U.S. markets closed
  • S&P 500

    4,136.48
    -43.28 (-1.04%)
    Ā 
  • Dow Jones

    33,926.01
    -127.93 (-0.38%)
    Ā 
  • Nasdaq

    12,006.96
    -193.86 (-1.59%)
    Ā 
  • Russell 2000

    1,985.53
    -15.69 (-0.78%)
    Ā 
  • Petróleo

    73.23
    -2.65 (-3.49%)
    Ā 
  • Oro

    1,877.70
    -53.10 (-2.75%)
    Ā 
  • Plata

    22.40
    -1.22 (-5.17%)
    Ā 
  • dólar/euro

    1.0798
    -0.0113 (-1.04%)
    Ā 
  • Bono a 10 aƱos

    3.5320
    +0.1360 (+4.00%)
    Ā 
  • dólar/libra

    1.2056
    -0.0173 (-1.41%)
    Ā 
  • yen/dólar

    131.1500
    +2.5460 (+1.98%)
    Ā 
  • BTC-USD

    23,421.03
    -21.87 (-0.09%)
    Ā 
  • CMC Crypto 200

    535.42
    -1.43 (-0.27%)
    Ā 
  • FTSE 100

    7,901.80
    +81.64 (+1.04%)
    Ā 
  • Nikkei 225

    27,509.46
    +107.41 (+0.39%)
    Ā 

Ucrania: "En la guerra no te matan accidentalmente, sobrevives accidentalmente"

Anatoliy
Al igual que otros residentes, Anatoliy sobrevive gracias a las donaciones de organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

La infraestructura energƩtica de Ucrania estƔ siendo atacada por Rusia, dejando a millones sin electricidad.

A medida que las temperaturas caen por debajo del punto de congelación en todo el país existe el temor de que Moscú, que trata sin demasiado exito de ganar la guerra, esté utilizando el invierno a su favor.

Y en ninguna parte es esto mƔs claro que en las ciudades a lo largo de la lƭnea del frente en el este.

La gente de Avdivka ha aprendido a distinguir un proyectil entrante de uno saliente por su sonido. Pero a menudo no sirve de nada esconderse. Los pedazos de metralla pueden atravesar puertas de metal como si fueran papel.

"En la guerra", dice Anatoliy, "no te matan accidentalmente. Sobrevives accidentalmente".

El hombre, de 71 años, tuvo que mudarse a un sótano después de que su apartamento fuera destruido en un incendio provocado por los misiles rusos. Ahora tiene demasiado miedo para salir del refugio.

"Ir a una tienda o sacar la basura es un acto de valentƭa", dice, "nunca sabes si volverƔs o no".

Hombre que lleva dos botellas grandes de agua camina por un sendero frente a un edificio daƱado.
Residentes locales dependen del agua embotellada para sobrevivir.

En la lĆ­nea de combate

Avdivka ha sido parte de la primera línea de combate desde 2014, cuando comenzó el conflicto en el este de Ucrania. Después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero pasado, muchos predijeron que la ciudad caería rÔpidamente.

Sin embargo, todavƭa estƔ controlada por las fuerzas ucranianas. En cierto modo, Avdivka se ha convertido en un sƭmbolo del fracaso de Rusia en el DonbƔs.

Los bombardeos implacables, sin embargo, lo han convertido en un pueblo fantasma. Sus otrora bulliciosas calles con coloridos murales pintados en los edificios ahora estƔn desiertas.

Vitaliy Barabash, jefe de la administración militar de Avdivka, dice que las fuerzas rusas continúan sus intentos de rodear la ciudad desde el sur y el norte.

"No pueden lanzar un asalto directo porque nuestras posiciones estÔn bien fortificadas aquí, por lo que su tÔctica es simple: arrasarlo todo, bombardeos constantes con artillería y múltiples lanzacohetes".

A pesar de los ataques diarios, quedan unas 2.000 personas en Avdivka. Muchos de ellas sobreviven gracias a la ayuda humanitaria proporcionada por organizaciones locales e internacionales.

La mayorĆ­a de las personas no tiene ingresos.

Antes de la guerra, Oleksiy Savkevich solĆ­a organizar festivales de arte y eventos juveniles en Avdivka. Ahora entrega paquetes de comida en una zona de guerra vistiendo chaleco antibalas.

Oleksiy Savkevich entregando una gran bolsa de comida que lleva en una camioneta.
Oleksiy Savkevich entrega comida que lleva en una camioneta a quienes la necesitan.

"Los jubilados no pueden retirar dinero y la gente perdió sus trabajos, por lo que dependen en gran medida de los suministros de alimentos que entregan los voluntarios", dice.

El problema energƩtico

Con la caĆ­da de las temperaturas, surge un nuevo enemigo: el frĆ­o.

La mayorĆ­a de la gente deposita sus esperanzas en una vieja estufa de metal llamada burzhuika, que fue popular hace un siglo. No hay gas ni agua corriente.

Para mantenerse en contacto con el mundo exterior, la gente se reúne por las mañanas en el único lugar que tiene electricidad y red móvil.

Las autoridades locales instalaron un generador para alimentar una antena de telefonía móvil. Los visitantes se sientan en las escaleras y deslizan sus dedos en las pantallas de sus teléfonos, sedientos de conocer las últimas noticias.

Casi todos aquĆ­ dicen que no quieren irse del pueblo.

Un edificio de apartamentos gravemente daƱado con ventanas rotas.
Muchos apartamentos en Avdivka han resultado gravemente daƱados por los bombardeos rusos.

"No estoy lista para quedarme en campamentos y mudarme de un lugar a otro como las personas sin hogar", dice una mujer. "Y no puedo permitirme alquilar un apartamento", aƱade.

Otro hombre explica que no se va porque su abuela insiste en que permanecerĆ” en Avdivka.

Las autoridades locales, sin embargo, le estÔn pidiendo a la población que evacúe lo antes posible. Advierten que muchos residentes no sobrevivirÔn al próximo invierno.

"Les decimos que no podremos proporcionar alimentos, no podremos evacuar a las personas incluso si alguien decide irse porque en las carreteras no se podrĆ” limpiar (la nieve)", dice Barabash.

"AquĆ­ le decimos a la gente: Āæentiendes que incluso si no mueres de hambre, simplemente puedes morir congelado?".

Los servicios de emergencia no funcionan en la ciudad y la asistencia mƩdica es extremadamente limitada. Hay un mƩdico que ahora vive en el hospital. Le preocupa que haya un aumento de enfermedades con personas que viven en condiciones extremas.

Un hombre camina frente a un edificio escolar bombardeado.
Un hombre camina frente a un edificio escolar bombardeado.

Elena, de 60 años, todavía vive en su apartamento dañado. Las ventanas estÔn rotas y el piso puede derrumbarse en cualquier momento; fue alcanzado por un proyectil de artillería, que dejó un gran agujero en la pared. Sin gas ni electricidad, cocina la comida en un fuego fuera del edificio.

"Tal vez me vaya. Si vuelven a bombardear este lugar, puede que vuelen todo el edificio. Todos esos apartamentos que estƔn debajo del mƭo estƔn destruidos", dice.

Mientras Elena espera a que se cocine su sopa, un proyectil de artillerĆ­a vuela sobre nosotros y aterriza a unos cientos de metros de distancia. Tenemos que entrar para ponernos a cubierto.

Los sonidos de explosiones y disparos recuerdan a todos que el invierno en Avdivka conlleva muchos peligros.

Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.