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“La casita literaria”: el proyecto de un ingeniero que busca “abrir el mundo” de los vecinos de San Isidro

Mario Erkekdjian construyó, junto a un grupo de vecinos, "La casita literaria" en la puerta de su casa
Santiago Filipuzzi

Mario Erkekdjian tiene 79 años y hace 45 que vive en el barrio sanisidrense Ernesto de las Carreras, comprendido en el rectángulo que se forma entre las avenidas Rolón, Márquez, Centenario y la calle Alsina. Allí, en la esquina de Intendente Aphalo y Misiones, funciona desde hace seis meses “La casita literaria”, un proyecto ideado por él para estimular la lectura y fomentar la unión entre los vecinos.

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“La casita”, como la llaman los vecinos, funciona como un refugio en donde cualquier persona puede llevarse el libro que más le guste de forma gratuita y sin necesidad de dejar otro a cambio. Los títulos están divididos en cuatro categorías: novelas, infantiles, cultura general e idiomas.

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“La idea del proyecto la vi en otros países y pensé que sería lindo poder replicarla en nuestro país. Entonces, convoqué a un grupo del barrio, pregunté quién se anotaba para hacerlo y así nació, como un proyecto de vecinos para vecinos”, comentó Erkekdjian a LA NACION.

El único material que compraron fue la cobertura exterior, el resto de los insumos fueron donados por diferentes vecinos para colaborar con la construcción de “La casita”.

Fue realmente un trabajo en equipo. Hicimos los planos, la lista de materiales y la armamos en el taller que tengo en el fondo de mi casa. Después unas chicas del barrio la pintaron”, contó.

Repercusión en la comunidad

Kiara Henkel, de 19 años, pasó el viernes pasado por la tarde por “La casita” acompañada por sus dos perros. “La conocí por Instagram. Una amiga que vive cerca subió una foto y me interesó venir a conocerla. El proyecto está muy bueno. Por ahora leí la novela Una corte de rosas y de espinas y traje algunos libros de cuando era más chica”, contó.

Muchos vecinos la descubren caminando por la zona o atraídos por el boca en boca
Santiago Filipuzzi


Muchos vecinos la descubren caminando por la zona o atraídos por el boca en boca (Santiago Filipuzzi/)

Teo tiene 17 y también se acercó muy interesado. “La conocí mientras volvía caminando del colegio. Todavía no me llevé ningún libro, pero próximamente quiero traer y llevarme alguno. Me gusta mucho leer”, comentó.

A pesar de que no es necesario dejar libros para llevarse otros, la cantidad de ejemplares recibidos en “La casita” ha sido apabullante para Erkekdjian. Los vecinos donaron tantos que en los próximos días van a enviar una partida a una escuela en Jujuy.

Según afirmó, lo más lindo del proyecto son los grupos que se están armando para organizar actividades. Por ejemplo, el ciclo “Cuentos en la vereda” –que reúne a chicos y narradores–, el grupo de educadores que intercambian material de interés curricular y otro que está organizando reuniones musicales.

“La convivencia en grupo también es de lo más satisfactorio. No estamos solos, no vivimos en una isla y hacer esto es una forma de participar. La gente viene aquí y ahora se conoce, gente que vive a 50 metros y antes no se saludaba, hoy lo hace. Hay muchas cosas en las que estamos mal como sociedad, porque cada uno se encierra en sí mismo y no compartimos”, justifica su proyecto Erkekdjian.

El grupo de vecinos organizadores busca que la idea se replique en otros lugares y de hecho, ya les pasaron los planos y la lista de materiales para construir “La casita” a varios grupos de otras localidades de Buenos Aires e incluso a otras provincias.

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Mañana, a las 10, para celebrar el 25 de Mayo, los vecinos se reunirán en la puerta de La Casita para compartir chocolate caliente y alfajores. Y, a las 11. cantarán el Himno en familia y con músicos en vivo.

"La casita" funciona como una biblioteca abierta en el que se pueden retirar los libros gratis
Santiago Filipuzzi


"La casita" funciona como una biblioteca abierta en el que se pueden retirar los libros gratis (Santiago Filipuzzi/)

“La lectura te abre el mundo”

Antes de este proyecto, Erkekdjian no tenía ningún vínculo directo con la educación o la pedagogía, sino que trabajaba como ingeniero en el mundo industrial. Sin embargo, siempre le gustó charlar con la gente y motivar y, sobre todo, leer.

Lo que estoy aprendiendo no tiene nombre, me apasiona porque todo el tiempo estoy descubriendo libros nuevos. Gracias a “La casita” conocí, por ejemplo, a un autor español que se llama Joaquín Lorente que escribió Piensa, es gratis, un libro que no tiene desperdicio. La lectura te abre el mundo”, comentó Erkekdjian, a quien lo que más le gusta son las historias de expediciones y aventuras como las del explorador, biólogo y aventurero noruego Thor Heyerdahl.

Como parte de su amor por la lectura, y mucho antes de inaugurar “La casita literaria”, cada lunes Erkekdjian comparte una frase distinta en una pizarra que exhibe en la puerta de su casa. “También puedes cometer injusticias al no hacer nada”, decía la pizarra hace algunas semanas. La cita es de Marco Aurelio y la elección condensa el espíritu comprometido y solidario de Erkekdjian.