El flagelo de la droga en EE.UU. no se resolverá con bombas: Eduardo Porter

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(Bloomberg) -- Hace tres décadas, los agricultores mexicanos podían vender su maíz a unos US$415 la tonelada, en promedio, en dólares de hoy. Eso no les daba mucho sustento. Aproximadamente cuatro de cada diez trabajadores agrícolas en ese momento ganaban menos del salario mínimo, equivalente a US$1,40 la hora en dólares de 2023. Los productores de maíz —poco menos de un tercio del total— estaban casi al final de ese grupo.

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Luego vino el TLCAN. Durante los siguientes 15 años, los aranceles mexicanos sobre el maíz importado desde Estados Unidos se redujeron a cero. El Gobierno retiró los apoyos a los precios, y el valor mayorista del maíz cayó más de la mitad durante la década posterior, en términos reales. ¿Y qué hicieron los agricultores? Como agentes racionales en una economía de mercado, muchos se cambiaron a cultivos más prometedores: el cannabis y el opio.

“El abandono histórico a los agricultores más pobres llevó a muchos a plantar cultivos de drogas”, dijo Omar García Ponce, cientista político de la Universidad George Washington. Esperamos que el Partido Republicano llegue a comprender lo estúpido que es proponer que la mejor manera de interrumpir el flagelo de la droga es bombardearlos.

Una investigación de García Ponce con los economistas Oeindrila Dube, de la Universidad de Chicago, y Kevin Thom, de la Universidad de Wisconsin Milwaukee, concluyó que una caída de 59% en el precio mayorista del maíz entre 1990 y 2005 redujo los ingresos de los hogares rurales en los principales municipios productores de maíz en un 19%.

No existen datos directos sobre la producción ilegal de drogas. Pero, según los autores, la caída de los precios del maíz provocó un aumento de 8% en la erradicación de la marihuana y un alza de 5% en la erradicación de la amapola del opio en las principales zonas productoras de maíz, junto con un incremento de 16,4% en las incautaciones de marihuana cruda y un crecimiento de 80% en la presencia de carteles del narcotráfico.

Hay una sensación de nostalgia en estos eventos, que recuerdan los viejos tiempos cuando las drogas ilegales no mataban en el primer intento. Sin embargo, esta larga cadena de circunstancias pone de relieve la variedad y complejidad de las fuerzas que dan forma a la economía de los narcóticos hasta el día de hoy, cuando las preferencias de los estadounidenses se han trasladado a la metanfetamina y el fentanilo.