China regulará el exorbitante precio que los pretendientes pagan por sus novias

China está tomando muy enserio su recesión demográfica y ha anunciado medidas enérgicas para poner freno al exorbitante precio que debe pagar un pretendiente para casarse con su novia.

El asunto ha tomado tanta relevancia que el tema del precio de las novias ha llamado la atención de la prensa internacional desde comienzos del año. El diario The New York Times, publicó un reportaje sobre las campañas propagandísticas de los gobiernos de las zonas rurales que buscan disuadir a las mujeres solteras de competir entre sí al exigir precios más altos.

Lo que no se sabía era que la iniciativa provenía de las altas esferas del Partido Comunista, como respuesta a la primera reducción de la población china desde la Gran Hambruna de Mao Zedong hace 61 años. Una de las primeras medidas para revertir la tendencia del declive poblacional es intentar ponerle freno al “precio de la novia”, una antigua costumbre que obliga a la familia del hombre a pagar a sus futuros suegros para sellar el compromiso y como un gesto de sinceridad y buena voluntad.

Los analistas señalan que “el precio de la novia” nunca había representado un obstáculo insalvable para los casamientos porque, hasta mediados del siglo XX, los pagos eran simbólicos. La situación se ha complicado porque el pago se ha disparado a montos prohibitivos para la clase trabajadora.

El diario chino Global Times dijo que en algunas regiones rurales, las familias tienen que agotar todos sus ahorros y endeudarse para que sus hijos se casen. El resultado es que algunas parejas que tenían una relación amorosa pelean y terminan separándose por la incapacidad del novio de asumir un pago tan oneroso.

En la provincia de Hubei, en el centro de China, la boda de una pareja fue cancelada en enero después de que el precio original de 150.000 yenes (unos 21.800 dólares) fue elevado repentinamente a 200.000 yuanes (unos 29.000 dólares).

En febrero del 2022, se viralizó un video en la red social Bilibili de una joven que fue arrastrada violentamente de la vivienda que compartía con su prometido porque él no podía pagar los 500.000 yuanes (72.600 dólares) para concretar la boda.

El novio, de apellido Zang, explicó en el post que tenía seis años de relación con su pareja, que con los esfuerzos comunes habían comprado una vivienda y que estaba registrada a nombre de su novia para calmar las preocupaciones familiares. Aunque su deseo era formar una familia, sus planes fueron frustrados por la rotunda oposición de los padres.

Ese tipo de casos son tan comunes que el gobierno chino decidió tomar cartas en el asunto al incluir una campaña especial contra los precios exorbitantes de las novias y la celebración de bodas extravagantes en el documento central número 1 para 2023, que recoge los lineamientos de la política estratégica del país.

Con el objetivo de fortalecer lo que llamó “la construcción de estándares éticos y culturales en las áreas rurales, el documento del Partido Comunista alentó a los gobiernos locales a formular normas para cambiar las obsoletas costumbres y adecuarlas a las condiciones actuales. También instó a los miembros y funcionarios del partido a tomar la iniciativa y dar el ejemplo.

La historia del precio de la novia

El precio de la novia, conocido como Caili, es el pago que hace el novio a la familia de la novia para demostrar su interés y solvencia financiera. También representa un tipo de compensación por haber criado a una hija en un país que tradicionalmente ha favorecido a los hijos varones.

El diario First Post explicó que el precio de la novia es similar a la dote, que es el patrimonio que la familia de la futura esposa entrega al novio, pero a la inversa. En China, es el novio el que paga.

Se trata de una de las costumbres matrimoniales más importantes en la antigua China desde la dinastía Zhou Occidental, que se impuso hacia el año 1050 a.C. La tradición se perpetuó durante siglos y se mantuvo durante toda la República de China, que se formó cuando cayó la dinastía Qing en 1912. Incluso persistió tras la victoria del Partido Comunista y la creación de la República Popular China en 1949, aunque el nuevo gobierno lo prohibió de manera expresa. Pero la arraigada costumbre volvió a ser legal en 1970.

En 2016, los expertos ya notaban que el precio de la novia dificultaba la formación de parejas estables en China. Manya Koetse, experta en cultura china, explicó en ese entonces a la BBC la evolución de los precios de la tradición milenaria.

En los años 50, 60, 70 del siglo XX, el precio de la novia podía ser un termo o ropa de cama. "Más tarde se convirtió en un mueble, luego en una radio o un reloj. Cuando llegamos a la década de 1980, podría haber sido un televisor o un refrigerador. Y desde que la economía de China se abrió, fue entonces cuando el precio de la novia comenzó a cambiar a dinero en efectivo."

En 2022, el precio de la novia llegó a un tope de 380.000 yuanes (unos 55.200 dólares), sin incluir otros gastos considerados necesarios para casarse como un automóvil y un apartamento.

Un camino de piedras

Algunos académicos no se muestran demasiado optimistas sobre el éxito de la campaña recién anunciada para atacar el problema.

Zhang Yiwu, profesor de la Universidad de Pekín, dijo al Global Times que se trata de una costumbre privada que está profundamente arraigada en algunas zonas del país. “China tiene un largo camino por recorrer antes de deshacerse de los precios de la novia", advirtió Zhang.

Para Mu Guangzong, profesor del Instituto de Investigación de Población de la Universidad de Pekín, el disparatado precio de la novia “es el resultado del 'sobrematerialismo' y la disparidad extrema que existe hoy en día entre ricos y pobres”.

Otra fuente de ese desequilibrio es que según los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, basados en el censo del 2020, el país tiene 35 millones más de hombres (51,24%) que mujeres (48,76%), debido a una política de control de natalidad que limitaba la procreación de un solo hijo que fue impuesta en 1979.

Lo que el gobierno no previó en ese momento es que si una familia china sólo podía tener un descendiente, los padres preferían mantener el embarazo de un hijo varón.

Es posible que al fomentar “precios de la novia” razonables, los jóvenes chinos se muestren más dispuestos a casarse. Pero la escasez de mujeres solteras y las anticuadas normas sociales sobre el matrimonio en las áreas rurales dificultará la tarea del gobierno de enmendar sus propios errores.

Fuentes: Global Times, El Mundo, BBC, SCMP, NYTimes, FirstPost.

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