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La diplomacia de Elon Musk: relacionarse con líderes de derecha de todo el mundo y sacarles jugo

El presidente chino Xi Jinping en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés) en San Francisco, el 17 de noviembre de 2023. (Doug Mills/The New York Times).
El presidente chino Xi Jinping en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés) en San Francisco, el 17 de noviembre de 2023. (Doug Mills/The New York Times).

Unos minutos después de que se hizo evidente que Javier Milei había sido electo presidente de la segunda nación más grande de América del Sur en noviembre, Elon Musk publicó en la plataforma de redes sociales X (antes conocida como Twitter): “Argentina tendrá un futuro próspero”.

Desde entonces, Musk ha seguido usando X, plataforma de su propiedad, para alentar a Milei. El multimillonario ha compartido videos en los que el presidente argentino ataca la “justicia social” con sus 182 millones de seguidores.

Musk ha ayudado a convertir al libertario pendenciero en uno de los nuevos rostros de la derecha moderna. Fuera de línea, ha aprovechado esta relación para ejercer cierta presión y obtener beneficios para sus otras empresas, la fabricante de automóviles eléctricos Tesla y la constructora de cohetes espaciales SpaceX.

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“Me llamó Elon Musk”, afirmó Milei en una entrevista por televisión unas semanas después de asumir el cargo. “Está sumamente interesado en el litio”.

Musk ha declarado que el litio (el elemento blanquecino plateado que es el principal componente de las baterías que emplean los autos de Tesla) es “el nuevo petróleo”. Tesla lleva mucho tiempo comprándole litio a Argentina, que ocupa el segundo lugar entre los países con las mayores reservas de ese elemento. Ahora, Milei aboga para que las mineras internacionales de litio reciban beneficios importantes, lo que probablemente le daría a Tesla un flujo más estable (y quizá más barato) de uno de los recursos más vitales para la empresa.

Milei se ajusta a un patrón que sigue Musk para promover relaciones con una constelación de jefes de Estado de derecha, con beneficiarios muy claros: él mismo y sus empresas.

Elon Musk ha construido una constelación de jefes de Estado con ideología compartida, como Javier Milei, de Argentina, y Narendra Modi, de la India, con el propósito de impulsar sus propias políticas y extender su imperio empresarial. (Cristiana Couceiro/The New York Times).
Elon Musk ha construido una constelación de jefes de Estado con ideología compartida, como Javier Milei, de Argentina, y Narendra Modi, de la India, con el propósito de impulsar sus propias políticas y extender su imperio empresarial. (Cristiana Couceiro/The New York Times).

Musk, de 52 años, ha utilizado en repetidas ocasiones parte de su imperio empresarial (la plataforma X) para expresar su apoyo a políticos como Milei, Jair Bolsonaro de Brasil y Narendra Modi de la India. En la plataforma, Musk ha respaldado sus posturas en temas de género, ha celebrado su oposición al socialismo y ha confrontado con gran agresión a sus enemigos. Musk incluso cambió personalmente las políticas de contenido de la plataforma X de una forma que pareció beneficiar a Bolsonaro, según dijeron dos exempleados de la plataforma.

Musk, por su parte, ha solicitado y obtenido ventajas corporativas para sus empresas más exitosas, Tesla y SpaceX, según un análisis de The New York Times. En la India, logró que se le cobraran aranceles menores por la importación de los vehículos de Tesla. En Brasil, abrió un importante mercado nuevo para Starlink, el servicio de internet por satélite de SpaceX. En Argentina, garantizó el acceso al mineral más crucial para las baterías de Tesla.

El respaldo de Musk les ha dado a muchos jefes de Estado nacionalistas y de derecha más prestigio internacional, el cual no han dudado en promover como validación de sus políticas y popularidad.

Musk, Tesla, SpaceX y la plataforma X no respondieron a nuestras solicitudes de comentarios.

En septiembre de 2015, Musk recibió a Modi en la fábrica de Tesla en Fremont, California. Modi, político nacionalista indio, había sido electo primer ministro de la India un año antes, cuando su partido Bharatiya Janata arrasó para llegar al poder, y visitaba Estados Unidos para reunirse con líderes empresariales.

Musk y Modi posaron para la foto cerca de un flamante automóvil rojo Model S. Comentaron que los “paneles solares y las baterías” podrían brindar electricidad a regiones rurales de la India sin necesidad de líneas eléctricas, señaló Musk en ese entonces.

“Comprendí su visión”, dijo más tarde Modi.

Fue una de las primeras instancias en que Musk sostuvo una reunión en público con un líder nacionalista. Además, fue el principio de un plan a largo plazo con Modi, relación que tardó años en desarrollar y comenzó a redituarle a Musk después de que compró Twitter.

