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¿La inflación en Estados Unidos tocó su pico? Biden dice que es “inaceptablemente alta” y mira a la Fed

Los precios de la gasolina rondan los 4 dólares el galón para el grado menos caro en varias gasolineras de la capital del país el 11 de abril de 2022 en Washington, DC.
Chip Somodevilla

WASHINGTON.– La inflación, el nuevo flagelo de la economía global, dio un leve respiro en abril en Estados Unidos, aunque continúa “inaceptablemente alta”, declaró el presidente Joe Biden. El alza del costo de vida cedió un poco el mes pasado al caer al 8,3% anual luego de marcar un pico del 8,5% en marzo, pero aún continúa en los valores más altos de las últimas cuatro décadas y con subas fuertes en alimentos, como huevos, tocino, harina o café; combustibles, hoteles, autos y servicios, como la electricidad. La inflación aún está lejos de enfriarse.

“Si bien es alentador ver que la inflación anual se moderó en abril, la realidad es que la inflación es inaceptablemente alta”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca. “La inflación es un desafío para las familias de todo el país y reducirla es mi máxima prioridad económica”, insistió.

El aumento de los precios al consumidor de Estados Unidos se ha convertido en el principal dolor de cabeza de la Casa Blanca, y la principal preocupación en la mente de los norteamericanos. El tibio freno de los precios en abril sugiere que la inflación puede haber tocado su punto máximo, aunque economistas y el mercado esperan que siga alta por un tiempo. La Reserva Federal (Fed, en la jerga financiera) ha quedado en el ojo de la tormenta, criticada porque muchos creen que reaccionó demasiado tarde en atacar el alza del costo de vida, y ahora deberá emprender un endurecimiento monetario mucho más agresivo para poder enfriar los precios, a riesgo de chocar la economía.

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El gobierno de Biden ha intentado mostrarse activo en enfrentar los aumentos de precios, en particular el de la nafta, un barómetro del humor de los norteamericanos, que continúa marcando récords. Pero las pocas medidas que ha adoptado el gobierno federal apenas han mordido el costo de vida, dejando a la vista una máxima de la política económica de Estados Unidos: el control de los precios es una misión primordial de la Fed, y si bien la Casa Blanca puede hacer mucho para recalentar la economía con paquetes de estímulo fiscal, poco puede hacer para estabilizarla.

Biden sí enfatizó que su gobierno estaba en camino de lograr la mayor reducción del déficit fiscal en los registros, un ajuste que llega luego de una brutal expansión fiscal durante la pandemia del coronavirus, que culminó con su plan de rescate por casi dos billones de dólares al inicio de su administración.

Prioridad

Biden ya había reconocido el martes el impacto que la alta inflación está infligiendo a las familias estadounidenses, al afirmar que que bajar los precios había pasado a ser su “principal prioridad nacional”.

Pero lo cierto es que las miradas están puestas sobre los movimientos de la Fed, y no de la Casa Blanca. La Fed elevó la semana pasada su tasa de interés oficial en medio punto porcentual, el mayor aumento en 22 años, y dijo que empezará a recortar sus tenencias de bonos el próximo mes. La entidad comenzó a subir las tasas en marzo, cuando ya era evidente que la inflación no era un problema “transitorio” causado solo por los problemas en las cadenas de producción globales y los cuellos de botella.

En los 12 meses hasta abril, el IPC aumentó un 8,3%. Si bien esa fue la primera desaceleración en el IPC anual desde agosto pasado, marcó el séptimo mes consecutivo de aumentos superiores al 6 por ciento. En marzo, el índice había marcado una suba interanual del 8,5%, la mayor alza interanual desde diciembre de 1981. El dato de abril dejó una fuerte suba de la llamada “inflación núcleo”, la medición que la Fed mira con más atención a la hora de fijar su política monetaria.

Además de una economía recalentada, con un desempleo históricamente bajo, Estados Unidos enfrenta, al igual que otros paises, el golpe a los precios de la guerra en Ucrania. La Casa Blanca ha intentado culpar al Kremlin al hablar de “los aumentos de precios de Putin”. Además, expertos consideran que la política de tolerancia cero contra el Covid-19 de China ejerce más presión sobre las cadenas de suministro globales, lo que eleva los precios de los bienes. También se espera que los precios de servicios, como los viajes aéreos y el alojamiento en hoteles, mantengan elevada la inflación en medio de una fuerte demanda durante el verano boreal y una escasez de trabajadores.