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Un gigantesco parque eólico está echando raíces en la costa de Massachusetts

Aspas de turbina fabricadas en Canadá llegan en una embarcación especializada a la Terminal de Comercio Marítimo de New Bedford, Massachusetts, el 5 de junio de 2023. (Bob O’Connor/The New York Times)
Aspas de turbina fabricadas en Canadá llegan en una embarcación especializada a la Terminal de Comercio Marítimo de New Bedford, Massachusetts, el 5 de junio de 2023. (Bob O’Connor/The New York Times)

NEW BEDFORD, Massachusetts — En un helado día de junio, con la isla de Martha’s Vineyard de Massachusetts apenas en el lejano horizonte, una embarcación baja de casco verde terminaba de clavar una columna de acero de unos 30 metros en el fondo del océano Atlántico.

Fue el inicio de la construcción del primer parque eólico gigante en la costa estadounidense, un proyecto con la escala necesaria para contribuir en gran medida a la red eléctrica del noreste.

Para algunos de los que miraban desde un barco cercano, la colocación del primer pilote marcó un hito por el que habían trabajado durante dos décadas. Se espera que el proyecto de 4000 millones de dólares, conocido como Vineyard Wind, empiece a generar electricidad a finales de año.

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“Esto ha sido muy complicado”, opinó Rachel Pachter, directora de desarrollo de Vineyard Offshore, la división estadounidense de Copenhagen Infrastructure Partners, un desarrollador danés de energías renovables que es copropietario del parque eólico. Llevar un gran proyecto energético hasta este punto cerca de centros poblacionales requiere superar innumerables obstáculos regulatorios y eludir oposiciones y litigios potenciales.

“Ya no se ven grandes proyectos de infraestructura construidos en Nueva Inglaterra y sin duda no en lugares donde son muy visibles”, comentó Pachter.

Pachter ha visto las dificultades de primera mano. Empezó en 2002 como becaria recién egresada de la universidad y trabajó durante más de una década en un proyecto en las costas de Massachusetts llamado Cape Wind. A final de cuentas, el proyecto fracasó, en parte debido a la intensa oposición durante años de personas como el senador Edward Kennedy, quien murió en 2009, y el multimillonario William Koch. Vineyard Wind también tiene focos de oposición vociferante. Algunos pescadores asguran que las turbinas harán casi imposible su trabajo.

Una embarcación especializada instala los primeros cimientos de las turbinas marinas de Vineyard Wind cerca de Martha’s Vineyard, Massachusetts, el 5 de junio de 2023. (Bob O’Connor/The New York Times)
Una embarcación especializada instala los primeros cimientos de las turbinas marinas de Vineyard Wind cerca de Martha’s Vineyard, Massachusetts, el 5 de junio de 2023. (Bob O’Connor/The New York Times)

Sin embargo, Pachter ha ayudado a orquestar una campaña de participación comunitaria, creación de empleo y financiamiento que por fin ha llevado a un punto en el que, en jerga de esta industria, el acero está entrando al agua.

En los próximos meses, 62 turbinas, cada una de ellas de hasta 260 metros (más altas que cualquier edificio de Boston) y con aspas de unos 106 metros, se plantarán en una franja del lecho marino a 24 kilómetros de Martha’s Vineyard, la isla donde han vacacionado los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.

Los cables que llevan la electricidad que generan unos rotores giratorios llegarán a una playa de Barnstable, en Cape Cod, y luego se dirigirán a los consumidores del estado. Según Vineyard Wind, sus máquinas producirán energía suficiente para iluminar 400.000 hogares.

Los parques eólicos suelen construirse con una rapidez sorprendente una vez iniciada su construcción. Klaus Moeller, director general de Vineyard Wind, de nacionalidad danesa, comentó que esperaba que Vineyard Wind —“toco madera”— estuviera terminado el próximo verano.

La situación parecía muy distinta en 2019, cuando el gobierno de Donald Trump dificultó los planes de Vineyard Wind al detener durante dos años los estudios, con lo cual puso en peligro la propuesta. Sin embargo, el gobierno de Joe Biden quiere que la energía eólica marina sea una parte importante de la iniciativa por desarrollar con rapidez las energías renovables y los empleos relacionados y dio luz verde a Vineyard Wind en 2021.

