Gran Hermano sobre ruedas: cuánto cuesta poner una cámara en el parabrisas del auto

Un vidrio roto del auto, un robo o una colisión no es una situación por la que nadie quiera pasar. Además del mal momento, empezar luego los trámites para que el seguro se haga cargo implica enviar fotos, buscar testigos, ver si la otra parte estaba asegurada y si se hace cargo… es algo que conlleva mucho tiempo y requiere de mucha paciencia, aunque claro, todo eso puede llegar a ser menos complejo si hay una prueba concreta de lo que pasó: por ejemplo, con un video.

Las dashcams o cámaras de videovigilancia para autos son aliados tanto para las compañías aseguradoras como para los usuarios, porque permiten grabar todo lo que pasa en el exterior mientras el auto está en movimiento (y algunas también cuando está estacionado) al tiempo que almacenan esos videos en tarjetas SD. Algunas, incluso, pueden grabar -en algunos casos, incluyendo el audio- también el interior, para poder tener un registro de lo que ocurre dentro del vehículo durante un viaje (por si hay algún intento de robo, asalto, secuestro o agresión, por ejemplo).

Y ahora que vienen las vacaciones, pueden servir de elemento documental para grabar paisajes ruteros en el viaje en auto camino a la playa, a las sierras o al sur, sin distraer a quien conduce ni al resto del pasaje.

Existen cámaras de video de todo tipo. Algunas son más sencillas y otras apuntan a profesionales. Las primeras no requieren una instalación simple, pueden adherirse al dorso del espejo retrovisor con ventosas o con un adhesivo, y sus precios oscilan entre los 5000 y los 20.000 pesos. Las profesionales requieren una instalación más compleja, y suelen incorporar elementos extra como GPS, funciones de asistencia al conductor, alarmas e incluso botón de pánico. Estas últimas son, además, monitoreadas desde una central, para poder llamar a los servicios de emergencia en caso de algún siniestro.

Si bien es posible grabar las imágenes para después compartirlas con amigos o familiares (por ejemplo, un viaje por algún paisaje paradisíaco), como si de una Go Pro se tratase, las aseguradoras son las que más insisten con esta innovación, porque pueden tener un registro de cualquier incidente y así acelerar los tiempos de resolución en caso de un accidente, robo o acto vandálico. En algunos países, como Rusia, por ejemplo, el uso de estas cámaras es obligatorio por ley. Es por eso por lo que también existen muchos videos virales en las redes sociales con situaciones que ocurren en el tránsito cotidiano de algunas ciudades de ese país.

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En la Argentina aún no hay una regulación sobre el tema: “en América Latina empezó a expandirse su uso, y hay cada vez más empresas y organismos que empiezan a utilizarlo para sus flotas de vehículos”, explica Cristian Oreja, Product Manager de la empresa Hikvision, proveedor de soluciones para IoT con video. Y es que a través de las cámaras y los sistemas GPS, las empresas pueden tener un control más estricto de los movimientos de cada uno de sus vehículos, llevar un registro exacto y tener elementos de prueba en caso de algún accidente.

Las cámaras graban una determinada cantidad de horas, dependiendo de la capacidad de la tarjeta de memoria SD que se haya decidido utilizar. “Las cámaras destinadas a usuarios particulares pueden grabar trayectos determinados o algunas horas del día, dependiendo de la capacidad de la tarjeta. En cambio, las más profesionales pueden incluir un sistema de alarma y monitoreo, GPS y más horas de grabación en un servidor”, concluye Oreja.

Algunas también traen como un plus una app propia, para poder ver lo que registra la cámara cuando el auto está estacionado o si lo maneja alguien más (ya sea que se lo haya prestado o en caso de robo).

GPSTEC Argentina es otra empresa que se dedica a la venta de cámaras de seguridad para vehículos, pero en este caso enfocado en el nivel empresarial. Ofrecen equipos que pueden grabar video y audio en tiempo real y la posibilidad de efectuar el control de la flota durante sus recorridos. Las cámaras pueden ser instaladas en camiones, autos, helicópteros, barcos, motos o ambulancias, por ejemplo.

