuntamente amañada en 1995.
Abramovich adquirió Sibneft por alrededor de US$250 millones, antes de revenderla al gobierno ruso por US$13.000 millones en 2005. En medio de la invasión a Ucrania, fue sancionado por la Unión Europea, mientras Estados Unidos le confiscaba dos aviones valorados en US$400 millones.
Sin embargo, en Turquía, Abramovich conserva un buen negocio: un superyate de US$600 millones que actualmente está recibiendo provisiones diarias de todo tipo, desde electricidad, alimentos y agua, informó el domingo una investigación de The New York Times.
“Veinte cajas de espárragos”
Veinte miembros de la tripulación atienden la embarcación de 140 metros llamada Solaris, atracada en la marina Yalıkavak Marina, muy cerca de la ciudad turística turca de Bodrum, dijo a The Times un trabajador portuario anónimo.
La fuente dijo que la tripulación acude diariamente a abastecer al yate a través de una empresa de catering, así como a retirar los desechos a bordo. La compañía entrega a Solaris cada semana un camión repleto de suministros.
“Veinte cajas de espárragos, ¿qué vas a hacer con tantos espárragos?”, cuestionó el trabajador portuario.
En la costa del mar Egeo, donde los ricos pagan hasta US$ 3 millones por pasar la semana en yates lujosos, las propiedades de los oligarcas rusos han encontrado refugio seguro. Turquía es el único miembro de la OTAN que no impuso sanciones a Rusia.
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Solaris ha evitado navegar en territorio de la UE desde que estalló la guerra y estuvo un buen tiempo en puertos de Barcelona hasta el 8 de marzo, cuando se dirigió a Montenegro y luego a Turquía.
Yalıkavak Marina le dijo a The Times en un comunicado que Solaris se mantuvo fuera de los límites del puerto deportivo debido a “preocupaciones internacionales”.
Turquía sabe que los superyates rusos son un gran negocio
Los superyates son una importante fuente de ingresos para las marinas y otros comercios locales. Medios de comunicación turcos informaron en abril que el yate más grande del Abramovich, el Eclipse de 162 metros, generó una factura de combustible de US$1.66 millones en la ciudad portuaria de Marmaris.
Hasta el 20 de octubre, había al menos 13 yates en Turquía vinculados a las sanciones internacionales contra Rusia, descubrió The Times. De ellos, cuatro eran propiedad de personas sancionadas o relacionadas con ellas.
Del Solaris se conoce, por el momento, que permanece inactivo, incluso con los 20 tripulantes que hacen viajes todos los días para abastecerlo.
Yalıkavak, el puerto deportivo más lujoso de Turquía, está adornado con tiendas como Prada, Louis Vuitton y Valentino en un paseo bordeado de palmeras con vista al mar. En el comunicado, el puerto de Yalıkavak insistió en que, aunque Turquía no ha adoptado sanciones, el Solaris se ha mantenido fuera de sus límites.
En cuanto a otros barcos vinculados a compañías sancionadas, la marina alegó no tener más conocimientos, ya que el verano es “una época bastante ocupada” y no existe un sistema para verificar si un yate en concreto podría estar sujeto a sanciones internacionales.