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Antonio Laje: de sus comienzos con Hadad y el corralito a hacer una carrera no exenta de polémicas

Antonio Laje
Antonio Laje

Esta mañana, en su descargo tras las múltiples acusaciones de maltrato laboral que recibió en los últimos días, Antonio Laje improvisó un balance de su carrera: “Me tocó crecer con los periodistas más exitosos y exigentes. Me tocó empezar a formar equipos. Empecé, como muchos, en radios truchas, pagando con un sueldo el espacio con amigos, trabajando gratis en radio, hasta que finalmente pude conseguir mi primer trabajo pago y empezar a crecer. Lo hice rompiéndome todo porque yo creo en el esfuerzo, creo en el mérito y creo en las exigencias. Yo no creo en los maltratos, la verdad que no: creo en las exigencias de mi carrera, en la que fui avanzando y tuve la suerte, porque es un privilegio, de poder crear medios de cero”.

Así, con la voz quebrada y visiblemente afectado por la situación, el conductor de Buenos días, América puso el acento en su trayectoria periodística y puso el acento en el frenético ritmo de trabajo que lleva desde que comenzó a trabajar en los medios. Un recorrido poco conocido, y no exento de polémica.

Antes de las radios truchas, antes del periodismo con amigos, antes de convertirse en la cara de las noticias de América, Antonio Laje tuvo un primer acercamiento al periodismo económico desde un espacio completamente distinto. Así se lo contaba en 2002 a la revista Noticias: “Estuve muchos años en mesas de dinero hasta la hiperinflación del 89. Por lo que estuve muy metido en el mercado financiero. Entonces hice locución y producción de programas periodísticos de economía y finanzas. Siempre me gustó la radio y terminé en esto”.

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Su llegada al periodismo masivo fue a través de las páginas del diario Ámbito Financiero, donde trabajó durante siete años. Una etapa feliz de acuerdo al periodista, aun cuando años más tarde, cuando ya estaba al frente del diario BAE, fue acusado por su exjefe Julio Ramos de hacer una copia de Ámbito. Laje le contestó tajante: “Es claramente distinto: en el diseño, en el enfoque político. La única coincidencia es que los dos son diarios económicos liberales”.

De Ámbito pasó a ser columnista de Daniel Hadad en el programa de radio El primero de la mañana, donde nació una amistad profesional que continuó en televisión con Después de hora. Del periodístico de América también participaba Eduardo Feinmann, cerrando un tridente informativo de peso.

Después de hora -que debutó en la medianoche de América el 16 de abril de 2001- fue un programa clave para el día a día de los vaivenes políticos que desembocaron en la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa. Y en eso tuvo mucho que ver Laje, que manejaba información precisa sobre las decisiones que se tomaban puertas adentro de la Casa Rosada. Incluso, durante mucho tiempo, Laje sostuvo que él anunció la llegada del Corralito una semana antes de que se decidiera su implementación, en su programa La media vuelta de Radio 10.

Ya entonces, el conductor se miraba en el espejo de Hadad en cuanto a su nivel de exigencia, tópico del que se ocupó extensamente en su descargo televisvo de hoy. “Daniel es todo lo exigente que tiene que ser para hacer lo que hizo. Para llegar a donde llegó tiene que ser sin duda un perfeccionista, rayando lo histérico, pero yo también lo soy, así que comparto esa necesidad de que todo salga bien. Si sos de otra manera, no podés competir”, le decía a Crónica en 2001.

En 2003, Laje sumó a su trabajo conocido, su debut como productor. Cuatro elementos fue un programa sabatino de Canal 9 conducido por Maby Wells (pos Sorpresa y media), que pasó inadvertido. También, por la misma emisora, fue la cara y la cabeza de Malos & Entendidos junto al humorista Rolo Villar. El programa fue un intento de cruzar política y humor abrevando en algunos guiños de La noticia rebelde y Canal K, salvando las distancias artísticas. Aunque pocos se acuerdan de él, algunas de esas ideas todavía hoy son recreadas. Más tarde llegó su desembarco en A24 y América, donde todavía se mantiene como una las figuras más importantes del grupo.

En 2017, y paralelamente a su trabajo periodístico, Laje comenzó a trabajar como piloto de aviación comercial, haciendo vuelos sanitarios, privados y de traslado de órganos para el Incucai, profesión que repercutió de manera dispar con su presente en los medios, llevando la información que se publicó de él a su costado más mediático. Así, nombre y apellido rebotaron en cuanto portal existe para contar los detalles del vuelo en el que llevó a Susana Giménez de Buenos Aires a Punta del Este. Menos pintoresco fue cuando en 2019 se publicó que había sido demorado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria en Bahía Blanca por temas administrativos.

El costado menos agradable de la fama también lo golpeó en 2019 cuando Yanina Latorre retuiteó un mensaje de dudosa procedencia en el que se vinculaba al conductor con su compañera de programa, Sofía Macaggi. Laje fue contundente y le contestó a Latorre por Twitter dando el tema por terminado: “Yanina, sos una decepción. No te importa si causás daño personal y retuiteás estupideces inventadas, vaya a saber con qué fin. Qué triste vivir de esa manera...”.

Hoy Antonio Laje tiene que correrse una vez más de su trabajo habitual para ocuparse de situaciones que lo cuestionan, ya no como periodista, sino como persona: “Les puedo asegurar que no hay ninguna denuncia sobre mí en ningún lado, ni en el canal, ni en Recursos Humanos porque yo no soy maltratador, porque me puedo equivocar, puedo exigir... Tal vez exijo mal, pero de ninguna manera soy una persona maltratadora. Tengo unos valores enormes, de los que agradezco a mis padres y a la familia que tengo porque los tengo y los sostengo, y los voy a sostener siempre. Es lo mejor que les voy a dejar a mis hijos. Pero este ataque feroz para destruirme, para destruir a mi familia, no tiene nombre”. Tras su descargo de hoy, la pregunta que queda resonando es: ¿será suficiente?