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Ya no hay juegos buenos de los Tiny Toons

Ya no hay juegos buenos de los Tiny Toons
Ya no hay juegos buenos de los Tiny Toons

Editorial: Gaming / Facebook / Twitter / YouTube / Instagram / Noticias / Discord / Foros

Qué buenos tiempos aquellos en los que veíamos el sello de Konami en un juego y casi casi a ciegas lo jugábamos sabiendo que tendríamos una experiencia memorable. Hace 2 semanas platicamos de la adaptación que hicieron de Prince of Persia para Super Nintendo, terreno en el que la icónica compañía dejó una huella profunda e imborrable. Hoy nos quedaremos en la etapa de los 16 bits con una propuesta que nos permitió experimentar una aventura muy dinámica y divertida con el sello de la casa que produjo grandes obras como Castlevania, Contra o Metal Gear Solid.

Normalmente los dibujos animados encajan muy bien en el ambiente de los videojuegos. Al ser 2 medios que se mueven dentro de una esfera no sólo ficticia, sino que goza de mucha flexibilidad en cuanto a lo que los personajes pueden hacer y decir, las posibilidades de diseño de niveles y mecánicas de juego innovadoras son muy amplias. Esta ventaja no siempre es aprovechada por los desarrolladores, sobre todo en los penosos casos en los que la única intención es colgarse de la marca para vender la mayor cantidad de unidades independientemente de la calidad del juego (sí, te estoy viendo, E. T.). Por fortuna, en los gloriosos años 80 y 90, tanto la ya mencionada Konami como Capcom y otros tantos nos regalaron juegos de licencia impecables en los que claramente la intención no sólo era vendernos la imagen de los personajes extraídos de nuestras caricaturas o películas favoritas, sino también divertirnos y tener un buen reto.

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Ejemplos hay muchos y los iremos explorando en esta sección. Hoy es el turno de Tiny Toon Adventures: Buster Busts Loose! que apareció en 1993 de manera exclusiva en el Super Nintendo. Está basado en la serie animada Tiny Toon Adventures y plasma muy fielmente los elementos principales de la misma. Hay 2 aspectos que particularmente me llaman la atención: la jugabilidad y las animaciones de los personajes. Buster, el único personaje jugable, tiene un movimiento muy fluido y movimientos muy detallados al saltar, agacharse o lanzarse de panza para pasar por espacios muy estrechos. Además del desplazamiento normal a nivel de suelo, el carismático conejo puede saltar y cuenta con un ataque especial en forma de patada voladora con la que puede eliminar a los enemigos. Se extraña un poco la posibilidad de aplastarlos como sucede en la versión de NES, pero a pesar de eso los puntapiés se sienten muy bien, sobre todo porque Buster tiene momentos de invulnerabilidad cuando ejecuta este ataque.

Buster conserva la sonrisa mientras pelea
Buster conserva la sonrisa mientras pelea

La ambientación es muy pintoresca y se complementa muy bien con la música con estilo circense que siempre brinda la sensación de acción y velocidad. Hablando de velocidad, la forma en la que corre Buster incluso sobre las paredes me recuerda al mismo tiempo a Sonic y a Mario en Super Mario World. Es una habilidad muy interesante, ya que te puede salvar de perder una vida; es decir que, si estás en el aire, puedes agarrar vuelo, correr y pegarte a un muro para impulsarte y así evitar caer en el abismo. Debo confesar que la primera vez que jugué Tiny Toon Adventures: Buster Busts Loose! y probé el dash pensé que era sólo un gimmick para mostrar las estilizadas animaciones del personaje. Al explorar el juego descubrí que es la mecánica más explotada, ya que hay ciertas secciones en las que su uso resulta indispensable.

