Fundiciones de cobre chinas piden ayuda estatal para apuntalar precios del metal

Por Nicholas Heath PEKÍN (Reuters) - Los 10 principales productores de cobre de China pidieron al Gobierno que compre metal para su reserva estratégica, uniéndose a un creciente coro en la golpeada industria de los metales del país que está pidiendo intervención estatal para elevar precios que operan en mínimos de varios años. En un comunicado conjunto publicado el martes por la firma estatal de investigación Antaike, el grupo de fundiciones dijo que reducirá la producción el próximo año en 350.000 toneladas. Reuters informó el sábado que nueve productores de cobre habían acordado reducir la producción en 2016 en al menos 200.000 toneladas. La semana pasada, los productores de aluminio, níquel y zinc de China pidieron a Pekín que comprara excedentes de esos metales, en el primer esfuerzo coordinado desde 2009 para impulsar los precios, que han sufrido su peor racha desde la crisis financiera global. El martes, las fundiciones dijeron que no expandirán la capacidad en los próximos años, para tratar de evitar una caída en los precios que han afectado a industrias sobreabastecidas. No obstante, los productores dijeron que el mercado de cobre no registra un superávit y que los precios no reflejan los fundamentos del mercado. "Esperamos que el Gobierno deje de aprobar la construcción de nuevas capacidades para el cobre y que también eleve el respaldo para empresas clave", dijeron en un comunicado. A las 0723 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres subía un 0,6 por ciento, a 4.613 dólares por tonelada. Los precios del metal rojo cayeron un 10 por ciento en noviembre, la mayor pérdida mensual desde enero, y han caído casi un 27 por ciento en lo que va del año. Aunque el cobre en la Bolsa de Futuros de Shanghái también subía un 0,8 por ciento el martes, a 35.150 yuanes (5.493 dólares) por tonelada, ha perdido alrededor de un 18 por ciento en el último año. (Reporte de Ruby Lian en Shanghái y Winni Zhou y Nicholas Heath en Pekín; escrito por Josephine Mason; Editado en español por Patricio Abusleme)