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Douglas Peterson: “El país tiene muchas oportunidades, este tendría que ser el siglo de la Argentina”

Douglas Peterson: "La energía es un sector donde todo el mundo está buscando oportunidades. La Argentina tiene Vaca Muerta, tiene uno de los depósitos de litio más grandes del mundo"
Douglas Peterson: "La energía es un sector donde todo el mundo está buscando oportunidades. La Argentina tiene Vaca Muerta, tiene uno de los depósitos de litio más grandes del mundo" - Créditos: @archivo

Nació en Nueva México, EE.UU. Tiene un MBA en Finanzas Internacionales y Management por The Wharton School, de la Universidad de Pennsylvania. Trabajó 26 años en el Citigroup, en distintos países, incluyendo la Argentina, Uruguay y Japón, donde fue CEO. Actualmente es el presidente y CEO de la calificadora S&P

Douglas Peterson tiene más de 30 años de experiencia en el mercado financiero internacional. Trabajó durante dos décadas para el Citi desde varios países, entre ellos la Argentina (estuvo entre 1986 y 1988). También estuvo en Japón, como CEO del Citi, en 2004. Desde 2011 trabaja en la calificadora de riesgo S&P y desde 2013 es su presidente y CEO.

Peterson visita nuestro país dos o tres veces al año. No solo por su trabajo, sino también porque está casado con una argentina. “Normalmente vamos a Buenos Aires para fin de año y después hacemos una semana de turismo. El lugar que más me sorprendió fue el Lago Argentino y el glaciar Perito Moreno. Hemos ido a Bariloche y a la Península Valdés”, dice, en una entrevista con LA NACION hecha en Houston, en el marco de la CERAWeek by S&P Global.

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Según el último informe de S&P Global, las fuertes turbulencias recientes en los mercados financieros interrumpieron una desaceleración que se evaluaba como “relativamente ordenada y necesaria” de la economía occidental. “El impacto macro parece limitado por ahora. La respuesta política fue contundente en Estados Unidos y Europa y los mercados se han calmado, pero siguen nerviosos. Nuestro pronóstico y narrativa de referencia se mantienen prácticamente sin cambios para las economías avanzadas”, dice la calificadora que dirige Peterson.

Por otro lado, proyecta que los bancos centrales seguirán subiendo las tasas en respuesta a las perspectivas macroeconómicas, a pesar de las recientes turbulencias. “El pronóstico de inflación base y las expectativas de inflación se mantienen por encima del objetivo para la mayoría de los bancos centrales este año y el próximo. Esto implica que las condiciones financieras deben endurecerse aún más, lo que a su vez requiere tasas de política más altas (a menos que el propio mercado haga el endurecimiento, por ejemplo, a través de estándares crediticios más estrictos). Reiteramos nuestra opinión anterior de que, dada la falla en el pronóstico de inflación en 2021, los bancos centrales tenderán a pecar de cautelosos y se inclinarán hacia tasas más altas y condiciones más estrictas para llevar la inflación de regreso a la meta. Volver a quedarse atrás de la curva no sería bueno para la credibilidad”, indica.

–¿Cómo ve este año la economía para la Argentina y los mercados emergentes?

–Estados Unidos tiene condiciones muy diferentes a lo normal, porque hay muy bajo desempleo, pero, por otro lado, tiene que seguir subiendo las tasas de interés dada la inflación que, para Estados Unidos, está muy alta, en 6%, si se tiene en cuenta que viene de 10 o 12 años de cero.

–¿Habrá recesión?

–En la pandemia, entre lo que el Gobierno le dio a la gente y a los negocios en subsidios, muchos se quedaron en sus casas mirando televisión, sin hacer nada, sin viajar. Por lo tanto, hoy hay una gran capacidad de inversión y de gasto que todavía no se ha terminado. Hay gente gastando en viajes, en ropa nueva, en salidas a comer, en remodelación de sus casas. Hay una gran demanda, por eso no se ve todavía la recesión. Por otro lado, los restaurantes y hoteles no tienen la cantidad de empleados suficientes para sus negocios. Les falta gente. Por eso no vemos recesión; sigue el gasto muy alto de los consumidores y el desempleo está muy bajo.

