El país latino que tiene una esperanza de vida de solo 63 años

La esperanza de vida es un indicador clave para conocer cómo está la salud y el bienestar general de la población de un país. Por eso es tan preocupante que en Haití esa cifra sea abrumadoramente menor que la otros países de Latinoamérica y el Caribe.

Para una persona nacida en Haití, la esperanza de vida es de 63 años. Eso significa que un recién nacido promedio morirá poco después de cumplir su sexta década de vida, según el informe de Capital Humano publicado en 2023 por el Banco Mundial (BM).

Al desagregar la cifra encontramos que Haití sigue la tendencia mundial en la que las mujeres viven más que los hombres. Según las últimas cifras disponibles de 2021, la esperanza de vida al nacer de una mujer haitiana es de 66,12 años, mientras que la de los hombres es de 60,14.

Ese mismo año, la esperanza de vida global de las mujeres era de 73,8 años y de 68,4 años para los hombres,

“Aunque en las últimas dos décadas se han logrado grandes avances en términos de esperanza de vida al nacer, la situación social y sanitaria del país continúa presentando altos niveles de precariedad, agravados por el estallido de la pandemia de COVID-19, la inestabilidad política y los desastres naturales, como terremotos y sequías en el contexto del cambio climático”, dijo un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre Haití en 2023.

La gradual mejoría se observa en el aumento de la población, que pasó de 8.360.225 habitantes en el 2000 a 11.724.763 habitantes en 2023, lo que representa un incremento del 40,2%, según la OPS.

El organismo regional de salud tiene datos más alentadores sobre la esperanza de vida en ese país caribeño que el BM, al ubicarlo en los 64,8 años en 2023, 6,4 años más que la esperanza de vida en 2000.

Pero esos datos positivos no son lo suficientemente vigorosos como para que los haitianos cierren la brecha y vivan tanto como otros caribeños y latinoamericanos.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la esperanza de vida promedio para la región era de 75 años en 2019, antes de la crisis sanitaria desatada por la pandemia del Covid. En 2021, había descendido a 72. A pesar del retroceso de 3 años, un latinoamericano promedio tiene la esperanza de vivir 9 años más que un haitiano en el momento de su nacimiento.

Los motivos del descalabro

La pobreza generalizada y las desigualdades socioeconómicas son uno de los factores que contribuyen a que los haitianos vivan menos que cualquier otra población del continente americano.

El desolador panorama de Haití en los siglos XX y XXI no se asemeja en nada a lo que soñaron cuando se convirtieron en los primeros en abolir la esclavitud en América en 1793. También tuvieron el orgullo de ser la primera nación caribeña en independizarse de Francia en 1804 y en ser la primera república del mundo en ser gobernada por negros. Se trata del único caso en la historia que una revuelta de esclavos resultó en el nacimiento de un Estado.

Pero los franceses no cedieron tan fácilmente un territorio que había sido clave en la generación de ingresos gracias a las prósperas plantaciones de azúcar y café que funcionaban con mano de obra esclava.

Francia exigió a Haití el pago de un monto equivalente a 21.000 millones de dólares en la actualidad para compensar sus pérdidas, a cambio del reconocimiento de su existencia como nación-estado independiente, bajo amenaza aplastarlos con una invasión militar.

Para pagar sus acreencias, a Haití no le quedó más remedio que exprimir sus arcas. Se calcula que los haitianos destinaron hasta el 80 por ciento de los ingresos al pago de la deuda que fue saldada en la década de 1940.

A la precaria situación económica que arrastraron desde el pasado hay que sumar la inestabilidad política, la corrupción y los desastres naturales más recientes para comprender por qué Haití es el país más pobre del hemisferio occidental. Más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza, con un acceso limitado a servicios básicos como el agua y la electricidad.

La esperanza de vida en Haití tuvo un bajón abrupto cuando pasó de 62 años en 2019 a 46 años en 2010, debido a un fuerte terremoto que mató a unas 300.000 personas y causó grandes daños a la infraestructura y la economía.

La masacre actual

Los haitianos están viviendo una de las peores crisis humanitarias en décadas en 2024. Pandillas de criminales armados han tomado el control de la capital de una manera tan sangrienta que lograron la renuncia de presidente Ariel Henry, quien no ha podido regresar al país desde enero, cuando viajó a Guyana y Kenia para firmar acuerdos sobre el despliegue de una fuerza de seguridad internacional que lo ayudaría frenar la violencia callejera.

Las bandas atacaron el principal centro penitenciario de Haití para permitir el escape de miles de reclusos que se sumarían a sus filas, además de atentar contra comisarías de policía, el aeropuerto internacional de la capital, el principal puerto y el banco central.

El jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Haití, Jean-Martin Bauer, dijo a la BBC que unas 360.000 personas han sido desplazadas. Se cree que la precaria situación alimentaria se agravará aún más, un país que ya padece de altos niveles de desnutrición, si el caos no llega pronto a su fin.

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Comparaciones regionales

Al conocer el pasado y la actualidad sociopolítica de Haití resulta sencillo comprender por qué la esperanza de vida en Haití siempre queda rezagada en comparación a otros países de Latinoamérica y el Caribe.

Su vecina República Dominicana, con la que comparte la isla de la Española pero donde existe una economía más estable y una relativa estabilidad política, tenía una esperanza de vida de 73 años, según los datos del BM de 2021.

También existe una gran disparidad con un país continental con una población numerosa y una gran extensión territorial como México, que a pesar del revés del COVID tenía una esperanza de vida de 70 años.

Si contamos a Puerto Rico como un país, aunque técnicamente es un estado libre asociado de Estados Unidos, quedaría a la cabeza como la nación latinoamericana con la mayor esperanza de vida, de unos 80 años. Paradójicamente, el archipiélago de Guadalupe, que en los tiempos coloniales tenía mucha menos importancia que Haití y que todavía se encuentra bajo dominio francés, también tiene una esperanza de vida de 80 años.

Le seguiría muy de cerca Chile, con 79 años, y Costa Rica, con 77 años. Los expertos aseguran que los países que mejoran su calidad de vida son los que cuentan con los recursos para aplicar políticas de salud públicas asertivas que permitan estimular los buenos hábitos en la población, además de mantener bajos los índices de mortalidad con la inversión en infraestructura sanitaria, rigurosos planes de vacunación y lactancia materna.

Pero hay otros países de la región que les ha costado levantar cabeza como Bolivia, que fue duramente golpeada por el Covid y cuya población pasó de tener una esperanza de vida de 67 años en 2019 a 64 años en 2021.

Fuentes: Paho, World Bank, Statista, CFR, HCI, CEPAL, CADTM, BBC.

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