La colombiana Saavedra celebra su aniversario como compositora más ocupada que nunca

Con la agenda repleta de planes y el entusiasmo de una debutante, la cantautora colombiana María Isabel Saavedra, Saavedra para sus seguidores, celebra su primer cuarto de siglo de carrera como compositora en medio de una gira de conciertos que la traerá hasta Miami a principios del próximo año.

¿Cómo ve la vida la creadora después de lanzarse al mundo de la música en serio?, ¿Quiénes marcaron un antes y un después en su desarrollo como autora? ¿Qué le gustaría hacer en el futuro? Mientras ajusta los detalles de su recorrido Saavedra conversó con el Nuevo Herald desde su casa en la Ciudad del Sol.

¿Qué representa para ti este aniversario de carrera autoral?

El nacimiento de una compositora, de una escritora que estaba atrapada en la piel de una empresaria, que de vez en cuando cantaba. Desde niña, cuando comencé a ganar festivales de canto en el colegio y luego en la Universidad me di cuenta que me faltaba algo. No quería ser una voz detrás de las canciones de otros. Este aniversario significa también el arrojo de dedicarme a escribir y cantar mis canciones por el mundo entero, aunque sea lo más difícil y desafiante de ser cantautora.

¿Cómo lo estás celebrando?

Con una gira que comenzó en el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo, de Bogotá, y luego seguí por las ciudades más importantes de Colombia y algunas europeas. Siento que he pagado varias deudas de amor con el público que sigue mi música.

¿Qué temas no faltan en tus conciertos?

Los inevitables: De eso se trata, Yerbabuena, Decir adiós, Me borrarás… Si no los incluyo, el público “me obliga” a cantarlos.

¿Cuándo y cómo descubriste tu vocación por la música?

Nací rodeada de músicos. Mis papás participaron en la creación de un festival que ahora es el más importante de Colombia, en cuanto a música andina colombiana se refiere. De hecho, el festival nació en mi colegio. Desde que empecé a componer le canto a la tierra, a la naturaleza ambivalente de la humanidad y a la libertad en todas sus expresiones.

¿Cómo recuerdas tus comienzos?

“Estudié Periodismo y Comunicación Social e hice cursos de muchas disciplinas. Antes de engancharme con la música, fui pichón de productora en Inravisión, productora de eventos en RCN, docente en un colegio de Bogotá y finalmente aterricé como concesionaria y directora del Teatro Patria, por 13 años. Hasta que llegó Armando Manzanero, el hombre que me rescató del mundo empresarial, y casi me forzó a que comenzara únicamente a escribir canciones y a cantar lo mío, pasara lo que pasara.

¿Qué aprendiste de Manzanero?

Me enseñó los secretos de este oficio, lo que no se debe hacer como compositor, cómo organizar tu patrimonio autoral y que la dignidad de un autor está por encima de cualquier negociación de conveniencia.

¿Quies fueron los músicos que te inspiraron en esa etapa?

Podría mencionar a Jaime R. Echavarría, Héctor Ochoa, Arnulfo Briceño, Sabina, Serrat, Milanés, Charlie García, Fito Páez, Yordano, Alanis, Manzanero, Portillo de la Luz, Ema Helena Valdelamar, María Helena Walsh, Eladia Blásquez, Freddy Mercury, los Beatles, Los Nocheros, VozVeis, Neri Per Caso y cientos de compositores del folclor colombiano.

¿Cuáles han sido los momentos clave en tu vida profesional?

Cuando gané mi primer concurso, siendo una adolescente en 1987, la aparición del maestro Manzanero en mi vida, cuando mi canción Yerbabuena estuvo cuatro meses en primer lugar en la radio latina de Miami, en 2004, y las primeras nominaciones al Grammy Latino en las que estuve involucrada como cantautora desde el 2003 hasta hoy.

¿Cómo se puede hacer la diferencia en un mundo tan competitivo como el de la música?

Siendo uno mismo, a pesar de cualquier opinión ajena. Trabajar en tu conexión interior antes de cualquier conexión con el mundo externo, sin declinar en tus proyectos, por más descabellados que parezcan. Y por último, pedir ayuda a la gente a la que le gusta lo que haces y permanecer en estado de creación, para que cuando lleguen las oportunidades estés listo.

¿Qué es lo más importante que has aprendido en todos estos años?

He aprendido que si crees lo suficiente, aguantas lo necesario y arriesgas al máximo, puedes seguir haciendo lo que amas cada día conectando con gente que apoya tu sueño.

¿Aparte de esta gira, cuáles son tus planes?

Quiero seguir apoyando artistas jóvenes, seguir inspirándolos a través de mi carrera, mis conciertos, conferencias y de los seminarios que imparto en muchos países sobre creatividad y sostenibilidad

Quiero llevar a cabo, en toda su extensión, un proyecto que creé con dos colegas colombianas llamado Mujeres de caña dulce, que rinde homenaje a las poderosas, guerreras y a veces invisibles artistas de América Latina.