Pedirle un favor a un Santo costará 25% más esta Semana Santa
El aumento del precio de la parafina golpea a los productores de velas, advierte el gremio latinoamericano de fabricantes. La industria, que no se ha recuperado por la covid, tiene dificultades para abastecer un mercado regional donde México se lleva el 40% del consumo
Esta Semana Santa los ruegos serán 25% más caros que el año pasado, si la petición va acompañada del encendido de una vela. Al menos esa es la estimación que hacen en la Asociación Latinoamericana de Fabricantes de Velas (Alafave), que acusa un golpe en el precio de la parafina –tras el acelerado aumento de los hidrocarburos– en un sector que todavía no se había recuperado de la crisis que ocasionó la Covid.
“Revisando los números que manejamos en Alafave, estimo que los precios de las velas para esta Semana Santa serán 20-25% más altos, comparados con la de 2021”, advierte Amilcar Lusinchi, vocero del gremio latinoamericano. El porcentaje está muy por encima de la inflación que registró la región en promedio el año pasado, que la Cepal ubicó en 7,1%.
Y si el panorama ya no fuera oscuro (a la luz de las velas, claro), Lusinchi percibe que los productores de la región no lograrán suplir la demanda total de productos para esta Semana Santa. “Aunque no tenemos cifras del consumo y la producción actual, parece previsible por las dificultades de aprovisionamiento de parafinas que existe”, cuenta.
Arrastrando la crisis
Justo en diciembre pasado Colombia advertía que su tradicional Día de la Velitas podría verse afectado por la escasez y el alto precio de la parafina. No es poca cosa, pues la Cooperativa de Fabricantes de Velas (Coopfanalvelas) estima que ese día se encienden en el país alrededor de 150 millones de velas en homenaje a la Virgen Inmaculada. Ya entonces, el gremio lamentaba –en reportaje de El Tiempo– que los costos internacionales de la parafina se habían incrementado en 120%.
China es el mayor productor de parafina en el mundo, explica Lusinchi. Así, la exportación de esta materia prima se vio afectada desde que inició la crisis sanitaria en 2020. “América Latina no es autosuficiente para abastecer su propia demanda”, cuenta. Los músculos más grandes de producción se los lleva Ecopetrol (Colombia) y Petrobras (Brasil), pues la mexicana Pemex no tiene casi influencia en el mercado.
La parafina que vende Ecopetrol, por ejemplo, se incrementó 50% a finales de 2021, según declaró entonces el gremio productor de ese país. En Chile, el Instituto Nacional de Estadística admite –según publica La Discusión- un alza de 61,4%, la mayor variación desde 2018. Ya hoy en la Alafave estiman que el costo de esta materia prima alcanza 80%.
El alza va empujada en las últimas semanas por la subida desesperada de los precios de los hidrocarburos, pues la parafina se obtiene del petróleo. Sin embargo, explica Lusinchi que es el precio de los fletes marítimos lo que más afecta a la industria: “Después de dos años de la pandemia, no se ha logrado reestablecer un normal flujo de la logística internacional”.
Un flete para traer mercancía de China a México, por ejemplo, pasó de costar alrededor de 2.500 dólares en 2020 a 12.000 en 2021. Además, si antes el barco tardaba alrededor de 45 días en cruzar de un continente a otro, tras el colapso sanitario se duplicó el tiempo de espera. Más caro y lento, mala combinación.
Velas por la fe
Aunque en la Alafave esperaban alcanzar la Semana Santa de 2022 con un mejor panorama, la invasión Rusia a Ucrania cambió cualquier escenario previsible. “La oferta mundial de parafina sigue siendo insuficiente. Ha sido muy inestable la producción en todo el mundo”, lamenta Lusinchi.
Paradójicamente la crisis sanitaria hizo escalar la compra de velas. En Europa, por ejemplo, la demanda se intensificó en el sector de los productos aromáticos; mientras la devoción de los ciudadanos de América Latina agotó las ventas de los modelos religiosos. México es –afirma el vocero de la Alafave– el país de la región que más consume velas, ocupando cerca de 40% de todo el mercado latino.
Lusinchi explica que el último trimestre del año es la época más importante en ventas para la región, por el Día de Muertos de México, el Día de las Velitas en Colombia, los rituales esotéricos que mueven el 12 de octubre en Venezuela y la Navidad. Así, los productores prenden una vela con la esperanza de que el mercado se estabilice antes de esa fecha, y no vaya a venir cualquier viento sorpresivo –como el conflicto en Ucrania– que apague su llama.
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