Cuando ser millonario en Alemania solo sirvió para hacer que el país fuese más pobre
Cada vez que una nación vive una etapa de crisis económica surge una recurrente pregunta entre la población que viene a decir por qué el gobierno no imprime o acuña más dinero si se necesita para pagar las deudas del país.
Pero claro, es una de esas preguntas con trampa, ya que la respuesta cae por su propio peso: no se puede emitir más dinero porque lo que se conseguiría es que este valiese menos (cuantos más billetes hay en circulación menor es su valor), algo que es conocido como ‘hiperinflación’ y, por tanto, provocaría que ese país se endeudase todavía más de lo que estaba.
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Esto es lo que ocurrió a inicios de la década de 1920 cuando en la Alemania de la posguerra (tras perder la IGM), durante el periodo conocido como ‘República de Weimar’ la deuda a la que tuvo que hacer frente el gobierno (tanto nacional como internacionalmente, al ser responsabilizada de todos los gastos ocasionados por la guerra) provocó que se tomaran una serie de decisiones equivocadas, entre ellas imprimir una nueva moneda, el ‘papiermark’ (marco de papel), que llegaba para sustituir al ‘goldmark’ (marco de oro) que hasta entonces había sido la divisa germana.
Se imprimió muchísimo más dinero del que el banco central alemán podía hacer frente, teniendo que acuñar billetes por cifras astronómicas (llegando incluso a circular billetes de cien billones).
De la noche a la mañana toda la población de Alemania se había convertido en millonaria y los obreros habían pasado de cobrar salarios aproximados de 200 goldmarks mensuales a sueldos de varios cientos de billones de papiermarks al mes, siendo común ver a esos trabajadores llevar a sus hogares ese dinero en carretillas o capazos llenos de fajos de billetes.
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Pero claro, eran millonarios de ‘pega’ ya que el valor de la monera nacional era ínfimo. Por poner un ejemplo: en 1922 1 papiermark valía alrededor de 4 dólares americanos y tan solo un año después por cada dólar se debían pagar la friolera de 4 billones de papiermark.
En la cesta de la compra también notó y en poco más de un año una barra de pan pasó de costar 1 marco a dos cientos mil millones de marcos (200.000.000.000) y así con todos los productos de primera necesidad.
Llegó un momento que incluso era más caro el coste del papel en el que se imprimían los billetes que el valor de estos, por muchas cantidades de ceros que llevase.
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Miles de familias se encontraron que tenían en casa miles de millones en billetes pero que ese papel moneda apenas les daba para comprar carbón o leña para calentarse en invierno, por lo que optaban por utilizar el dinero como comburente para mantener encendido el fuego.
Incluso era una estampa típica ver jugar a los más pequeños de la casa en la calle apelotonando fajos de billetes como si piezas de un juego de construcción se tratara.
Aquellas desacertadas medidas tomadas durante la República de Weimar provocaron un descontento generalizado de la población, dando lugar a la aparición, auge y triunfo (una década después) del nazismo.
Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / pinterest