India podría ser un mercado masivo para Tesla, que necesita incursionar en regiones nuevas para crecer. Pero ese país prácticamente prohibió los vehículos eléctricos construidos por fabricantes extranjeros. En años recientes, los aranceles impuestos en la India a los vehículos eléctricos importados han aumentado hasta un 100 por ciento.

El primer ministro de la India, Narendra Modi (derecha), se reúne con Elon Musk (izq.) en Nueva York, Estados Unidos, el 20 de junio de 2023. (Foto de Indian Press Information Bureau (PIB)/Handout/Agencia Anadolu vía Getty Images)
El primer ministro de la India, Narendra Modi (derecha), se reúne con Elon Musk (izq.) en Nueva York, Estados Unidos, el 20 de junio de 2023. (Foto de Indian Press Information Bureau (PIB)/Handout/Agencia Anadolu vía Getty Images) (Anadolu Agency via Getty Images)

Musk recurrió en un principio a la diplomacia personal tradicional: se reunió con Modi y les ordenó a los empleados de Tesla estrechar relaciones con algunos funcionarios.

Después de que Musk compró Twitter en 2022, aprovechó su nueva palanca. La plataforma se utiliza ampliamente en la India (hasta Modi la utiliza y tiene casi 98 millones de seguidores) y constituye un foro importante de debate político.

Musk se reunió en persona con Modi de nuevo en junio pasado, cuando el primer ministro visitó Nueva York. Se identificó como “fan de Modi” y afirmó que Modi nos “da alicientes para hacer inversiones significativas en la India, algo que planeamos hacer”.

Para entonces, los empleados de Tesla de nuevo sostenían conversaciones con los asesores de Modi sobre una reducción de los aranceles y una inversión en la India, según indicaron dos personas enteradas de las conversaciones. Rohan Patel, quien era vicepresidente de política pública y desarrollo comercial de Tesla, viajó a la India en varias ocasiones. Por su parte, Piyush Goyal, ministro de Comercio de la India, visitó la fábrica de Fremont en noviembre.

En enero, Musk publicó en la plataforma X que la India debería recibir un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que mejoraría la posición internacional de la India. “Es absurdo que la India, a pesar de ser el país más poblado del planeta, no tenga un lugar permanente en el Consejo de Seguridad”, escribió Musk.

Todo parece indicar que Modi se percató del comentario. Dos meses después, la India anunció que había decidido reducir algunos aranceles de importación para los fabricantes de automóviles eléctricos que se comprometieran a asignar por lo menos 500 millones de dólares a la producción de vehículos en el país. La política redujo los aranceles del 100 al 15 por ciento del precio de cada automóvil, específicamente para los vehículos eléctricos con un precio superior a 35.000 dólares.

La descripción perfecta de Tesla. Sus automóviles Model 3 tienen un precio de 38.990 dólares.

Para 2021, Musk ya aplicaba una táctica similar para introducir el servicio de internet de su red de satélites Starlink en Brasil, gobernado en ese entonces por Bolsonaro, presidente populista de derecha elegido tres años antes. En esa época, Starlink estaba en pañales, con menos de 150.000 usuarios en 25 países.

En octubre de 2021, Fábio Faria, ministro de Comunicaciones de Brasil y uno de los organizadores de la campaña de reelección de Bolsonaro, le envió una carta a Musk en la que le decía que “Starlink y Brasil pueden ser excelentes aliados”, según consta en correspondencia obtenida en virtud de la legislación de transparencia de registros del país.

Semanas más tarde, Faria visitó a Musk en Texas. Tras su regreso a Brasil, Faria presionó a los reguladores para que aprobaran a Starlink. En cierto momento, incluso instó a la agencia espacial de Brasil a mantenerse al margen de cualquier debate sobre los satélites de SpaceX en el país, según testificó más adelante ante el Congreso Nacional de Brasil.

Los reguladores de Brasil aprobaron la operación de Starlink en diciembre de 2021, siete meses después de presentada la primera solicitud del servicio. Fue la más rápida de las cinco aprobaciones que los reguladores les otorgaron a prestadores de servicios de internet por satélite.

Musk le ayudó más tarde a Bolsonaro, cuando enfrentó una difícil batalla en su campaña de 2022 por la reelección.

El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro participa en una reunión estatal del Partido Liberal, en Goiania, Brasil, el 4 de abril de 2024. REUTERS/Ueslei Marcelino
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro participa en una reunión estatal del Partido Liberal, en Goiania, Brasil, el 4 de abril de 2024. REUTERS/Ueslei Marcelino (REUTERS / Reuters)

El 20 de mayo de ese año, Musk hizo un viaje sorpresa a Brasil para hacer un anuncio importante con el presidente. Starlink planeaba incursionar en ese país y planeaba ofrecerles acceso a internet a 19.000 escuelas rurales, además del monitoreo ambiental de la Amazonia, según indicaron durante un evento en un complejo hotelero cerca de Sao Paulo. Bolsonaro le entregó a Musk una medalla y afirmó que era una “verdadera leyenda de libertad” por su oferta de ese año para comprar Twitter.