–Sin embargo, hay una preocupación de que eso pueda cambiar.

–Sí, porque la Reserva Federal está subiendo la tasa de interés y la teoría dice que, cuando se llega a un cierto número, será muy caro pedir un préstamo y eso llevará a una recesión. Todo al área de vivienda y construcción se volverá muy caro y la economía empezará a caer. Esa es la teoría.

–En un país como la Argentina, si la economía marcha bien, el consumo crece y el desempleo es bajo, el gobierno pediría no tocar nada, no subir la tasa de interés. ¿Por qué, pese a que la economía crece, los bancos centrales están dispuestos a desacelerar la economía para bajar la inflación?

–La inflación es un impuesto a la gente más pobre. La aceleración de precios es más alta en combustibles, alquileres y comida, de entre 8 y 10% interanual, por arriba del 6% de inflación promedio [en Estados Unidos]. Una persona que come, paga el alquiler y usa el auto para ir al trabajo tiene una inflación de 10%. Los otros componentes de la inflación, como el celular o el enchufe, no suben, tienen una tasa de 1 o 2% interanual. Así que la gente con más recursos no tiene tanta inflación como la más pobre. Tener inflación muy alta es un impuesto social. En este momento, en Estados Unidos, la Fed tiene dos propósitos: que el desempleo se mantenga bajo y que la inflación baje a 2% anual. Ese es su mandato.

–Pero los políticos podrían temer que, si enfrían la economía, no los van a votar más.

–Sí, pero por otro lado, los políticos gobiernan a los ciudadanos cuyos gastos suben más que sus salarios. El precio de los huevos, por ejemplo, se duplicó, y es un alimento que comen mucho las personas con menores ingresos. Lo mismo con la nafta, la carne o ir a McDonald’s. Todo subió mucho, entre 30 y 40% en los últimos tres años, y los salarios no han subido. Así que hay mucha presión sobre los políticos por la inflación.

–Los políticos podrían decir que la inflación no es culpa de ellos...

–Pero el pueblo va a decir que es culpa del gobierno, porque puso demasiada moneda en circulación.

–En el corto plazo, ¿es un costo político bajar la inflación?

–Lo que pasa es que no hemos tenido inflación desde los años 70. Es casi un experimento ver cómo bajar la inflación. Lo que quieren hacer es “poner el hilo a través de la aguja”. Es muy difícil, porque quieren subir la tasa de interés a cierto nivel y que baje un poco la actividad, pero no tanto para que no haya problemas con el desempleo y con el crecimiento. Es muy difícil, es como una cirugía.

–¿Por qué cree que la Argentina nunca logró resolver su problema de inflación?

–Yo no soy economista, así que no quiero decir que soy un experto. Pero la Argentina tuvo inflación desde hace muchos años por su déficit fiscal. En este momento y durante muchos años, para poder pagar los gastos del Gobierno y los subsidios, estuvo imprimiendo billetes.

Douglas Peterson: "La tecnología es un tema global; la Argentina tiene muy buenos técnicos e ingenieros, que pueden trabajar desde el país"
Douglas Peterson: "La tecnología es un tema global; la Argentina tiene muy buenos técnicos e ingenieros, que pueden trabajar desde el país" - Créditos: @archivo

–Estados Unidos también tienen déficit fiscal hace años...

–Pero no es tan grande. Además, Estados Unidos tiene el dólar como moneda de reserva. Eso quiere decir que siempre habrá compra de dólares, a nivel mundial, porque se usa para todas las transacciones internacionales. Eso le da cierta fuerza. También tiene un déficit sostenible, hasta ahora. El déficit de los últimos años fue mucho más alto, por eso también tenemos inflación ahora, porque en la pandemia hubo unos gastos muy altos para mantener la economía. La actividad bajó como 20% de golpe, cuando todo el mundo se quedó en la casa y por eso subió mucho el déficit. Ahora tienen que buscar la manera de bajar el déficit.

