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Las empresas esperan que la inteligencia artificial sí aumente la productividad

Algunos economistas dudan que la inteligencia artificial ya sea visible en los datos de productividad. Sin embargo, las grandes empresas hablan a menudo de adoptarla para mejorar la eficiencia. (Shira Inbar/The New York Times)
Algunos economistas dudan que la inteligencia artificial ya sea visible en los datos de productividad. Sin embargo, las grandes empresas hablan a menudo de adoptarla para mejorar la eficiencia. (Shira Inbar/The New York Times)

Tableros con el menú de Wendy’s. Congeladores de Ben & Jerry’s para tiendas. La mercadotecnia de Abercrombie & Fitch. Muchos pilares de la experiencia del cliente en Estados Unidos se basan cada vez más en la inteligencia artificial.

La pregunta es si la tecnología logrará que las empresas sean más eficientes.

Una rápida mejora en la productividad es el sueño tanto de las empresas como de los encargados de formular la política económica. Si la producción por hora se mantiene estable, las firmas deben sacrificar beneficios o subir los precios para pagar los aumentos salariales o los proyectos de inversión. No obstante, cuando las empresas descubren cómo producir más por hora de trabajo, implica que pueden mantener o aumentar sus ganancias incluso mientras pagan o invierten más. Las economías que experimentan auges de productividad pueden experimentar rápidos aumentos salariales y un veloz crecimiento sin tanto riesgo de una inflación rápida.

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Sin embargo, muchos economistas y autoridades parecen dudar de que la inteligencia artificial ¬¬—¬en especial la generativa, que sigue en pañales— se haya extendido tanto como para aparecer ya en los datos de productividad.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, sugirió hace poco que la inteligencia artificial “puede” tener el potencial de aumentar el crecimiento de la productividad, “pero es probable que no sea a corto plazo”. John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, ha hecho comentarios similares al citar en específico el trabajo del economista de la Universidad Northwestern Robert Gordon.

Gordon ha argumentado que es probable que las nuevas tecnologías de años recientes, aunque importantes, no hayan sido tan transformadoras como para dar un impulso duradero al crecimiento de la productividad.

“Ha sido un poco exagerado el entusiasmo por los grandes modelos de lenguaje y ChatGPT”, opinó en una entrevista.

La última vez que la productividad aumentó de verdad, en la década de 1990, la fabricación de computadoras se volvió mucho más eficiente al mismo tiempo que las computadoras mismas volvían todo lo demás más eficiente, lo que permitió un aumento de la productividad en todo el sector. En la opinión de Gordon, las ganancias actuales pueden ser menos amplias.

Otros economistas son más optimistas. Erik Brynjolfsson, de la Universidad de Stanford, le apostó 400 dólares a Gordon por la posibilidad de que la productividad despegará esta década. Su optimismo se basa en parte en la inteligencia artificial. Brynjolfsson realizó un experimento con ella en un gran centro de servicio telefónico, en el que le sirvió especialmente a los trabajadores con menos experiencia, y cofundó una empresa que busca enseñarles a las firmas cómo aprovechar la tecnología.

A continuación, algunas de las áreas en las que las empresas afirman que la tecnología de inteligencia artificial más reciente se está utilizando de maneras que podrían influir en la productividad, extraídas de entrevistas, conferencias de resultados y documentos financieros.

¿Tienes una tarea molesta? Hay una inteligencia artificial para eso

Los empleados pasan mucho tiempo intentando resolver preguntas relacionadas con los recursos humanos. Las empresas han invertido en inteligencia artificial generativa para ayudar a responder esas consultas con mayor rapidez.

En Walmart, la mayor tienda minorista de Estados Unidos, con 1,6 millones de trabajadores, la aplicación para empleados de la empresa tiene una sección llamada “Mi Asistente”, la cual tiene el respaldo de la inteligencia artificial generativa. Esta función utiliza la tecnología para responder con rapidez preguntas como “¿Tengo cobertura dental?”, resumir notas de reuniones y ayudar a redactar descripciones de puestos de trabajo.

