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Apple emplea una estrategia modesta para lanzar su dispositivo más nuevo

El visor Vision Pro de Apple, un nuevo dispositivo de realidad aumentada, en la sede de la compañía en Cupertino, California, el 5 de junio de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)
El visor Vision Pro de Apple, un nuevo dispositivo de realidad aumentada, en la sede de la compañía en Cupertino, California, el 5 de junio de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)

SAN FRANCISCO — Cuando Apple lanzó el Apple Watch en 2015, era otro suceso financiero más para una compañía cuyas presentaciones de un nuevo iPhone se habían convertido en hitos culturales. Antes de que el reloj inteligente saliera a la venta, Apple dio versiones previas a celebridades como Beyoncé, apareció en publicaciones de moda como Vogue y transmitió en directo a través de internet un evento espectacular para contar con fanfarrias sus funciones.

No obstante, a medida que Apple se prepara para vender su siguiente generación de accesorios que llevas puestos, el dispositivo de realidad aumentada Vision Pro, marcha con mucha mayor discreción hacia el mercado de consumo.

La compañía declaró en un comunicado de prensa este mes que las preventas del dispositivo comenzaron el viernes pasado. No se planeó ningún gran evento de producto, aunque Apple creó un comercial pegajoso sobre el dispositivo y ofreció demostraciones individuales del dispositivo a quienes hacen reseñas de tecnología. Además, algo poco común para una empresa que se distingue por su secrecía, el Vision Pro se ha probado con más desarrolladores que los productos anteriores de Apple para ver qué les gusta y qué no.

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El decrecimiento de las tácticas de mercadotecnia es una muestra de los retos que enfrenta Apple, una compañía que se ha vuelto tan grande a lo largo de los años que las líneas de productos nuevas que algún día podrían valer miles de millones de dólares aún son una parte pequeña de las ventas de iPhone, que llegó a los 200.000 millones de dólares el año pasado.

La estrategia de bajo perfil de Apple para el Vision Pro también refleja los desafíos asociados con vender un dispositivo que todavía podría estar a años de resultar atractivo a los consumidores tradicionales. Además de explicar lo que el Vision Pro puede hacer (como lo hace con todos los dispositivos nuevos), Apple debe lograr superar cuestiones como su precio alto de 3500 dólares y el poco interés en los aparatos de realidad aumentada que fusionan los mundos físico y digital. Otro reto: la experiencia tridimensional proporcionada por el dispositivo solo se puede entender realmente a través de demostraciones.

La solución de Apple es hacerlo poco a poco y sembrar interés entre los desarrolladores que podrían crear aplicaciones que funcionen con el Vision Pro. Se espera que la compañía presente el dispositivo a más consumidores tradicionales después de que disminuya el precio y mejore la tecnología.

Los analistas estiman que Apple venderá alrededor de 400.000 unidades del Vision Pro este año. En contraste, analistas manifestaron que la compañía vendió un estimado de doce millones de Apple Watches en 2015.

Gene Munster, socio directivo de Deepwater Asset Management, una firma de inversión e investigación de tecnología, opinó: “Apple sabe que este producto no está listo para las masas. Para la empresa, hacer un gran gasto estaría fuera de lugar”.

Apple rechazó hacer comentarios.

El Vision Pro ha estado en desarrollo desde hace casi una década y ha costado miles de millones de dólares. El dispositivo, que luce como una gafas para esquiar, usa cámaras y sensores para darle seguimiento a los ojos y las manos del usuario conforme interactúan en la pantalla del visor con objetos digitales en 3D como aplicaciones y pantallas computacionales. También puede grabar video 3D y reproducir películas en pantallas que lucen tan grandes como las de los cines.

En junio, durante la presentación del producto, Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, comentó: “Es el primer producto de Apple que no solo ves, sino que lo usas para ver a través de él”.

No obstante, los dispositivos de realidad aumentada han enfrentado dificultades para volverse populares entre los consumidores. El año pasado, la industria tecnológica vendió 8,1 millones de visores de realidad aumentada, un descenso del 8,3 por ciento en comparación con el año previo, según IDC, una firma de investigación de mercado. Desde su ingreso al mercado en 2014, Meta, la compañía matriz de Facebook, ha vendido visores Oculus y Quest para videojuegos y reuniones virtuales. Sony, Microsoft y Varjo, una empresa finlandesa, también cuentan con dispositivos de realidad aumentada.