Por desgracia, el plan de ofrecerles conexión a las escuelas nunca se concretó, explicó Carlos Baigorri, principal regulador de telecomunicaciones de Brasil, quien ayudó a aprobar el ingreso de Starlink en el país. “No creo que haya existido siquiera”, comentó acerca del plan.

Musk y Bolsonaro se beneficiaron de cualquier manera. Musk había atrincherado a SpaceX en un mercado vital, en el que Starlink tiene ahora 150.000 cuentas activas, según la reguladora de telecomunicaciones de Brasil. La campaña de Bolsonaro logró promover la agudeza comercial del presidente y presentarlo como defensor de la Amazonia antes de las elecciones.

El favor de Musk no evitó que Bolsonaro perdiera la presidencia ante Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de izquierda de Brasil, en octubre de 2022. Pero en unas semanas, Musk, que acababa de concretar su acuerdo para comprar Twitter, intentó de nuevo ayudar a Bolsonaro.

Los partidarios de Bolsonaro habían comenzado a publicar acusaciones en Twitter de que algunos jueces brasileños habían inclinado la balanza en las elecciones cuando les ordenaron a las redes sociales eliminar publicaciones y cuentas con ideología de derecha. Mientras estaban instalados frente a bases militares para exigir la anulación de las elecciones, Musk sugirió que los antiguos jefes de Twitter habían contribuido a la derrota de Bolsonaro y así reforzó sus sospechas.

“Es posible que algunos empleados de Twitter les hayan dado preferencia a los candidatos de izquierda”, publicó en diciembre de 2022, sin mencionar ninguna evidencia. Más tarde, escribió que la empresa “quizá tenga personas en el equipo de Brasil con un fuerte sesgo político”.

El presidente de Argentina, Javier Milei (derecha), posa para una fotografía junto al cofundador de TESLA y el director Elon Musk (izq.) en Gigafactory Texas el 12 de abril de 2024 en Austin, Texas. (Foto de Presidencia de la Nación Argentina/Handout/Getty Images)
El presidente de Argentina, Javier Milei (derecha), posa para una fotografía junto al cofundador de TESLA y el director Elon Musk (izq.) en Gigafactory Texas el 12 de abril de 2024 en Austin, Texas. (Foto de Presidencia de la Nación Argentina/Handout/Getty Images) (Handout via Getty Images)

En 2022, uno de los proveedores de litio de Tesla anunció una inversión de 1100 millones de dólares para ampliar sus operaciones en Argentina. Desde entonces, Musk ha mostrado gran interés en la política argentina (particularmente en Milei), lo que ha generado uno de los bromances más evidentes entre las relaciones políticas de Musk.

Milei, economista libertario y comentarista de televisión, promovió durante su campaña la idea de sacar al gobierno de la economía y establecer una relación más estrecha entre Argentina y Estados Unidos. Al igual que Musk, insulta con frecuencia a sus críticos, tiene un hábito intenso con las redes sociales y está muy preocupado por la amenaza de la cultura “woke”.

Unos días antes de la toma de posesión de Milei en diciembre, hablaron directamente por primera vez y Musk le preguntó sobre el litio de Argentina. En los meses posteriores, Milei ha impulsado legislación que haría mucho más atractiva la extracción de litio en Argentina para los inversionistas extranjeros.

Su amplio proyecto legislativo, que le otorgaría amplias facultades en situación de emergencia sobre la economía y la energía de Argentina durante el año próximo, incluye un gran beneficio para Tesla: incentivos significativos para inversionistas extranjeros con proyectos grandes, en especial en la industria minera.

Esas empresas recibirían recortes fiscales sustanciales, exenciones de impuestos aduaneros y beneficios de cambio de divisas, así como certidumbre fiscal y regulatoria por un periodo de 30 años. Es probable que califique el proveedor de litio de Tesla. En tal caso, el plan de Milei le daría a Tesla una estabilidad y predictibilidad inusuales en cuanto a su acceso a litio en Argentina por lo menos hasta 2054.

La propuesta fue aprobada en la cámara baja del Congreso de Argentina el 30 de abril.

Musk ya ha visto otros dividendos de Milei. En uno de sus primeros actos como presidente, Milei aprobó una orden ejecutiva con 366 disposiciones. Cuando sintetizó los puntos clave de la orden en un discurso por televisión, Milei mencionó solo una marca corporativa específica: Starlink.

SpaceX había intentado lograr la aprobación de Starlink en Argentina desde 2022, pero estaba en un atolladero burocrático. Milei no tardó en reducir las regulaciones aplicables al internet por satélite, lo que le permitió a Starlink arrancar operaciones en el país en marzo.

c.2024 The New York Times Company