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No hay maquillaje que oculte la contaminación de la industria cosmética

Los cosméticos contaminan cuando sus ingredientes son tóxicos y los empaques no son reciclables (Foto:Getty)
Los cosméticos contaminan cuando sus ingredientes son tóxicos y los empaques no son reciclables (Foto:Getty) (Vizerskaya via Getty Images)

La industria cosmética, que fue creada para que los humanos luzcan más bellos, más aseados y más aceptados socialmente, también produce toneladas de suciedad y contaminación, y aunque algunas marcas quieran aplicar un maquillaje a esta verdad, las toneladas de desperdicios no reciclables se acumulan día a día.

Un día normal en la vida de millones de ciudadanos incluye el uso promedio de unos siete productos cosméticos.

Jabón, champú, desodorante, crema de dientes, loción hidratante, perfume y productos para maquillarse, forman parte de una rutina que se repite día a día, millones de veces en todo el mundo, un ritual de cuidado personal que contrasta con el daño que, mientras tanto, se hace al planeta.

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Muchos de los ingredientes de estos cosméticos son derivados del petróleo, que no solo contaminan la naturaleza, sino también los cuerpos de los consumidores.

Esta contaminación crece, además, por esa competencia entre marcas para hacer los productos más atractivos a los ojos del potencial comprador y los diseñadores de empaques se esmeran en crear elaboradas envolturas que a veces cuadruplican el tamaño del contenido que finalmente se convierten en desechos.

De acuerdo con la empresa de reciclaje TerraCycle, la industria cosmética produce más de cien billones de unidades de empaques cada año y solo unas pocas son aceptadas en los programas de reciclaje por la composición mixta de sus partes.

Nefertiti se maquillaba. Se pintaba los labios, se delineaba los ojos, las cejas. Los egipcios sabían cómo consentir sus cuerpos con baños de leche, mieles y aloe. Es conocido entonces que al menos desde 1400 antes de Cristo, el cuidado personal con productos que procuraban embellecer a las personas ya era un asunto serio.

La guerra llevó a que el aseo personal se convirtiera en una norma para evitar las epidemias (Foto:Getty)
La guerra llevó a que el aseo personal se convirtiera en una norma para evitar las epidemias (Foto:Getty) (LifeJourneys via Getty Images)

Sin embargo, la mayoría de los trucos de belleza de esos tiempos no dejaban un rastro contaminante.

En el siglo XX, la Primera Guerra Mundial obligó a los soldados a mantener la higiene para evitar epidemias que pudieran diezmar los ejércitos más rápido que el enemigo y estos hábitos fueron arropados por la dinámica de la industrialización.

Cepillarse los dientes, usar el jabón y rasurarse pasaron de ser órdenes de general para convertirse en rutina diaria tanto en la casa, en la oficina, en la fábrica y en el escenario bélico. Ahí empezó a crecer la industria, la variedad de productos y la contaminación.

La explotación petrolera dio paso al reinado del plástico derivado de petroquímicos en los años 50 y desde ese entonces ese material sigue dominando en los procesos de envasados de los artículos de higiene personal con toda la carga contaminante que esto ha generado.

Y así como la petroquímica se apoderó de los empaques, también lo hizo con muchos de los componentes que forman parte de ese champú, de ese polvo compacto que da el efecto bronceador, de ese labial que no se quita con facilidad, de esa crema con escarcha, que generalmente terminan en los mares y océanos intoxicando a todo ese inmenso ecosistema que mantiene vivo a todo el planeta.

Hay desperdicios que no hace falta producir. Los productos contaminantes se están acumulando por toneladas en el planeta y la industria cosmética contribuye con una parte importante gracias a sus elaborados empaques que como matrioskas, esconden un pequeño frasco al final de mucho plástico y cartón.

Entonces, un consumidor consciente sabrá escoger productos que son más amigables con el medio ambiente o incluso puede aprender a hacerlos en su propia casa con ingredientes naturales, porque todo puede ser contaminante en esta industria. Los empaques, los componentes del producto, el proceso de fabricación, los residuos.

Muchos componentes químicos de los cosméticos terminan siendo consumidos por la fauna marina (Foto:Getty)
Muchos componentes químicos de los cosméticos terminan siendo consumidos por la fauna marina (Foto:Getty) (Artfully79 via Getty Images)

Por ejemplo, los ingredientes químicos de los productos cosméticos llegan a ser consumidos por la fauna marina que, lejos de metabolizarlos, los acumula. Además, cuando los humanos se alimentan de estas especies acuáticas, también pasan a ingerir esos compuestos tóxicos que son disparadores de cáncer, infertilidad, diabetes y otros trastornos.

La Fundación David Suzuki, una organización canadiense sin fines de lucro que se dedica a proteger la naturaleza, ha creado una lista de los ingredientes cosméticos que considera más contaminantes entre los que destacan los siguientes.

Antioxidantes sintéticos:

Los antioxidantes sintéticos Butilhidroxianisol (BHA) y el Butilhidroxitolueno (BHT) son usados con frecuencia en la industria cosmética como conservantes. Estos compuestos que se emplean en la fabricación de pintalabios y productos hidratantes son tóxicos para la fauna y flora marina. Además, exponerse a ellos con frecuencia se asocia con el riesgo de aparición de células cancerosas.