Apple ha intentado diferenciar su dispositivo de los competidores que han descrito sus productos como portales al metaverso. En lugar de usar dicho término, el cual Neal Stephenson acuñó en la novela de 1992 “Snow Crash”, Apple ha bautizado su experiencia de realidad aumentada como “computación espacial”.

Desde el anuncio en junio, Apple ha cortejado a desarrolladores que espera crearán aplicaciones para el dispositivo. La empresa construyó laboratorios de prueba alrededor del mundo donde los desarrolladores pueden probar el producto.

En agosto, Cristian Díaz, un ingeniero en Monstarlab, acudió a un laboratorio de Vision Lab en Múnich. Tras pasar por una puerta secreta marcada con un logo de Apple, se encontró con otros desarrolladores que tenían, cada uno, puesto un visor y se les concedieron seis horas para probar sus aplicaciones y escribir código en el sistema.

Díaz afirmó que los ingenieros de Apple solicitaron la opinión de los desarrolladores sobre el aparato, incluso sobre cómo el software y las herramientas para desarrolladores funcionaban. Los empleados tomaron notas. Díaz aseguró que cuando él regresó para una segunda experiencia en el laboratorio de Londres en septiembre, era evidente que Apple había hecho mejoras con base en las opiniones.

Díaz relató que, entre los cambios, Apple había hecho posible que sus ingenieros observen lo que los desarrolladores estaban haciendo dentro de los visores al conectarlos a la herramienta inalámbrica de comunicación, AirPlay. Eso permitió a los ingenieros asistir a los desarrolladores para resolver problemas a medida que trabajaban en sus aplicaciones.

Díaz manifestó: “Éramos como animales en un laboratorio” y calificó al Vision Pro como “una gran experiencia”.

La estrategia fue algo como una desviación para Apple. La compañía, bajo el mando de su cofundador Steve Jobs, evitaba en gran parte hacer grupos de discusión (“focus groups”) para sus productos porque Jobs creía que la labor de Apple era entender lo que los clientes querían antes de que estos lo supieran.

Cook ha sido más abierto a buscar opiniones, indicó Phillip Shoemaker, quien laboró en Apple durante siete años encabezando su tienda de aplicaciones. Bajo las gestiones de Jobs y Cook, Apple probó sus productos iPad y Watch con algunos desarrolladores en Cupertino, California. Sin embargo, con el Vision Pro, la compañía llevó por primera vez un producto que no había sido lanzado a desarrolladores en el extranjero.

Shoemaker, quien ahora es el director ejecutivo de Identity.com, una organización sin fines de lucro de verificación de identidad, aseveró: “De todos los productos con los que se puede hacer eso, el visor tiene sentido porque un visor es inestable. No a todos les ajustan bien”.

Además de cortejar a los desarrolladores, Apple ha trabajado con compañías de entretenimiento para combinar el Vision Pro con programas de televisión, películas, música y deportes. Disney ha hecho posible ver películas desde un cine en su aplicación de emisión en continuo en el dispositivo y Alicia Keys grabó una interpretación íntima en un video inmersivo en 3D.

Carolina Milanesi, una analista de tecnología en Creative Strategies señaló que las experiencias de contenido serán clave para ampliar el atractivo del dispositivo. Esto debido a que los visores alejan a las personas del mundo real, Apple necesitará darles a las personas razones para pasar tiempo en uno.

Apple ha pautado un anuncio del Vision Pro durante los juegos de la NFL, según iSpot.tv, que mide la inversión en publicidad. Apple destinó 6,4 millones de dólares en el comercial durante la segunda semana de enero. En comparación, pagó 9,3 millones de dólares por un anuncio de iPhone en la primera semana tras el lanzamiento del iPhone 15 en septiembre pasado.

Milanesi finalizó: “¿Es un producto que veremos por todos lados? No. Va a ser un producto que tomará tiempo”.

c.2024 The New York Times Company