Un ejemplo de este uso obligatorio lo tenemos en la escena del tren. Es un nivel de scroll horizontal automático en el que debes ir saltando de vagón en vagón evadiendo grandes redes que están colocadas para atraparte, a la vez que debes eliminar a algunos enemigos y calcular bien tus movimientos para evitar caer o que te coma la pantalla. Hay una sección en la que aparece un señalamiento que te dice que debes usar el dash. Es curioso cómo pudieron sacarle tanto jugo a una técnica tan sencilla como correr y trepar por la pared. Son momentos de mucha velocidad en los que debes estar atento para saltar y cruzar algún abismo, aunque si no llegas puedes trepar y alcanzar el otro lado sin problema. Sin duda, ésta parte es mi favorita de todo el juego, además de que tiene un guiño divertido: en la última secuencia, Max Montana y Buster abordan un carrito con palancas que deben mover lo más rápido posible para evitar ser alcanzados por el tren fuera de control. ¿La velocidad máxima que pueden alcanzar? ¡Claro! 88 millas por hora. ¿Te recuerda algo?

Tal vez estén a punto de regresar a 1985
Tal vez estén a punto de regresar a 1985

Un detalle interesante respecto al diseño de niveles y a la historia es que cada escena pareciera ser un montaje que los personajes arman simplemente porque se quieren divertir. Me parece una excelente idea, ya que no se necesitan elementos argumentales elaborados para justificar que Buster esté explorando el espacio o brincoteando en un tren, sino que la mera inocencia del juego concebido a través de la imaginación de un grupo de amigos sirve como el lienzo perfecto para plasmar las acciones que se desarrollan en la pantalla. Es un fenómeno similar al de las franquicias principales de Nintendo, en las que la jugabilidad, diseño de niveles y mecánicas están muy por encima de la trama.

Justo hablando de jugabilidad y variedad, algo que aporta mucho a estos aspectos es la inclusión de minijuegos entre cada nivel. El objetivo en cada uno es que hagas vidas, pero algunos son realmente divertidos. Mi favorito es en el que juegas squash con Peluso. Debes regresar la pelota 15 veces para obtener una vida y puedes hacerlo tantas veces como el tiempo te lo permita. Otro de los que disfruto es en el que debes elegir un personaje para que se mida con uno seleccionado por la CPU sobre una balanza. El que pesa más es el ganador. Es un asunto meramente azaroso, pero creo que sí le puedes meter un poco de estrategia.

Debes estar muy atento y tener buenos reflejos si quieres esas vidas extra
Debes estar muy atento y tener buenos reflejos si quieres esas vidas extra

Tiny Toon Adventures: Buster Busts Loose! es una experiencia muy corta, si pensamos en los 6 niveles que la conforman. Sin embargo, la extensión de cada uno compensa esto. Además, dependiendo del nivel de dificultad que elijas entre los 3 disponibles, se te presentarán diferentes “versiones” del juego. Por ejemplo, en el modo fácil sólo hay 5 niveles y tienen algunas cosas recortadas, de modo que, si quieres vivir la experiencia completa, la mejor opción es jugar en el modo challenge. Más allá de la duración, algo que le da mucho valor a este título es el exquisito diseño de arte y la variedad presentada no sólo en términos estéticos, sino en el modo en el que el jugador debe abordar cada situación. Las peleas con los jefes también tienen su encanto y un nivel de dificultad importante.

En suma, se trata de una aventura en plataformas de primerísimo nivel. No se compara con las andanzas de un plomero que aplasta Goombas para ganarse la vida, pero tiene una jugabilidad tan bien cuidada y una atmósfera tan bien trasladada del formato de caricatura al del gaming, que te sientes inmerso(a) en el peculiar universo de estos personajes. Además tiene toda la pinta de un juego de Konami, desde la tipografía, el singular efecto de sonido al poner pausa y la existencia de distintos niveles de dificultad que afectan el final que obtienes. Es una experiencia que vale mucho la pena revivir en el coloso de 16 bits, así que si lo puedes conseguir, date la oportunidad de probarlo. Te espero la próxima semana para otro #ViernesRetro.