Parabenos:

Se usan en la industria cosmética porque tienen propiedades bactericidas y fungicidas, pero han sido mal vistos por dejar una huella negativa sobre las especies marinas y también por tener un efecto dañino sobre la función endocrina y consecuente aparición de células cancerosas.

Tintes derivados del alquitrán de hulla:

Se usan con frecuencia en tintes para el cabello, en especial para teñir de colores oscuros. La p-fenilendiamina y todos los productos para teñir las melenas que estén identificados como “CI” seguido de un número de cinco dígitos son de este tipo y el alquitrán de hulla es un derivado del petróleo que ha sido combinado con sustancias químicas. Este compuesto también afecta la flora y fauna marina y se asocia a la aparición de cáncer.

PEG o Polietilenglicol

En la industria cosmética, este producto derivado del petróleo, se usa como espesante, disolvente y humectante para mejorar la textura de las cremas. Este componente puede contener 1,4-dioxano que se clasifica como carcinogénico y como su proceso de degradación es muy lento, permanece en el medio ambiente durante mucho tiempo.

Petrolatum

Es un derivado del petróleo que se usa en cosmética para dar consistencia aceitosa a determinados productos. Además de la contaminación que genera por extraerse de la industria petrolera, también se ha asociado con el desarrollo de cáncer.

Siloxanos

La industria cosmética se vale de los siloxanos por la sensación de suavidad e hidratación que imprimen a los productos. Sin embargo, el uso de algunos de estos compuestos como el ciclotetrasiloxano (D4) y ciclopentasiloxano (D5) resultan ser tóxicos para la vida acuática.

La buena noticia es que cada vez son más las marcas de cosméticos que procuran hacer productos verdaderamente amigables con el medio ambiente, desde el proceso de preparación y los ingredientes involucrados, hasta el empaque.

Ejemplos de estas prácticas verdes son las marcas Leonor Greyl, Lush Cosmetics, Handmade Beauty, The Body Shop, MAC y Apoem, entre otras, que ofrecen todo el proceso de fabricación de productos amigables con el medio ambiente.

Muchas empresas de cosméticos están asumiento prácticas amigables con el medio ambiente en la fabricación de sus productos (Foto:Getty)
Muchas empresas de cosméticos están asumiento prácticas amigables con el medio ambiente en la fabricación de sus productos (Foto:Getty) (Bogdan Kurylo via Getty Images)

Lush Cosmetics, por ejemplo, ha empezado a fabricar champú y otros productos de baño en formas sólidas para no tener que utilizar empaques, y emplea aceites de almendra y de oliva en sus artículos, en vez de aceites minerales.

The Body Shop, por su parte, ha decidido comprar toneladas de plástico reciclado de la India para transformarlas en millones de envases de productos para el cuidado del cabello y tiene una activa campaña de reciclaje de los recipientes de sus artículos.

También es destacable el programa de reciclaje de la marca MAC llamado “Back to MAC” que ofrece un esquema de recompensa mediante el cual los usuarios pueden llevar a sus mostradores seis envases vacíos de sus productos y recibir a cambio la opción de llevarse un lápiz labial de su preferencia.

Los usuarios también pueden cumplir con su parte y a la hora de comprar, preferir los productos más amigables con el ambiente.

Aquí se ofrecen algunos consejos para evitar tener pieles más lozanas y atractivas a costa de la salud del planeta:

  • El mejor empaque es el que no existe.

  • A la hora de comprar cosméticos, lo más conveniente es buscar opciones con poco o ningún componente plástico.

  • Hay que preferir jabones en pastillas.

  • Si hay tiempo y voluntad se puede tratar de crear los productos de belleza en casa.

  • Lo mejor es escoger los productos que vienen en envases de vidrio que es 100 % reciclable.

  • Es posible hacer saber a la compañía de cosméticos de preferencia que se espera un desempeño amigable con el medio ambiente en todo el proceso de fabricación de sus productos.

Anualmente se producen 120 billones de empaques de plástico y la mayoría de ellos se fabricaron para ser usados una sola vez. Si se implantara el esquema de los empaques que se pueden volver a usar o rellenar se eliminaría un inmenso porcentaje de las emisiones de carbono.

Uno de los problemas de contaminación de la industria cosmética son los envases (Foto:Getty)
Uno de los problemas de contaminación de la industria cosmética son los envases (Foto:Getty) (Lorado via Getty Images)

La campaña anual Zero Waste Week ha revelado que la mayoría de los empaques de la industria cosmética no son reciclables.

Zero Waste Week, como indica su nombre, dura una semana y desde 2008 se encarga de alentar a personas, negocios y organizaciones a ser parte de la solución en contra de la contaminación ambiental enseñando a reusar, reciclar y rediseñar los usos de los desperdicios a través de la educación e ideas novedosas sobre el tema.

Es por eso que cada vez están más de moda los productos llamados “naked” que no tienen empaques y son igualmente efectivos en el cumplimiento del objetivo para el cual fueron hechos.

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