Cómo el zapato más feo del mundo creó un imperio de $9,000 millones
Al igual que Crocs, las sandalias Birkenstock encontraron una buena resistencia de los fashionistas durante sus primeros años en el mercado. Ahora algunas revistas se refieren a la marca alemana como “el nuevo zueco de culto” o “las sandalias anti-moda que siempre están de moda”.
Contrario a la idea de elegancia o sofisticación que muchas marcas de zapatos venden, las Birkenstock no son angostas ni estilizadas; tampoco lucen necesariamente bien con ropa formal. Sin embargo, de su comodidad muy pocos dudan, especialmente tras la irrupción de la tendencia del barefoot o calzado respetuoso con la anatomía del pie humano.
Sí, pueden ser “feas”, pero Birkenstock nunca tuvo la intención de convertirse en un ícono de la moda en primer lugar. La compañía fue fundada en 1774 por el zapatero alemán Johann Adam Birkenstock y se mantuvo durante siglos como una empresa familiar, mayormente centrada en producir una sandalia ortopédica de suela moldeada que permitiera una zancada y postura saludables.
$9,200 millones y asociación con la familia Arnault
Hoy, las sandalias Birkenstock se han convertido en otro producto estrella del mundo de la moda, con una valoración de más de $9,200 millones al momento de entrar en la bolsa de Nueva York esta semana. El gigante alemán dijo el lunes que planea fijar el precio de su próxima oferta pública inicial entre 44 y 49 dólares por acción, y también compartió que un miembro de una de las familias más ricas del mundo se unirá a su junta directiva en su debut: Alexandre Arnault, el hijo de 31 años del presidente de LVMH, Bernard Arnault.
Según DailyMail, las Birkenstock han disfrutado de un aumento en popularidad y ventas en los últimos años y la demanda se vio impulsada aún más después de que los zapatos aparecieran en la película “Barbie”, protagonizada por Margot Robbie. Ahora es probable que las lleve una supermodelo o una estrella de Hollywood, en lugar de un hombre bohemio de mediana edad: simplemente, se convirtieron de la noche a la mañana en un estilo aspiracional.
Cómo fueron creadas las Birkenstock
En 1896, el tataranieto de Johann Adam Birkenstock agregó al diseño original una plantilla hecha de corcho (que después copiaron otras marcas), piel de alce para las correas y yute contorneados. Luego, en la década de 1960, un modista alemán que vivía en California visitó su tierra natal y regresó con las sandalias a Estados Unidos.
Se consideraban demasiado feas para las zapaterías y su estética hippie hacía que a menudo terminaran junto a la sección de muesli en las tiendas naturistas. Y allí permanecieron hasta 1990, cuando Kate Moss, modelo de Croydon que en aquellas fechas tenía 16 años, los usó para una de sus primeras sesiones fotográficas. Entonces se volvieron un ícono grunge.
En 2013, Phoebe Philo, directora de la casa de moda francesa Celine, produjo una versión similar a las Birkenstock forrada de piel y se vendió por casi $500. Unas temporadas más tarde, Givenchy hizo lo mismo.
Poco a poco, fueron ganando terreno entre los famosos de vibra alternativa. En 2019, se vendieron casi 24 millones de pares en más de 100 países. Su reputación de sandalias para desaliñados murió de forma definitiva cuando en la pandemia comenzaron a usarlas celebridades como Gwyneth Paltrow, Sienna Miller, Julianne Moore, Reese Witherspoon o Kendall Jenner.
Colaboraciones inteligentes
En 2021, la empresa se asoció con L Catterton, un grupo de capital privado del que es copropietario Bernard Arnault, a cargo de una firma de moda que incluye a Dior, Louis Vuitton y Celine. Así que el camino al éxito estaba prácticamente asegurado.
La estilista de celebridades Rochelle White dijo al Mail anteriormente que la buena recepción de las Birkenstock se debe a la creciente popularidad de la ropa de andar por casa. “Creo que se trata de un progreso natural en este tipo de calzado. Las ventas de tacones altos cayeron un 71% en 2020”.
“Este tipo de calzado se puede adaptar a la persona debido a su sencillez. Desde vestidos veraniegos y fluidos hasta vaqueros y jerséis, son perfectos para cualquier edad y estilo que se quiera conseguir”, agregó White.
Muchos también señalan a una historia familiar de seis generaciones que hicieron marketing y colaboraciones inteligentes. En 2018, Birkenstock contrató a estudiantes de la universidad de artes Central Saint Martins, en Londres, para rediseñar algunos de sus estilos clásicos.
Luego, se reunió con casas de moda selectas para reimaginar esos estilos, el Boston Clog y el Arizona. Rick Owens, Valentino y Proenza Schouler produjeron sus respectivas interpretaciones. Siguieron colaboraciones con Manolo Blahnik, Stussy, Jil Sander, y Dior.