El efecto que tiene el desempleo sobre tu personalidad
Quedar fuera del mercado laboral no sólo es perjudicial para la economía personal y familiar. También tiene un alto costo en la salud física y mental, indica un nuevo estudio, e incluso puede modificar temporalmente la personalidad de quien se ha quedado sin empleo.
La investigación dirigida por Christopher J. Boyce, de la Universidad de Stirling en Escocia, llegó a la conclusión de que las personas que permanecen desempleadas a largo plazo se vuelven menos amistosas, menos trabajadoras y menos abiertas a nuevas experiencias.
Para su investigación, el doctor Boyce usó datos los datos del Panel Socioeconómico alemán, y se centró en las experiencias de un grupo de participantes entre 2005 y 2009. En 2005 todos tenían empleo, pero en los años posteriores 6308 continuaron empleados; 251 estuvieron desempleados y luego volvieron al mercado laboral y 210 estuvieron en paro de uno a cuatro años.
Los resultados arrojaron que la agradabilidad, que es similar a la amigabilidad, disminuyó entre los hombres y las mujeres durante el paro de larga duración (de uno a cuatro años). Sin embargo, durante los primeros dos años de desempleo, los hombres experimentaron aumentos de esta cualidad.
¿A qué se debe esa diferencia entre los géneros? Los investigadores no están completamente seguros, pero tienen la hipótesis de que ellos tratan de ser agradables inicialmente con las personas que los rodean para calmarlas –sobre todo en su entorno más cercano- y poder enfrentar mejor la situación.
Con el paso del tiempo, si no tienen suerte en su búsqueda laboral, se desaniman y se tornan menos amistosos.
El estudio también indicó que la escrupulosidad, o la tendencia a ser organizado y estar motivado, disminuyó entre los hombres y las mujeres desempleadas. Aunque no puede probar la teoría, Boyce cree que este efecto podría ser parte de un círculo vicioso: cuando estás sin trabajo eres más desorganizado y estás desmotivado, lo que a su vez hace que sea más difícil encontrar un nuevo puesto laboral.
El tercer hallazgo importante del estudio es que la apertura a nuevas ideas disminuye en general. Aunque los investigadores no pueden determinar exactamente por qué sucede esto, Boyce considera que se debe posiblemente a que "la idea de no tener un trabajo pesa sobre su psique" y la gente se puede sentir menos inspirada y propensa a explorar cosas nuevas. Además, sin un empleo se carecen de recursos para salir del entorno y de la zona de confort.
La buena noticia es que cuando la persona vuelve a integrarse al mercado laboral parece recuperarse sicológicamente, aunque Boyce advirtió que se necesita una investigación más profunda para comprobarlo.
El estudio ayuda a entender mejor las dificultades sicológicas que enfrentan los desempleados para volver al trabajo. Boyce cree que muchas personas caen en una "espiral negativa” o círculo vicioso en la que el desempleo conduce a cambios en la personalidad, y esto a su vez a dificultades para encontrar trabajo.
En vez de observar los rasgos de personalidad desfavorables de la persona en paro y pensar, "es por eso que fulano o fulana no puede encontrar un trabajo", Boyce sugiere que las personas deben estar más conscientes de que la personalidad podría haber cambiado a causa de los efectos del desempleo.
Otra conclusión del estudio es que la personalidad es más maleable de lo que los psicólogos han creído previamente, y que una experiencia negativa temporal como estar en paro puede influir en el desarrollo de la siquis.