'Élite' expone los polos opuestos que esconde el poder del morbo

Lo estoy imaginando. Padres del mundo apresurándose a activar el bloqueo parental de Netflix tras ver el tráiler de la sexta temporada de Élite. Porque viendo las imágenes, ¿qué progenitor no se queda a cuadros? El vídeo evidencia que sus creadores siguen tirando de la cuerda con la sexualización adolescente, afianzándola como seña de identidad de una serie que hace tiempo está calificada para mayores de 16 años a pesar de transcurrir en un instituto y tener protagonistas teens (en España, en otros países como Reino Unido está calificada para mayores de 18). Cuerpos desnudos, sexo en las duchas, provocación sexual vía webcam… la sexualización es tal que las críticas le han llovido por diferentes rincones de las redes sociales.

Sin embargo, todas esas críticas son una pantalla de humo que se desvanecerá cuando llegue el estreno el 18 de noviembre. Porque hace tiempo que Élite viene demostrando que el poder del morbo siempre gana.

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“Parece un tráiler de Pornhub” es uno de los comentarios más repetidos que podemos leer en Twitter e Instagram. “Esto parece una campaña porno”, “Qué pereza”, “Qué cojones es esto”, “basura” son otras de las reacciones negativas que encontramos en redes sociales. Decenas de ellas. Mientras algunos critican que hayan desaparecido los protagonistas originales y que la serie simplemente cambie de actores para volver sin nada aparentemente nuevo, una gran mayoría reacciona rechazando la estrategia con la sexualización como bandera promocional.

No obstante, a estas alturas ya no vale quejarse. Porque si Élite ha llegado tan lejos, estrenando una nueva temporada a tan solo siete meses de la anterior es porque existe una plataforma que les permite seguir exprimiendo el mismo tono narrativo. Y no hablo de Netflix, sino del público.

Porque esto de sexualizar su trama no es algo nuevo, ni para esta temporada ni para el tráiler. Era una de las bazas originales de la primera temporada -más leve que ahora- que evidentemente funcionó como anzuelo para atraer al público. Y después de que el mundo picara, fueron subiendo la temperatura con cada nueva tanda de episodios, haciendo que la calificación cambiara, pasando de ser una serie adolescente para mayores de 13 años en sus orígenes a un contenido para mayores de 16 años.

El público ahora critica la sexualización extrema que aborda el avance de la sexta temporada, cuando no es algo nuevo. El tráiler simplemente representa el poder del morbo que esta serie sabe usar a su favor.Porque nos podrá escandalizar pero de esa manera genera conversación y expectación. Y luego, cuando llega el momento de la verdad, arrasa.

Porque hablamos de una serie que triunfa con cada temporada cuando las tramas no cambian, sino que simplemente renuevan personajes para continuar contando arcos narrativos similares dentro de un mismo escenario, donde el asesinato, misterio, traumas sin revolver y sexo marcan los puntos de partida. Más allá de la primera temporada, Élite ha tenido poco nuevo que contar, elevando la sexualización con cada entrega. Como decía, haciendo del poder del morbo su principal anzuelo.

Si tenemos en cuenta que las primeras tres temporadas fueron las más vistas del mundo en sus primeras tres semanas (según TV Time Binge Report), que la cuarta superó los 37 millones de hogares en 28 días y que la quinta se mantuvo en el Top10 de lo más popular durante varias semanas, resulta evidente que Élite sigue teniendo un público fiel. Que se diga lo que se diga, una gran parte de usuarios termina viéndola. Y que quizás no se trata únicamente de seguidores fieles, sino incluso de curiosos motivados por la conversación que genera. Y, en mi opinión, esa es la consecuencia del poder del morbo. Ese que vuelven a utilizar en el avance de la sexta temporada, con reacciones que demuestran que no provoca indiferencia y que ya no se trata de promocionar tramas o calidad argumental, sino de provocar para seguir en el candelero.

Son los polos opuestos del morbo. Ese que no deja indiferente y que pasa por el lado de la reacción asegurada -negativa o no-, como por el lado que genera expectación hasta derivar en éxito instantáneo de audiencia. Y hace tiempo que Élite lo viene demostrando.

No sé ustedes, pero esta serie nunca fue santo de mi devoción. Si bien las historias adolescentes de tinte comercial no suelen ser representantes fieles de la vida real, el caso de Élite es otro cantar. Ningún instituto lidia con asesinato nuevo cada año (y si así fuera ¿los padres no sacarían a sus hijos de allí?), ni imagino que un centro educativo se preste a que sus duchas sean el punto sexual recreativo de los estudiantes. Como tampoco me creo que adolescentes hormonales en pleno desarrollo tengan la noción y experiencia sexual de estos protagonistas. Ya sabemos que en la ficción todo vale, pero hace tiempo que Élite tira de la repetición con la misma fórmula. Y sigue teniendo éxito, se critique o se diga lo que diga.

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