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La escasez mundial de este ingrediente estrella le quita sabor a la vida

Barriles de chiles jalapeños maduros molidos en la fábrica de Huy Fong Foods en Irwindale, California, el 28 de abril de 2014. (Emily Berl/The New York Times)
Barriles de chiles jalapeños maduros molidos en la fábrica de Huy Fong Foods en Irwindale, California, el 28 de abril de 2014. (Emily Berl/The New York Times)

La salsa sriracha, algo que no puede faltar en los restaurantes vietnamitas, le aporta un toque picante a la aromática sopa pho. Es el ingrediente estrella en la mayonesa picosa que adorna innumerables rollos de sushi y cada año inspira a una legión de admiradores a disfrazarse para Halloween de una enorme botella roja con tapa verde de plástico.

Pero este año la escasez de chiles jalapeños (también llamados cuaresmeños) ha puesto en jaque a la sriracha, un condimento muy apreciado que se hace con estos chiles mexicanos madurados al sol y que se macera con vinagre, sal, azúcar y ajo.

“Sin precedentes”

Huy Fong Foods, una compañía basada en Irwindale, California, que produce una de las salsas sriracha más populares del mundo, confirmó que ha estado sobrellevando “una escasez sin precedentes” que afecta a todos sus productos con chile, entre los cuales también está la salsa de ajo y chile y el sambal oelek.

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En una declaración por correo electrónico, un representante de la compañía dijo que el problema se debió a “varios eventos desencadenantes, como la inesperada pérdida de la cosecha de chile esta primavera”. Por lo general, Huy Fong Foods usa unos 45 millones de kilogramos de chiles cada año, agregó el representante.

La empresa había presagiado la escasez de sriracha en una carta de abril para sus clientes; ahí anunciaba que las condiciones meteorológicas desfavorables habían provocado una “escasez grave” de chiles. Decía que todos los pedidos realizados después de mediados de abril quedarían en pausa hasta septiembre.

“Desafortunadamente, esto está fuera de nuestro control y sin este ingrediente esencial no podemos producir ninguno de nuestros productos”, escribió la compañía.

La sequía que ha persistido en México durante lo que va del año ha afectado la irrigación y provocado “cosechas espectacularmente bajas” de chiles cuaresmeños maduros, los cuales se cultivan sobre todo en cuatro estados norteños del país durante los primeros cuatro meses del año, explicó Guillermo Murray-Tortarolo, quien realiza estudios sobre el clima en la Universidad Nacional Autónoma de México.

El cambio climático es un posible factor causante de la sequía, sostuvo Murray-Tortarolo, y añadió que lo más probable es que la sequía se intensifique y ocasione problemas futuros de suministro para la producción y aumentos de costos para los clientes.

Botellas de salsa picante sriracha en la fábrica de Huy Fong Foods en Irwindale, California, el 28 de abril de 2014. (Emily Berl/The New York Times)
Botellas de salsa picante sriracha en la fábrica de Huy Fong Foods en Irwindale, California, el 28 de abril de 2014. (Emily Berl/The New York Times)

En un documental de 2013 titulado “Sriracha”, David Tran, el fundador de Huy Fong Foods, describió la popularidad incesante de dicha salsa y cómo él lo empezó todo.

Después de que acabó la guerra de Vietnam en 1975, Tran llegó a Los Ángeles, donde decidió hacer sriracha, una salsa que, según las creencias populares, fue inventada por una mujer tailandesa de nombre Thanom Chakkapak. Para 1980, preparaba su salsa y entregaba pedidos en su camioneta Chevy de color azul. En las décadas siguientes, el interés en la sriracha se disparó, comentó Tran en el documental.

“En los últimos 30 años, con la economía a veces bien y a veces mal, a mí no me afecta nada”, dijo Tran. “Todos los días, todos los meses, el volumen aumenta”. Contó que en 2013 la empresa preparaba 70.000 botellas diarias de la salsa con jalapeños maduros.

Ahora, las botellas exprimibles son un bien preciado para los clientes que, presas del pánico, están vaciando los pasillos de las tiendas de comestibles y racionando lo que queda de sus reservas.

Joyce Park, una aficionada a la sriracha desde hace tiempo que vive en Seattle, dice que compra botellas cada vez que las ve en la tienda, algo que según ella es cada vez más infrecuente. Park esperaba marinar carne en sriracha para la parrillada de su próxima boda, que será en un jardín. Mencionó que tal vez cambie el menú a pollo sazonado con Tajín, un chile en polvo mexicano con limón.

“Ya solo me quedan como tres botellas. ¿Qué voy a hacer?”, preguntó Park, de 53 años. “Es una emergencia, pero esperemos que haya otros condimentos picantes”.

Esperanza

En Twitter, otras personas publicaron imágenes de expediciones que emprendieron llenos de esperanza en busca de sriracha. Quienes no tuvieron éxito dijeron que se vieron obligados a comprar marcas alternativas de sriracha.

Unos amigos alertaron a Lurene Kelley, de 51 años, de Memphis, Tennessee, del picoso apuro. Cuenta que es famosa por aderezar con sriracha “casi todos los alimentos salados” desde hace una década.

Pero no solo le preocupa la sriracha, sino también el sambal oelek, una pasta de puro chile que también vende Huy Fong Foods.

“¡Ni si quiera sé cómo se come un rollo de primavera vietnamita sin esa salsa!”, exclamó Kelley. “Esta sí que es una crisis de alimentos”.

Los restaurantes afirman que ellos también resienten la escasez.

Hanoi House, un restaurante vietnamita del East Village de Nueva York, usa sambal oelek para preparar varias de sus salsas. Cuando el proveedor del restaurante se quedó sin sambal oelek durante varios días hace poco, el restaurante tuvo que recurrir a varias tiendas minoristas para conseguir una reserva mínima, aseguró Sara Leveen, copropietaria de Hanoi House.

“Pudimos abastecernos con una pequeña cantidad de producto que espero que nos dure varias semanas”, comentó Leveen. “Y luego ya veremos”.

En cuanto a lo que depara el futuro, Huy Fong Foods dijo en un comunicado que esperaba una “fructífera temporada de otoño”.

© 2022 The New York Times Company

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