El sexo, la industria oculta que podría resurgir con los vehículos autónomos

¿Qué pasará cuando la tecnología supere las barreras existentes y logremos ser conducidos por vehículos sin chofer?

Algunas consecuencias son previsibles: menos taxistas, protestas del gremio, tarifas más bajas. Y otras, no tanto: un estudio pronostica que con los autos sin conductor aumentarán los servicios sexuales en los vehículos.

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“Es solo una conclusión natural que el sexo en vehículos autónomos se convertirá en un fenómeno”, dijo a The Washington Post Scott Cohen, profesor de turismo en la Universidad de Surrey, coautor junto a Debbie Hopkins, profesora de estudios de transporte en la Universidad de Oxford, del estudio titulado “Los vehículos autónomos y el futuro del turismo urbano“.

Los académicos analizaron unos 150 estudios sobre el futuro de los automóviles e intentaron imaginar el impacto de la tecnología en el turismo en las ciudades de lujo.

Y el fenómeno ya es visible en el horizonte: analistas de Silicon Valley estiman que en menos de una década los autos sin conductor inundarán las carreteras.

Mejorar la experiencia del cliente será la clave

Al ahorrar en choferes, las compañías podrían invertir más en la experiencia del cliente. Los interiores pueden hacerse más espaciosos. Los taxis podrían venir camas o quizás con una silla de masaje, por ejemplo.

Y es de imaginar que surgirán servicios estilo “ruedas por hora”, dijo Cohen, quien prevé una flota de autos rodantes destinados al sexo, gracias a la conveniencia del servicio y la falta de intrusos en el asiento delantero.

“Es solo un pequeño salto imaginar al Distrito Rojo de Ámsterdam ‘en movimiento'”, escribieron Cohen y Hopkins en su estudio, que se publicará en enero. El sexo, señalaron, “desempeña un papel central en muchas experiencias turísticas.”

La prostitución es ilegal en todos los Estados Unidos, excepto en algunos condados de Nevada. Las personas que infrinjan la ley encontrarán una manera de evitar que su negocio sea calificado como tal, pronosticaron los autores.

“Mientras que [los autos sin conductor] probablemente serán monitoreados para disuadir a los pasajeros de tener relaciones sexuales o consumir drogas”, escribieron, “tal vigilancia puede ser superada, inhabilitada o eliminada rápidamente”, advirtieron los expertos.

Pero servicios adicionales requerirán pruebas de seguridad adicionales, advirtió Bryant Walker Smith, profesor de derecho en la Universidad de Carolina del Sur que se enfoca en vehículos autónomos.

“Hay peligros de colisión, de ser arrojados”, dijo, “y si realiza actividades particularmente intensas, estarás en riesgo de lesiones inusuales”.

Otra cuestión a tener en cuenta

Y existe otro problema: la privacidad de los clientes.

Kate Devlin, autora de “Turned On: Science, Sex and Robots”, señaló que los vehículos sin chofer rastrean una gran cantidad de datos.

Las parejas deberían saber que los autos tendrán sensores, altavoces y cámaras, y pueden grabar y rastrear gran cantidad de información.

Las implicaciones para las trabajadoras sexuales son aún más complicadas.

“¿Sería esto bueno en términos de seguridad de las trabajadoras sexuales, ya que podría proporcionar información sobre la ubicación para la seguridad?”, escribió Devlin, “o podría usarse esa información contra las trabajadoras sexuales”.

Las autoridades deben prepararse para otras amenazas inminentes, advirtió Cohen por su parte. Los vehículos autónomos podrían proporcionar cobertura para una serie de actividades ilícitas, incluido el tráfico de drogas o incluso el terrorismo en forma de bombas controladas a distancia.

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