–Este aumento de tasas de interés, ¿cómo impactará en los mercados emergentes?

–Está impactando. Un país que se financia en dólares –y no hablo del caso puntual de la Argentina–, como subió el costo del dólar, si importa comida y energía, en este momento todo eso aumentó. Ciertos países, como Sri Lanka, que importan todo, están empezando a tener una crisis financiera. La Argentina, por suerte, tiene comida y energía, que son áreas estratégicas muy fuertes, son oportunidades. Pero tiene déficit fiscal y el problema de la moneda.

–¿Qué es lo que más temen los inversores de la Argentina?

–Nosotros tenemos una oficina muy exitosa en la Argentina, así que depende un poco de lo que está buscando la empresa o el individuo. Por supuesto, en cualquier lugar del mundo, cuando se invierten se buscan certezas desde el punto de vista legal, de que se puede invertir y después retirar los fondos. Pero la Argentina en este momento tiene muchas oportunidades. Tendría que ser el siglo de la Argentina.

–¿Dónde están las oportunidades?

–Hay oportunidades de energía por el lado del gas y de todas las fuentes renovables, minerales, litio, cobre. La agricultura ya es muy fuerte, pero con valor agregado podría ser más fuerte aún, con el trigo, los lácteos, los limones y otros cítricos, el vino. Otra área es la de servicios. Nosotros tenemos una oficina en la Argentina con 400 personas, desde donde exportamos servicios a clientes, pero también los vendemos internamente. Tenemos empleados argentinos súper capaces a nivel mundial. Algunos se han ido del país y están en otros lugares. El país también tiene para desarrollar el turismo. Es un lugar que todo el mundo quiere visitar.

–Desde que ganamos la copa del mundo...

–(Risas) Exactamente. Es un país muy atractivo para el viajero, porque tiene para visitar desde la Patagonia hasta Iguazú, y muchos lugares en el medio, como Bariloche, Mendoza, la costa, la ciudad de Buenos Aires.

–Hace muchos años escuchamos que la Argentina tiene muchas oportunidades y, sin embargo, pasan los años y seguimos en una crisis que parece interminable. ¿A qué cree que se debe?

–No soy experto en el área política. Creo que la Argentina necesita de liderazgo para poder hacer ese cambio y lograr su potencial.

–¿Pero se nos puede pasar el tren? Usted hablaba de las oportunidades en energía, por ejemplo, pero, ¿podemos perder el interés de los inversores?

–No, la energía es un sector donde todo el mundo está buscando oportunidades para hacer el cambio a renovables. Mientras tanto, vamos a necesitar gas en la transición, para pasar de carbón o petróleo a gas. La Argentina tiene Vaca Muerta, tiene uno de los depósitos de litio más grandes del mundo. Tiene algo de cobre no muy explorado. Gas y litio hay, y estos son dos elementos muy importantes para la transición.

–¿Cómo cree que seguirá la guerra comercial entre Estados Unidos y China?

–Yo no lo llamo una guerra, sino una tensión, porque en cuanto al comercio exterior, la relación más grande de China sigue siendo con los Estados Unidos. Los dos países se necesitan, pero hay tensión por muchos lados. Creo que sí va a cambiar un poco el panorama para un país como la Argentina. En este momento hay dos tendencias a nivel mundial que también pueden favorecer a la Argentina desde el punto de vista de la relación con Estados Unidos, que son el nearshoring, onshoring o friendshoring [el intercambio comercial con destinos más cercanos]. Hay muchas empresas que tenían muy concentrada su producción en China y ahora buscan nuevos socios para producir. Los que han aprovechado más esa situación son Vietnam, Filipinas, Tailandia e India. México también lo ha aprovechado y un país como la Argentina también podría hacer uso del nearshoring. Por otro lado, en cuanto a la tecnología, este será un tema muy global, y la Argentina tiene muy buenos técnicos e ingenieros, que pueden trabajar desde el país. Hay unas tendencias que tienen que ver con esta diversificación que aprendims en pandemia- Puede haber producción por todo el mundo.