Construir e instalar estas máquinas gigantescas en el mar es una propuesta bastante novedosa en Estados Unidos. Tan solo hay un par de parques eólicos marinos más pequeños en el país. Se espera que este año comience a operar otro, de una quinta parte del tamaño de Vineyard Wind, en la costa de Long Island, Nueva York.

Europa tiene miles de turbinas marinas, por lo tanto, una gran parte de los conocimientos y equipos que se utilizaron en la construcción de Vineyard Wind, incluidos los buques especializados que se usaron para clavar las torres de las turbinas en el lecho marino, viene del otro lado del Atlántico.

Según los desarrolladores eólicos, también los obstaculiza una ley centenaria, la Ley Jones, la cual prohíbe el uso de puertos estadounidenses para botar buques extranjeros de construcción. Para cumplirla, Vineyard Wind planea desembarcar los componentes de las turbinas en un puerto de New Bedford, Massachusetts, y luego enviar las máquinas ensambladas al sitio en barcazas con bandera estadounidense, un proceso que suma costos.

Según ejecutivos y analistas del sector, la construcción de este primer parque eólico gigante en Estados Unidos debería ayudar a despejar el camino para proyectos similares.

“Si lo consiguen, se abrirán muchas puertas”, afirmó Dan Reicher, subsecretario de Energía del gobierno de Bill Clinton y asesor de una propuesta en California.

De hecho, se planea construir una serie de parques eólicos que podrían multiplicar 75 veces la capacidad de Vineyard Wind, según la consultoría Wood Mackenzie. Alrededor del 80 por ciento de esta área se encuentra frente a la costa este.

Aunque Vineyard Wind ha recibido críticas, la oposición ha sido menos intensa que la que luchó contra Cape Wind. Una de las razones es la visibilidad. El proyecto está más alejado de tierra, en el Atlántico, mientras que Cape Wind estaba enclavado entre Cape Cod, Martha’s Vineyard y otra isla, Nantucket. Según la empresa, una vez construidas, la parte superior de las turbinas apenas será visible desde las islas.

Los habitantes de Massachusetts también aseguran que, desde las primeras etapas, los desarrolladores se tomaron en serio sus inquietudes, como la protección de las ballenas en peligro de extinción. “Nos han hecho caso, han mitigado lo que podían mitigar y han presentado un proyecto bastante responsable”, afirmó Andrew Gottlieb, director de la Asociación para la Preservación de Cape Cod, un grupo de defensa del medioambiente.

Entre los críticos de la energía eólica marina destacan los grupos pesqueros. Según gente del sector, las turbinas les impiden pescar y Washington no les ha consultado lo suficiente a la hora de otorgar los contratos de arrendamiento. Temen que haya una costa salpicada de parques eólicos.

“Vineyard Wind es el primero de muchos proyectos que amenazan con extinguir la pesca comercial en la costa este de Estados Unidos”, denunció Meghan Lapp, enlace de pesca de Seafreeze Shoreside, una empresa pesquera con sede en Point Judith, Rhode Island.

Lapp señaló que el parque eólico era un excelente lugar para la pesca de calamares que representan gran parte del negocio de su empresa. Afirmó que los barcos que pescan calamares con redes no podrán hacerlo sin peligro entre las turbinas y que las inmensas estructuras interferirán con sus radares, por lo tanto, se pondrá en riesgo la seguridad.

Vineyard Wind ha intentado apaciguar al sector pesquero otorgando barcos para patrullar la zona de construcción y con unos 40 millones de dólares por las posibles pérdidas en la pesca. Sin embargo, Seafreeze y otras empresas han presentado una demanda para que se suspenda el contrato de Vineyard Wind, bajo el argumento de que, en la carrera por garantizar energías renovables, el gobierno federal ignoró sus propias normas medioambientales.

No obstante, por el momento, la energía eólica marina y las grandes cantidades de energía limpia que promete parecen tener posibilidades de despegar.

“Con la simple construcción de un proyecto cambiarán muchas cosas”, afirmó Pachter.

c.2023 The New York Times Company