Walmart introdujo la tecnología en su fuerza laboral corporativa en Estados Unidos el año pasado.

La tienda minorista ha dejado claro que la herramienta busca aumentar la productividad. En una entrevista el año pasado, Donna Morris, directora de personal de Walmart, comentó que uno de los objetivos era eliminar algunas tareas mundanas para que los empleados pudieran concentrarse en tareas de mayor impacto. Se espera que genere un “enorme aumento de la productividad” para la empresa, afirmó.

Los algoritmos quieren venderte cosas

Tony Spring, director ejecutivo de Macy’s, señaló que la cadena de tiendas departamentales está experimentando con la inteligencia artificial para personalizar su mercadotecnia. La empresa utiliza la inteligencia artificial generativa para escribir elementos de los correos electrónicos y está explorando mecanismos para utilizar la tecnología con el fin de agregar descripciones de productos en línea y replicar imágenes de ropa u otros productos a la venta sobre nuevos fondos.

“Sin duda se está revelando como una herramienta para que algunos colegas reduzcan su carga de trabajo”, mencionó Spring en una entrevista.

Abercrombie & Fitch usa inteligencia artificial generativa para ayudar a diseñar ropa y redactar descripciones para su sitio web y su aplicación. Los diseñadores utilizan Midjourney, un programa de inteligencia artificial para gráficos, que les ayuda a generar imágenes mientras comparten ideas para la ropa. Los trabajadores del departamento de mercadotecnia de Abercrombie también utilizan la inteligencia artificial generativa para ayudarles a redactar la publicidad de las descripciones de los productos. (Los empleados editan el texto después).

La inteligencia artificial va bien con hamburguesas y helados

Algunas empresas esperan utilizar la tecnología de inteligencia artificial más reciente para ayudar a ajustar los precios con la demanda, de manera parecida a como Uber fija los precios de los autos con base en el número de personas que quieren viajar.

Por ejemplo, Wendy’s ha planteado la idea de utilizar la inteligencia artificial para identificar las horas de menos trabajo durante el día y descontar los precios de los productos del menú en sus tableros digitales.

La tecnología también podría ayudar a la gestión de inventarios. Ben & Jerry’s instaló cámaras con inteligencia artificial en los congeladores de las tiendas de abarrotes para alertar a la empresa cuando se estén agotando los sabores Cherry Garcia o Chunky Monkey. La cámara capta de manera esporádica una imagen de las estanterías de los congeladores y la tecnología evalúa la cantidad que queda, para después enviar alertas a la empresa matriz de Ben & Jerry’s y a sus distribuidores.

¿Son mejoras revolucionarias?

El escepticismo respecto al potencial de la inteligencia artificial para realizar cambios importantes se basa en gran medida en el hecho de que muchos de sus usos imitan cosas que el software ya puede hacer: hay mejoras evidentes, pero no necesariamente revolucionarias.

Sin embargo, aunque las empresas podrían tardar en aprovechar las herramientas de inteligencia artificial en su totalidad, el hecho de que los usos puedan ser tan amplios ha producido optimismo entre algunos economistas en relación a lo que las nuevas tecnologías podrían significar para el crecimiento de la productividad.

Analistas de Vanguard creen que la inteligencia artificial podría ser “transformadora” para la economía estadounidense en la segunda mitad de la década de 2020, comentó Joseph Davis, economista jefe a nivel mundial de la firma financiera. Según Davis, la tecnología podría ahorrarles tiempo significativo a los trabajadores —tal vez un 20 por ciento— en cerca del 80 por ciento de las actividades.

“Todavía no lo vemos en los datos”, afirmó, y explicó que cree que el repunte reciente de la productividad ha sido más bien una recuperación rápida de una fuerte caída durante la pandemia. “La buena noticia es que se avecina otra ola”.

c.2024 The New York Times Company