El alcalde de Chicago siempre no va a la frontera sur de Estados Unidos

El alcalde Brandon Johnson anunció el lunes que no asistirá al viaje de su administración a la frontera entre Estados Unidos y México a finales de esta semana, un cambio que, según dijo, se debe a tener que abordar la “urgencia” de la creciente población migrante en Chicago.

En lugar de Johnson al frente del grupo, la vicealcaldesa de inmigración de Chicago, Beatriz Ponce de León, encabezará una delegación, que tiene previsto partir el martes hacia las ciudades texanas de El Paso, San Antonio, McAllen y Brownsville, según un comunicado de la alcaldía.

“El alcalde, junto con asesores de alto nivel y personal de operaciones clave, permanecerán en Chicago para abordar la urgencia inmediata de agregar espacio de refugio para albergar a miles de recién llegados que duermen en estaciones de policía, aeropuertos o al aire libre”, indica el comunicado.

Johnson había dicho a periodistas que visitaría la frontera él mismo, pero sin decir cuándo, argumentando que tenía una agenda ocupada como alcalde.

“Voy a ir a la frontera lo antes posible”, dijo hace dos semanas, tras una conferencia de prensa. Tan recientemente como la semana pasada, su subjefa de gabinete, Cristina Pacione-Zayas, dijo que el viaje del alcalde estaba en pie, con el objetivo número uno de lograr una coordinación más estrecha de los autobuses con funcionarios de Texas.

“No sería correcto si no hiciéramos saber a la gente las limitaciones que tenemos cuando no recibimos información por adelantado”, dijo a la prensa en una sesión informativa el jueves pasado. “Ese es nuestro objetivo, decirles: ‘Miren, esto es lo que estamos manejando’”.

Hasta ahora, Chicago ha acogido a más de 18,500 migrantes desde agosto de 2022, cuando el primer autobús de solicitantes de asilo de Texas llegó a la ciudad después de realizar el peligroso viaje a través de Centroamérica.

Desde entonces, con el apoyo del gobernador republicano Greg Abbott, junto con otros funcionarios de Texas y los estados fronterizos del sur, más de 400 autobuses de migrantes han llegado a Chicago. Las estaciones de policía de Chicago están repletas con más de 3,300 solicitantes de asilo durmiendo dentro de sus vestíbulos, otros 550 en el Aeropuerto Internacional O’Hare y muchos afuera.

Johnson está en una carrera contra el tiempo antes de que las temperaturas bajen significativamente para apuntalar tiendas de campaña en toda la ciudad como parte de su estrategia de establecer campamentos base gigantes para albergar a los recién llegados en lugar de las estaciones de policía y los pisos del aeropuerto. Actualmente se está preparando un lugar en el lado suroeste como posible sede. Mientras tanto, la ciudad se está quedando rápidamente sin fondos para mantenerse al día con la escalada de la crisis, mientras que los socios estatales y federales no han brindado un acceso más rápido a los fondos.

Además de Ponce de León, un pequeño grupo de “líderes municipales, estatales, religiosos y filantrópicos” se unirán a ella para aprender más sobre los sitios a donde se envían inmigrantes a Chicago y mantener conversaciones sobre cómo se puede aliviar la carga sobre Chicago.

Sin embargo, los principales asesores del alcalde se quedarán. Algunos datos que la delegación planea compartir incluyen las condiciones climáticas y de vivienda extremas, así como los desafíos para conseguir un patrocinador verificado.

“Un punto de énfasis será establecer mejores líneas de comunicación y recopilar datos de los migrantes para acelerar el procesamiento de autorizaciones de trabajo y la transición a la autosuficiencia”, agrega el comunicado.

Este texto fue traducido por Leticia Espinosa/TCA