Ahora bien, si bien su principal destino es garantizar la seguridad, las cámaras de vigilancia no están exentas de ser crackeadas. Aunque difícilmente eso ocurra en una cámara instalada en un auto, sí puede llegar a ocurrir a nivel corporativo: “en los últimos tiempos, se ha visto como los servicios de cámaras de videovigilancia han sufrido una importante brecha de seguridad que ha terminado afectando a grandes empresas e incluso entidades estatales”, sostiene al respecto en un comunicado la empresa Dahua Technology, proveedora de servicios y soluciones de IoT inteligente centrado en video.

Lo que hay que tener en cuenta

A la hora de elegir una buena cámara para el auto hay que tener en cuenta algunas características específicas, como por ejemplo la fuente de alimentación (generalmente un adaptador USB que se enchufa al puerto de 12 voltios del auto):

Resolución. Cuanto más alta, por supuesto, mucho mejor. Las imágenes más claras y nítidas las tienen las cámaras que alcanzan una resolución de 1080p. Pero también el video de mayor resolución ocupará más almacenamiento.

Memoria. Estas cámaras utilizan tarjetas SD. Las de gran capacidad (64 o 128 GB, por ejemplo) permitirán grabar una mayor cantidad de tiempo. Y se pueden reescribir todas las veces que se desee.

Campo de visión. Debe contar con un campo de visión en el rango de 140 a 170 grados (un gran angular), como para grabar varios carriles en una ruta o en un cruce de calles.

Detección de movimiento. Solo lo traen algunas cámaras y sirve para grabar cuando el auto está estacionado, para poder registrar algún incidente que ocurra en ese momento.

Visión nocturna. La traen los equipos más sofisticados. Permiten grabar en condiciones de poca luz y, claro está, de noche.

GPS. Permite llevar un control preciso de los recorridos y ubicación de cada vehículo.

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Algunos modelos disponibles

Hikvision Dashcam AE-DC5313-C6 Pro: Hasta 1600p de resolución, ángulo de campo de hasta 130°. Apertura f/1.6 para imagen nocturna. Admite micrófono y altavoz integrados para entrada y salida de audio. GPS. Pantalla: 4 pulgadas. Tarjeta microSD para grabación de video, hasta 128 GB. Ofrece bajo consumo de energía. Incluye GPS. Se consigue por alrededor de 149 dólares.

Abask: Lente HD de 6 capas y tecnología WDR, posee una pantalla de 4 pulgadas con un ángulo de visión de 170 grados. Trae detección de movimiento y permite sacar fotografías. Cuesta unos 60 dólares.

ThiEYE: Resolución FullHD a 30 fps. Posee detección de movimiento y visión nocturna. Acepta tarjetas SD de hasta 32 GB. Se consigue por alrededor de 140 dólares.

MHDYT: Diámetro de 3,3 cm y una base con un imán para colocar en cualquier pieza de metal dentro del auto. Resolución: Full HD. Cuenta con 8 luces LED para visión nocturna. Se le puede configurar el modo detección de movimiento. Tiene capacidad para colocarle una tarjeta de memoria de hasta 32 GB. Cuesta unos 160 dólares.

AUKEY DR02: Resolución FullHD. Ángulo de visión de 170°. Trae un adhesivo para instalarlo en cualquier lado del vehículo. Viene con un cargador de dos puertos y un cable mini-B. Trae detección de movimiento. Pantalla LCD de 1,5″ y soporta tarjetas SD de hasta 128 GB. Precio: 120 dólares.

TESECU: Resolución máxima de FullHD. Cuenta con visión nocturna por sus 10 LED IR y tiene un ángulo de visión de 150°. Cuenta también con la función de detección de movimiento. Cuesta unos 40 dólares.

Hikity Dashcam: Resolución FullHD. Ángulo de visión de hasta 170 grados. Slot para tarjeta SD de hasta 32 GB. Visión nocturna y sensor de movimiento. Precio: 28 dólares.