El plan de EEUU para dominar los cielos del mundo con un ejército de pilotos robots

El Ejército del Aire de EE.UU busca una asignación presupuestaria multimillonaria para investigar y construir al menos mil, y posiblemente más, aviones no tripulados conducidos por pilotos de IA, según los planes del servicio. En total, el Ejército quiere obtener del presupuesto 5.800 millones de dólares para poder comprar 1.000 aviones experimentales que se ayudan de la inteligencia artificial para volar sin piloto, como revela The New York Times.

El avión experimental XQ-58A Valkyrie ha revolucionado la industria aeronáutica. Impulsado por un motor cohete, este sigiloso avión cuenta con impresionantes capacidades que han dejado asombrados a los expertos militares.

Una característica destacable del XQ-58A Valkyrie es su capacidad para cubrir una distancia equivalente a la anchura de China. Este potencial de largo alcance se ve complementado por su capacidad para transportar misiles que pueden alcanzar con precisión objetivos situados más allá de su alcance visual. Con estas capacidades, el Valkyrie se ha convertido en un activo formidable para el ejército estadounidense en sus esfuerzos por mantener la superioridad en el campo de batalla.

Sin embargo, lo que realmente distingue al Valkyrie es su integración de la tecnología de inteligencia artificial (IA). Esta innovadora aeronave está controlada por avanzados sistemas de IA, lo que la convierte en pionera en la exploración de esta tecnología emergente por parte del ejército estadounidense. Con la incorporación de la IA, las Fuerzas Aéreas pretenden desarrollar un dron de nueva generación que pueda trabajar a la perfección junto a los pilotos humanos, proporcionándoles un apoyo sin igual durante las operaciones de combate.

El Times, citando las expectativas del Congreso, informó de que los costes de los aviones de combate colaborativos de las Fuerzas Aéreas oscilarán entre 3 y 25 millones de dólares. Incluso la cifra más alta es muy inferior a la de un avión tripulado con piloto, ambos muy valiosos para la fuerza.

Identificando objetivos mediante IA

El objetivo principal del Valkyrie es identificar y evaluar las amenazas enemigas utilizando sus sofisticados sensores y algoritmos de IA. Este sistema autónomo puede responder rápidamente a peligros potenciales, participando en operaciones de combate con la aprobación humana. Este revolucionario enfoque promete mejorar la eficiencia y eficacia de las operaciones militares, al tiempo que minimiza los riesgos humanos en entornos altamente peligrosos.

Tal y como revela el New York Times, el mayor Ross Elder, piloto de pruebas, tuvo la oportunidad de volar junto al Valkyrie durante un ejercicio en la prestigiosa base aérea de Eglin, en Florida. Acompañado por su fiel caza F-15, el mayor Elder navegó en perfecta sinergia con el Valkyrie dotado de IA, demostrando el potencial de la colaboración humano-robot en los cielos.

El exitoso ejercicio de vuelo ha consolidado aún más la posición del Valkyrie como un activo crítico para las Fuerzas Aéreas. La aeronave sigue sometiéndose a rigurosas pruebas y evaluaciones, por lo que aún no se ha desarrollado todo su potencial. Sin embargo, los expertos predicen que la integración de auxiliares controlados por IA como el Valkyrie en la flota de cazas del Ejército del Aire podría revolucionar el combate aéreo.

Con su diseño sigiloso, sus capacidades de largo alcance y la integración de tecnología de IA de vanguardia, el XQ-58A Valkyrie representa un hito significativo en la aviación militar. A medida que el ejército estadounidense sigue aprovechando las tecnologías emergentes, este revolucionario avión sirve como testimonio de la continua búsqueda de la innovación en el sector de la defensa.

Proyecto Venom

En el mismo reportaje se habla de que las Fuerzas Aéreas también han iniciado un segundo programa de pruebas denominado Proyecto Venom, que pondrá a pilotos en seis cazas F-16 equipados con un software de inteligencia artificial que se encargará de las decisiones clave de la misión.

El objetivo, según funcionarios del Pentágono, es una Fuerza Aérea que sea más impredecible y letal, creando una mayor disuasión ante cualquier movimiento de China, y una lucha menos mortífera, al menos para la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Los oficiales estiman que podría llevar entre cinco y diez años desarrollar un sistema de combate aéreo basado en la inteligencia artificial. Los mandos de las Fuerzas Aéreas están presionando para acelerar el proceso, pero reconocen que la velocidad no puede ser el único objetivo.

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