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Así desperdiciamos el dinero sin darnos cuenta y trucos para evitarlo

Getty Images

Sí, ya lo sabemos: ganar mucho dinero no es fácil. Son pocas las personas en el mundo a quienes el dinero “se les da” sin mucho esfuerzo. Por lo general, a casi todos nos cuesta.

Lo curioso es que, también por lo general, muchos de nosotros solemos perderlo sin apenas darnos cuenta. Llega el fin del mes y nos preguntamos cómo fue posible; llega fin de año y estamos cada vez más endeudados.

Sin embargo, bastaría que tengamos en cuenta algunos aspectos de nuestras vidas en los que no reparamos a menudo, para que descubramos –¡ohhh, era ahí!- a través de cuántas fisuras se nos está desangrando el bolsillo.

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Tengamos en cuenta lo siguiente, gracias a los consejos del psicólogo Drake Baer, tomemos nota y volvamos a hacer cuentas dentro de un mes. Solo entonces veremos que teníamos razón.

1. ¿Sueles comer fuera muy a menudo?

Según Baer, un buen día se dio cuenta del gasto excesivo que representan las salidas afuera cuando, junto a su mujer y sus cinco hijos, tuvo que pagar una verdadera fortuna por algunos platos de papas fritas que se habían comido durante un paseo.

¿Acaso no hubiera sido lo mismo hacer las papas en casa y promover un ambiente de familiaridad? ¿Acaso no le hubiera salido más barato? Todos sabemos que al final de una cena en casa estamos obligados a lavar los platos y los cubiertos, pero seguramente no hubiera surgido ese nuevo “hoyo” en las cuentas bancarias de la familia.

Según el psicólogo, cada año salimos más y más a comer fuera. La gran realidad es que esto es caro. De manera que si cambiamos de plan y decidimos hacerlo en casa, incluso invitando a algunos amigos, pues la factura al final no terminará poniéndonos los pelos de punta.

2. ¿Combinas varios viajes en un solo vehículo?

Uno de los problemas de los tiempos que corren es el del costo del combustible. Por regla general, en casi todos los países la gasolina resulta cara. De manera que si no tenemos en cuenta algunos consejos, el gasto mensual por este concepto será gigantesco.

Por ejemplo, si tienes varias tareas que realizar, organízalas en una lista, arma un itinerario razonable y hazlas todas de golpe. Si instauras esta política para ti y tus cercanos, verás que al final del año el gasto por combustible se verá reducido considerablemente.

De igual manera, hay ciertos sitios a los que podrías ir caminando, y de paso, no solo puedes bajar algo de peso, sino que ejercitas algo tu cuerpo. Así, tanto la salud como el bolsillo te agradecerán por tu decisión.

Además, no solo estarías ahorrando dinero al no tener que rellenar el tanque del auto tan a menudo, sino que estarías economizando en aceite para el motor, neumáticos y todo el mantenimiento que un vehículo exige para su buen funcionamiento.

3. ¿Eres dado a las suscripciones automáticas?

Sucede que por comodidad, solemos olvidarnos de que estamos abonados a alguna publicación: revista, periódico… Lo peor es que en la mayoría de los casos tendemos a dejar que estos sigan llegando, que nos llenen la casa de papeles, para ni siquiera buscar un tiempito en el día o en la semana para leer alguno de sus artículos.

Nada, que si observas a tu cuenta bancaria, verás que cada mes se debita cierta cantidad por algo de lo que ni siquiera haces uso. ¡Pues cancélalas! Nada más sencillo que eso. Y si algún día hay algo que te interesa, ya sabrás a dónde dirigirte para comprar el periódico o la revista en cuestión.

4. ¿Sueles comprar a granel una comida que luego tienes que tirar?

En Costco, en BJ’s, en cualquier de los otros establecimientos donde se expenden artículos básicos a granel, solemos ahorrar dinero y tiempo. Vamos una vez al mes, o de lo contrario cada quince días, y de un golpe llenamos la alacena y el cuarto de lavado.

Pero ¡atención!, ¿has reparado en que una buena parte de esa comida que compras en grandes cantidades al final termina en la basura? Esto suele ocurrir con los alimentos que tienen fecha de caducidad: las frutas, los vegetales y hasta algunos tipos de queso.

Drake Baer recomienda observar en las esquinas menos frecuentadas del refrigerador de casa. Ahí, sin darnos cuenta, siempre hay algo que puede llevar meses olvidado, y que por lo tanto ya no consumiremos.

Bastaría con una buena planificación con una nota en la puerta del refrigerador para que los alimentos que ya compraste a granel para pagar menos, sean consumidos como se debe, no olvidados, y para que luego no terminen lamentablemente, para tu bolsillo y para la sociedad, en un basurero.

5. ¿Las luces de tu casa están siempre encendidas?

Además de los consejos de Draer, hay otros muy sencillos que puedes seguir para ahorrar dinero. Por ejemplo, ¿eres consciente de lo que gastas en electricidad?

No hará falta que aprendas a leer el reloj que marca lo que consumimos día a día. Solo tendrías que fijarte una actitud para ti y sobre todo para los otros que viven contigo: que todos apaguen la luz de una habitación cuando ya no piensan estar en ella, que nadie deje la hornilla eléctrica de la cocina encendida sin razón alguna, que las bombillas que has colocado sean las óptimas, las que garantizan un menor consumo para ti y una emisión mucho menor de sustancias tóxicas.

Ya sé que parecerás un policía detrás de tus hijos y que durante un buen tiempo ellos se quejarán de tus reclamos, pero al final todos se adaptarán a esta filosofía de la reducción del consumo. Ya verás cómo las arcas familiares terminarán agradeciéndotelo.

6. ¿Compras de forma compulsiva en la calle sin darte cuenta?

Un chocolate aquí, un café de Starbucks allá, un paquete de goma de mascar en otra parte… Si sumas los centavos y los dólares que gastas semanalmente en estos artículos representarán un gasto sustancial; si los sumas al año la cifra te sorprenderá.

Intenta reducir esas compras innecesarias y compulsivas y verás engordar tu presupuesto y, muchas veces, también tu salud.