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Huelga general paraliza Argentina
(BNamericas.com) - Argentina se vio paralizada el jueves debido a una gran huelga que convocaron importantes sindicatos de transporte y servicios que protestaban contra la ascendente inflación e impuestos a la renta que perjudican el poder adquisitivo de los trabajadores.
La huelga, que vació las calles de Buenos Aires y otras importantes ciudades del país, recibió también el respaldo de grupos políticos de izquierda, que bloquearon más de 40 vías en la capital, los suburbios y más de una docena de provincias.
Los dirigentes sindicales Hugo Moyano y Luis Barrionuevo convocaron la paralización, la cual interrumpió todo el transporte terrestre, los servicios de buses de corta y larga distancia, los servicios de metro y vuelos locales, así como la mayor parte de los vuelos internacionales y puertos.
Las gasolineras, restaurantes y bares estuvieron cerrados, y los servicios de recolección de basura, paralizados.
Las oficinas públicas y bancos se mantuvieron abiertos, mientras que las tiendas -salvo los restaurantes- atendieron en forma parcial.
"La adhesión de la gente a esta expresión que ha hecho el movimiento obrero me parece que es un éxito", sostuvo Eduardo Buzzi, titular de la federación agraria FFA, que participó de la huelga. "Hay un país que está parado porque está en desacuerdo con la política económica, con la inflación, con la inestabilidad, con la inseguridad. La plata no me alcanza, la inflación es un dato de la realidad".
Los sindicatos llamaron a huelga luego de que los precios al consumidor se elevaran tras una fuerte devaluación en enero. En los primeros tres meses del año, los precios al consumidor han aumentado más de 10%, según estimaciones privadas, con proyecciones de una inflación anual superior al 35%.
La decisión de la presidenta, Cristina Fernández, de no aprobar un aumento salarial de más de 25% ha mermado el poder adquisitivo de los trabajadores. Además, los salarios de la clase media han sido ajustados por la inflación, pero el gobierno no ha logrado mejorar el umbral para este impuesto, lo que significa en muchos casos que el salario neto es menor que el de antes de que recibieran los aumentos.
"La presidenta está en otro mundo, en el mundo de las maravillas", dijo Barrionuevo a Radio Mitre.
Las presiones inflacionarias han golpeado al gobierno en su peor momento, cuando el FMI proyecta un agónico crecimiento de 0,5% para este año. Los bolsillos de los argentinos comenzarán a percibir la presión de las alzas tarifarias y la eliminación parcial de los subsidios a servicios públicos.
La huelga no recibió el apoyo de grandes sindicatos a favor del gobierno, pero la falta de servicios de transporte y los bloqueos hicieron casi imposible que los trabajadores llegasen a sus trabajos.
Sin embargo, el gobierno parece estar haciendo oídos sordos. Según el jefe de Gabinete de Fernández, Jorge Capitanich, los temas por los cuales reclaman los manifestantes "no tienen el más mínimo sentido".
"El Gobierno dice que nunca tiene la culpa de nada. Cuando se devalúa es por especuladores. La culpa es siempre del otro", expresó Facundo Moyano, líder del sindicato de trabajadores de peajes.
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